1. Sé bien las estrategias de lucha de los pueblos de México por lograr la liberación que le abran el camino para una vida humana. Si contabilizamos sus batallas que han consistido en paros, caminatas, bloqueos, huelgas de hambre, invasiones, ocupaciones, autodefensa, etcétera. ¿Qué no han hecho nuestros humildes trabajadores para defenderse de la explotación, […]
1. Sé bien las estrategias de lucha de los pueblos de México por lograr la liberación que le abran el camino para una vida humana. Si contabilizamos sus batallas que han consistido en paros, caminatas, bloqueos, huelgas de hambre, invasiones, ocupaciones, autodefensa, etcétera. ¿Qué no han hecho nuestros humildes trabajadores para defenderse de la explotación, del hambre, la miseria y la represión? Por ello a grandes rasgos defiendo todas las formas de lucha de los trabajadores, busco entenderlas y explicarlas, así como las he apoyado en lo posible. Nací en política en medio de las guerrillas de Cuba y América y de las huelgas ferrocarrileras de México.
2. No podré extirpar de mi pensamiento la lucha guerrillera, esencialmente de los campesinos, además de sectores medios, como una gran batalla por la libertad y la justicia. Si revisáramos los últimos 200 años de historia de Asia, África y América Latina, encontraríamos que muchas luchas guerrilleras contra los gobiernos se transformaron en revoluciones y ayudaron al avance -aunque haya sido capitalista- en muchos países. Por ello nadie puede manifestarse contra la estrategia guerrillera en ningún país de los continentes mencionados; lo único que puede decirse es que en las condiciones actuales algunas guerrillas están frenadas, pero pueden reanudar su marcha.
3. La estrategia política de los movimientos sociales en las calles, de las luchas sindicales en las fábricas, de las batallas estudiantiles, la reivindicaciones de la mujer, los homosexuales, etcétera, son las luchas más importantes porque hacen madurar la conciencia social, aportan experiencias organizativas y de gestión. Si las guerrillas han sido violentamente reprimidas por la burguesía dominante buscando desaparecerlas, con los movimientos sociales, gobierno y empresarios, han buscado silenciarlos, corromperlos, mediatizarlos y reprimirlos. Los gobiernos conocen el peligro de que estas luchas crezcan y se conviertan en incontrolables.
4. La estrategia anarquista es considerada por la clase dominante como más peligrosa que las otras. Saben que los anarco/libertarios por convicción están contra todo gobierno y todo poder porque representa de manera natural la destrucción de la libertad, la justicia, la igualdad. Los anarquistas luchan por ideales profundos al parecer utópicos; las costumbres y tradiciones que desde siglos dominan, la han impedido: la propiedad, la familia, la desigualdad en el trabajo, el individualismo y la competencia. Por ello los anarquistas no buscan construir un nuevo poder o una sociedad jerárquica; buscan, al contrario, el autogobierno, la autogestión y la igualdad.
5. La estrategia electoral, junto con la llamada democracia, es la que ha dominado la sociedad capitalista. En México se impuso desde 1824, a los tres años de nuestra independencia de España; sin embargo las elecciones durante el siglo XIX fueron un simple ritual para legalizar el aplastamiento del pueblo por una minoría. En el siglo XX con la revolución las elecciones cambiaron muchas formas pero siguieron siendo el dominio de una minoría sobre el 90 por ciento de la población. Sin embargo las esperanzas no han muerto porque cada sexenio revive sin mucha explicación, pero siguen presentes porque el mismo capitalismo las apoya.
6. La democracia, que debería significar igualdad, nunca ha existido como tal. Significa legalizar exclusivamente el triunfo de la mayoría que acude a una convocatoria hecha por una minoría. Democracia no es satisfacción, bienestar, igualdad de todos, sino sólo de los presentes convocados. La democracia es una forma de Estado que desaparecerá junto al capitalismo y la vía electoral instalada por él. Suplirá a esa democracia burguesa hoy dominante, la autogestión, la participación colectiva, directa, de las comunidades. Ya no serán los «gobiernos de la mayoría», sino los autogobiernos de las colectividades.
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