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Plástica-Venezuela:

Contra viento y marea

Fuentes: IPS

Como cada año desde 1992 y pese a los vendavales políticos que ha experimentado Venezuela desde entonces, la Feria Iberoamericana de Arte abrió sus puertas en esta capital para albergar exhibiciones y ofertas de 37 galerías de nueve países.

La Feria, inaugurada el miércoles 6 de este mes, es un muestrario de obras de artistas plásticos veteranos y noveles que cada galería promociona en un espacio compartido, en un gran hotel capitalino, y que recibe hasta 7.000 visitas por día durante una semana de facilitación de compras por los coleccionistas y diletantes.

Pero es también la oportunidad de simplemente difundir la obra de artistas, de éxtasis para los amantes del arte y de contactos y acuerdos entre galerías y museos para organizar nuevas muestras y promociones.

«Es un espacio para que los artistas venezolanos muestren sus propuestas, y las vean los responsables de galerías, críticos, coleccionistas y directores de museos», dijo a periodistas Zoraida Febres, la directora de la Feria desde hace 14 años.

Su argumento es que muchos artistas, sobre todo los más jóvenes, tienen dificultades para salir fuera del país a mostrar su obra, y la Feria actúa como vitrina sustitutiva, al tiempo que se cotejan sobre un mismo espacio con piezas del exterior.

Esta decimocuarta edición mostrará obras traídas por galerías de Argentina, Brasil, Colombia, Corea del Sur, España, Estados Unidos, México y Perú, que sumadas a las venezolanas permitirán apreciar los trabajos de unos 150 artistas.

A comienzos de los años 90 «llegamos a convocar más de 50 galerías, pero luego nos afectó la situación económica, a raíz de la crisis bancaria (1994-1995, cuando quebró 60 por ciento de los bancos venezolanos) y los galeristas extranjeros empezaron a tener percepciones diferentes de sus posibilidades de hacer negocios en este país», dijo Febres.

Narró que la Feria surgió como iniciativa de artistas y promotores del arte, entre ellos el compositor y director de orquesta Aldemaro Romero, quien en 1991 propuso acompañar con un gran evento cultural, incluida una gran muestra de arte, los fastos que al año siguiente se realizarían para el quinto centenario de la llegada de los españoles a América.

Febres y otras promotoras, como Ana Vicentini y Magdalena Arria, desarrollaron el esquema de la Feria, como iniciativa privada, y su primer gran tropiezo fue el sacudón político representado por el fallido alzamiento que el entonces teniente coronel Hugo Chávez, hoy presidente de Venezuela, lideró en febrero de 1992.

El remezón político que siguió a esa rebelión mermó la asistencia de galerías extranjeras, pero la Feria se sobrepuso y vio la luz por primera vez en junio de 1992. «Desde entonces, contra viento y marea, se ha hecho todos los años», dijo Febres.

Incluso en 2002, luego de que en abril de ese año Chávez fuera víctima de un frustrado golpe de Estado que incluyó varios días de multitudinarias marchas callejeras contrarias y a favor del gobierno en Caracas, la feria cumplió su undécima edición, con 26 galerías participantes.

Para acentuar el carácter ferial, extraordinario, en cada edición se realizan homenajes a artistas de Venezuela y de otro país iberoamericano.

También se la acompaña desde hace varias ediciones con muestras de fotografías y exhibiciones de libros y otras publicaciones relativas a las artes plásticas, así como foros y coloquios.

Este año, las muestras de pintura y escultura se acompañarán con el Cuarto Encuentro Iberoamericano de Fotografía, y el primer artista honrado es el fotógrafo argentino Marcos López, autodefinido como representante del «subrealismo criollo» o «un pop-art del subdesarrollo, de la periferia».

También se realizará un homenaje al fallecido escultor venezolano Francisco Narváez (1905-1982), con motivo del centenario de su nacimiento, quien innovó con la utilización a gran escala, en sus piezas, de las maderas y piedras del país, y varias de sus obras adornan fuentes y centros de enseñanza de Caracas y otras ciudades del país.

Por último, se le brindarán honores a Lía Bemúdez, la artista plástica y gráfica nacida en 1930 que dirigió una cruzada para transformar en un rutilante centro de arte, que lleva su nombre, un viejo mercado, ya en desuso, de la occidental ciudad de Maracaibo y cuya estructura es la de una estación de ferrocarril inglés.

Los organizadores deploran que el apoyo oficial a la Feria haya menguado con los años «al punto de que se grava esta actividad con impuestos muy fuertes y hay muchas dificultades en las aduanas para el ingreso de obras al país», remató Febres