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Acerca de "El Príncipe" de Maquiavelo

Cuántas de estas máximas reconoce usted

Fuentes: Rebelión

Entre los libros de autoayuda hay uno que tiene más de 500 años. Los gobernantes, entre otros, lo leen. Es «El Príncipe», de Maquiavelo. Uno de los elementos a transmitir por su autor es que el mejor poder es el que menos se nota, y en su gran libro sostiene un concepto del Estado que […]

Entre los libros de autoayuda hay uno que tiene más de 500 años. Los gobernantes, entre otros, lo leen. Es «El Príncipe», de Maquiavelo. Uno de los elementos a transmitir por su autor es que el mejor poder es el que menos se nota, y en su gran libro sostiene un concepto del Estado que se hace necesario conocer. De sus explicaciones se deducen siete (7) máximas, en ellas trata de cómo «El Príncipe» puede conseguir el poder y conservarlo. El «Sumario de las Máximas Fundamentales de la Política» aparece al final del libro.

En la Primera de ellas indica que «es preciso que la población no tenga descanso ni ocio, porque de ahí provienen muchos conflictos: desorden y corrupción». El trabajo impedirá la ociosidad, pero tiene que ser un trabajo duro, además debe conseguir que las leyes sean asumidas por la población trabajadora de forma tranquila «aun en medio de los más abundantes presentes de la naturaleza,…»

En la Segunda Máxima, titulada «De la religión», le advierte de 3 aspectos: en el 1º se refiere a lo útil que es para hacer «pasar a las naciones de nativa ferocidad a la sociabilidad de la civilización». El 2º de los aspectos se refiere a cómo aquellas acciones de gobierno desaprobadas por la gente, si se ven apoyadas por la religión encontrarán menos obstáculos en la sociedad. Y, el 3º de los aspectos se refiere a aquellas «empresas» contrarias al mismo pueblo y que las altas instancias del poder levantan, sacan adelante, con solo decir que «están prescritas» por la religión.

En la Tercera de las Máximas se refiere a «las diferentes especies de gobiernos». «Los gobiernos, sean principado, de los grandes, o, popular, se verán carcomidos si dejan que entre en ellos la corrupción». Han leído bien, la corrupción. Pero Maquiavelo va más lejos en esta tercera máxima, explica cómo instaurar la monarquía; empieza diciendo que si hay igualdad «no puede establecerse el principado», de modo y manera que el monarca debe proceder a introducir «la desigualdad». ¿Y qué es lo que conforma la desigualdad?: la compra de voluntades, los premios y nombramientos que se entregan a otros dirigentes menores que harán de intermediarios con el pueblo llano «y -dice Maquiavelo- tendrán sumisas, con sus armas y, unión, la ciudad y provincia». Quiere decirse: se corrompe a las áreas de poder que sea preciso y, en caso necesario, estas someterán a la población por las armas. El autor es aún más preciso al añadir que «la monarquía se mantiene cuando admite una nobleza hereditaria que posea derechos y cargos que no pueden conferirse más que a una determinada clase de ciudadanos».

Cuarta Máxima de Maquiavelo: «De la corrupción y los remedios». En la Cuarta Máxima distingue entre los partidos de los ricos, a los que denomina «ministros de esclavitud»; ¿podemos mirar aquí qué partido o partidos representan, defienden, a los ricos?, según Maquiavelo son «ministros de esclavitud». Al otro lado señala al partido «de los instigadores del pueblo», y ahí sitúa a los «ministros de la licencia», ya sabe usted que «licencia» quiere decir «libertad». Pero en esta máxima sitúa el centro de su interés en el caso de un gobierno republicano corrupto -¿con qué identifican los antirrepublicanos una república corrupta?- entonces dice que es una ocasión para que «un hombre solo se apodere de la autoridad» y se implante un «Estado monárquico».

En la Quinta Máxima explica su punto de vista sobre las relaciones con gobiernos extranjeros, y en ella habla de resistir violentamente a las exigencias exteriores, aunque es preferible, dice, mostrarse equitativos, y, si llega el caso, reparar las faltas para con ellos. Añade varias recomendaciones precisas: no abusar, pues se puede desesperar a los vencidos; no hacer dos guerras a la vez; y no utilizar e inventar declaraciones de los que se han ido para hacer la guerra.

En la Sexta Máxima, Maquiavelo pone por delante su desconfíanza de los hombres, para sostener que son las leyes y no los hombres quienes deben repartir los impuestos, ya sabemos, leyes e impuestos implantados por «ciertos» hombres, hombres que antes han establecido un sistema de división social como es la monarquía, negación de la igualdad de derechos y deberes como él mismo ha dicho.

Por último, la Séptima Máxima, en ella recomienda un comportamiento fundamental al monarca y sus gobernantes: deben estimular a los gobernados para que ejerzan su oficio, mientras hacen presente en ellos el temor a que se les quiten sus propiedades. Pero ¡cuidado!: el temor entre el pueblo no debe ser superior al estímulo; ¿por qué? porque hay que hacerle producir para que el monarca y los gobernantes se puedan enriquecer.

¿Podemos pensar en cada una de estas máximas? ¿Cuántas de estas siete (7) máximas reconoce usted?

Título: El Príncipe.

Autor: Nicolás Maquiavelo.

Editorial: Alianza, Mondadori, Espasa.