La pandemia de la covid-19 tiene impactos importantes en la autonomía de las mujeres y la desigualdad de género. Por ello urge adoptar políticas públicas integrales para una reactivación económica que garantice los derechos de las mujeres, advirtió Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) durante el Conversatorio a distancia «Derechos Humanos de las Mujeres: Retos ante el covid-19», organizado por el Senado mexicano.
En esto coincidió la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, quien destacó que las respuestas para la covid-19 requieren estrategias y acciones innovadoras que consideren la perspectiva de género y las necesidades de mujeres y niñas.
En la reunión, el secretario de relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, señaló que la curva de pobreza en América Latina aumentará por la pandemia del coronavirus debido a que ocasionará una de las mayores crisis económicas. Advirtió que hay un renacimiento de posiciones «muy duras, autoritarias y muy contrarias» a los derechos de las mujeres y la igualdad, por lo que es esencial escuchar a la población.
«Cada vez que hay un renacimiento reaccionario, lo primero que vamos a tener como blanco son los derechos humanos, creo que es muy pertinente, por eso estamos todos, escuchar los puntos de vista, para escuchar qué piensan de eso, que ruta podemos seguir», enfatizó.
«Es la más grave que hemos vivido en nuestra generación, ya en curso, por un resultado incierto. Vemos que, ante la tensión que genera la situación económica y social, se está ensanchando la pobreza aceleradamente. Lamento decirles que vamos a perder lo poco que hemos avanzando, cuando menos en América Latina, en los últimos años en materia de pobreza», dijo en su participación en la conferencia virtual Derechos Humanos de las mujeres: retos ante el covid-19.
Destacó que el gobierno federal es progresista y feminista, por lo que «es una máxima preocupación» mostrar el respaldo de las autoridades y actuar en política exterior.
Impacto con rostro de mujer
«El impacto social de la pandemia tiene rostro de mujer», declaró Bárcena. Recordó que la caída económica esperada para 2020 (-5,3 %) agregará 12 millones de personas a las filas del desempleo y aumentará la pobreza en 29 millones (para llegar a un total de 215 millones).
Según cálculos de la CEPAL, alrededor de 110 millones de mujeres en la región se encontrarán en situación de pobreza. Además, el 54,3 por ciento de las mujeres se encuentran ocupadas en sectores que presentan precariedad desde el punto de vista de los salarios, sin formalización del empleo ni seguridad del puesto de trabajo y mucho menos acceso a la protección social.
Las medidas de confinamiento por las cuarentenas han propiciado situaciones de violencia extrema y limitado el acceso de las mujeres a los servicios de salud, inclusive a la salud sexual y reproductiva, y a los de apoyo psicosocial y justicia.
Además, están profundizando la crisis de los cuidados en la región, especialmente para las mujeres de hogares con menores ingresos. Y persiste también la discriminación salarial de género entre profesionales.
«Esta no es una crisis financiera, sino de personas, de salud y de bienestar. Se ha generado una contracción económica al paralizarse tanto la oferta como la demanda.
Para enfrentarla es indispensable el rol del Estado, pero un Estado que sea social, no autoritario. Aquí el rol de los parlamentos es esencial para construir un nuevo pacto social que garantice un Estado de Bienestar Universal», indicó Bárcena a las senadoras, senadores y autoridades presentes en la reunión.
La nueva normalidad será feminista o no será
La secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero, reconoció que el cumplimiento tangible de los derechos de las mujeres es una cuenta pendiente, por lo que durante esta nueva normalidad debe saldarse a través de la obtención de mejores resultados, que deje de reproducir los sistemas de roles de género y de violencia machista.
Hizo un llamado para que el Estado Constitucional y democrático de derecho deje de ser únicamente una estructura formal, en permanente construcción, para convertirse en un Estado que escuche y empodere, incluya y dote a las mujeres de las herramientas para hacer justiciables sus derechos.
«La nueva normalidad será feminista o no será una nueva normalidad», dijo.
Durante su participación en el conversatorio a distancia organizado por la Comisión de Igualdad de Género del Senado de la República, hizo énfasis en que el reto principal para el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres frente al covid-19 es, en esencia, el mismo que se tenía antes, el de hacer tangibles estos derechos y justiciables.
Los dos temas que están más visibles ahora en la pandemia son las labores de cuidado y el aumento de la violencia doméstica de las que han sido víctimas las mujeres y las niñas durante este período de confinamiento. Las vivencias han sido diferentes y aunque tal vez no podamos ver las consecuencias de manera inmediata, pueden ser mucho más desfavorables en el mediano y largo plazos.
Respecto a los cuidados, dijo que muchas mujeres además de seguir su vida profesional en este autoconfinamiento, han tenido que hacerse cargo de manera casi exclusiva de las labores de cuidado de sus niños, de las personas de la tercera edad, también el tema de la alimentación, de la limpieza de sus casas, de los espacios habitables y normalmente lo hacen de manera exclusiva sin participación de pareja, de su cónyuge, de su concubinario o de los varones.
También ellas en esta pandemia han sido mucho más propensas a perder su empleo o a recibir salarios menores, incluso tener que trabajar sin salario alguno, les ha pegado el tema económico de forma verdaderamente fuerte.
Por eso es fundamental que la estrategia en materia de derechos humanos ponga en el centro de las poblaciones vulnerables, entre las que están las mujeres y mucho más las migrantes y las indígenas. La pandemia únicamente vino a agravar el estado de la situación en la que viven muchas de ellas.
Por su parte, Nadine Gasman, del Instituto Nacional de las Mujeres, dijo que «la pandemia no creó las desigualdades, pero sí las hizo más visibles a los ojos de la sociedad. Como consecuencia de la contingencia sanitaria, se ha revelado un sistema de género injusto y desigual, y un modelo económico fallido que históricamente ha afectado particularmente a mujeres y niñas».
El mundo después del covid-19 debe ser más justo para las mujeres
La pandemia no puede ser un pretexto para aplazar los compromisos de la igualdad de género, que seguirá siendo una prioridad para la Legislatura actual, por lo que, en la búsqueda de un mundo más justo, no podemos dar un solo paso atrás, aseguró Mónica Fernández, presidenta de la Mesa Directiva del Senado.
Destacó que la violencia de género no es ni por mucho el único de los problemas que requieren de una perspectiva de género. Fenómenos como el desempleo, la informalidad, la precariedad laboral, impactan con mayor fuerza a las mujeres.
En este sentido, el covid-19 ha sido un factor multiplicador de la desigualdad, de la discriminación y de la violencia por razones de género.
El Senado de la República reafirma su compromiso con los derechos humanos de las mujeres y ratifica su convicción de seguir revisando y reformando leyes para construir sociedades más iguales e incluyentes.
Manifestamos nuestro repudio a toda forma de violencia contra las mujeres. Del mismo modo, manifestamos el interés de México de mantener el tema de la igualdad de género, como una de las prioridades de la agenda global.
El mundo que surja de esta pandemia debe ser un mundo en el que las mujeres puedan ejercer sus derechos; un mundo libre de violencia y con plena igualdad de oportunidades.
Destacó que la igualdad de género, era al mismo tiempo una meta y un desafío antes de la covid-19. Recordó que antes de la irrupción de la pandemia, el problema de la violencia y la discriminación contra las mujeres, estaba en el centro del debate y de la agenda política, no sólo en México, sino en varias partes del mundo.
Sobre todo, por este resurgimiento del feminismo que, con expresiones y una fuerza inédita, demandaba acciones urgentes y contundentes en contra del machismo, la misoginia y el patriarcado como una forma de dominación histórica.
Evitar brechas entre hombres y mujeres
La crisis económica derivada de la emergencia sanitaria del mundo, golpea con más fuerza a quienes ya se encontraban en una situación desfavorable, entre quienes se encuentran las mujeres, aseguró el senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República.
Precisó que, dentro de los planes de recuperación económica, se tienen que tomar medidas para trazar una ruta que evite que la brecha entre hombres y mujeres se siga agrandando, por lo que se tienen que generar las condiciones para que después del covid-19 mejore la situación de desventaja que experimentan las mujeres y que han sido exaltadas y exacerbadas por la pandemia.
No debemos dejar pasar la oportunidad de poner estas necesidades políticas en el centro de la recuperación que tendremos que iniciar, una vez que la pandemia sea superada.
Tanto legisladoras como legisladores habremos de llevar a cabo un esfuerzo para que este proceso de recuperación se traduzca en políticas que ayuden a erradicar la enorme carga social concentrada en sectores, como las trabajadoras del hogar, las madres, las enfermeras y las víctimas de violencia doméstica, que lamentablemente se incrementaron en el confinamiento de esta pandemia.
Al respecto, la alta comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, admitieron que la crisis mundial debe ser una oportunidad para un nuevo acuerdo que permita abatir la desigualdad.