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Albolote. Granada, sábado 3 de diciembre

Cuba canta a Palestina

Fuentes: Rebelión

En el teatro Cervantes de Málaga, en la sala La Riviera de Madrid, próximamente en Granada, Sevilla y Córdoba está teniendo lugar una cita mágica que aúna la música de dos pueblos, Cuba y Palestina, que aviva los sentimientos y hace aflorar toda la belleza que desatan sus talentos y la sensibilidad desnuda flotando en […]

En el teatro Cervantes de Málaga, en la sala La Riviera de Madrid, próximamente en Granada, Sevilla y Córdoba está teniendo lugar una cita mágica que aúna la música de dos pueblos, Cuba y Palestina, que aviva los sentimientos y hace aflorar toda la belleza que desatan sus talentos y la sensibilidad desnuda flotando en el aire.

Una cita mágica que aúna la lucha sin par de dos pueblos contra un mismo gigante de dos cabezas y que busca la solidaridad y el calor de todos los pueblos. Una cita mágica que en palabras de Jehad Rashid, presidente de Asecop (Asociación europea para la cooperación con Palestina), la organizadora de estos conciertos, «quiere despertar al dormido y comprometer al despierto». Porque hay que recaudar fondos para paliar a ese 70 % de la población palestina que convive con el hambre, que carece de los medios y bienes más primarios como lo son también las escuelas o los hospitales, etc.

Hace falta nuestra conciencia y apoyo contra el muro de Israel para seguir avanzando por los legítimos derechos del pueblo palestino tan reconocidos universalmente como impunemente machacados. Los pasos dados en el camino hacia su soberanía deben pronto deshacer su estrangulamiento e ir sofocando el dolor de sus gentes.

No os perdáis este encuentro entre dos gritos profundos de humanidad. Abre el telón Marwan, un joven español de padre palestino y madre española como nos da a conocer en un emotivo y vitalista poema. Su padre, soldado superviviente de la guerra de los 6 días, que vió morir a su lado a otros compañeros y que pudo llegar con vida a nuestro país. De signo mucho más trágico y conmovedor es la canción que pone música a la carta que un niño envió a las autoridades después del asesinato de un compañero suyo por soldados israelíes mientras su padre trataba de interponerse frente a ellos. Otra muerte grabada en directo, otras imágenes más, espeluznantes, que dieron la vuelta al mundo en esta carrera loca hacia el horror y la destrucción. Os recomiendo visitar su web marwanweb.com donde podréis conocer sus letras y escuchar algunas de sus canciones. Tiene ya dos discos. Personalmente este bravo cantautor ha sido para mí todo un hallazgo. Con mucha más voz y aliento que Ismael Serrano al que debe alguna influencia. Pero prefiero sus querencias por la música y estilos de Manu Chao.

Samir Mansur deleita con temas palestinos clásicos y populares que nos transportarán a su tierra, y sobre todo, a los muchos compatriotas presentes refugiados.

Y llega al final la hora de los maestros, Vicente Feliú, Aurora de los Andes y Alejandro Valdés Montero. Otro maestro Carlos Tena, que les conoce y quiere bien, compañeros al fin de un mismo viaje, desde la Habana rememora esta semblanza de ellos:

Conocí a Vicente Feliú en uno de esos actos multitudinarios a los que solíamos acudir en la esperanzada España de los ochenta, creyendo que la democracia que se nos había consentido era poco más o menos como la de Francia. La convocatoria era para protestar contra la OTAN. En el escenario, un Felipe González con cara de no creerse nada, aguardaba el momento de su baño de multitudes. Eduardo Sotillos, demócrata convencido desde 1978, y muy próximo al nefasto líder del PSOE, me preguntó con cara de censor de la época, sabiendo que yo actuaba de animador del evento (qué otro remedio), «cómo iba a presentar a Felipe». Le respondí que «como el próximo inquilino del vecino Palacio de la Moncloa», mas con rostro incrédulo me sugirió que era mejor que dijera «el político que nos sacará de la OTAN», a lo que yo repondí: «Que Dios te lo demande si no cumple». Y como todos sabemos, González no sólo no retiró a España de ese organismo terrorista, sino que entregó al Ejército para que cumpliera los mandatos de EEUU. Entre los artistas invitados figuraba Vicente, voz solidaria donde las haya, miembro de la Nueva Trova cubana, uno de sus cantantes más representativos junto a Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Noel Nicolá, Lázaro García y Augusto Blanca, entre otros, que trabajó durante quince años en la organización, ocupando diferentes responsabilidades incluyendo la presidencia. Heredero de la guitarra paterna y creador de canciones magníficas (como su hermano Santiago, uno de los músicos más interesantes de la isla), Vicente ha recorrido medio mundo, desde que comenzara a cantar a los 17 años, bajo la bandera de la solidaridad, del internacionalismo, actuando en toda América Latina, Europa y varios países de África, no sólo con sus compañeros de la Trova, sino con otros artistas como Luis Eduardo Aute y Juan Carlos Senante, los chilenos Isabel Parra e Inti Illimani, los argentinos León Gieco y Mercedes Sosa, los estadounidenses Jackson Browne, Pete Seeger, Holly Near y Little Stevens, los uruguayos Daniel Viglietti y Alfredo Zitarrosa, y Carlos Mejía-Godoy de Nicaragua. A Feliú se le puede encontrar cantando en lo más profundo de la tierra cubana, o arriba, en la cima del Monte Turquino, rodeado de jóvenes trovadores sin edad, e impulsando la nueva canción cubana desde dentro del compromiso de cantautor. Como ahora, con, para y por Palestina, Vicente está donde haya una causa justa para la que cantar, y además, junto a su hija Aurora de los Andes, una de las voces más bellas de Cuba, verdadera revelación entre las jóvenes promesas que la Perla del Caribe entrega al mundo de la canción. Tuve la inmensa satisfacción de escucharles juntos en esa hermosa e histórica villa de Guanabacoa, en el jardín del Museo de la ciudad, cerca de esas calles por las que paseaban Bola de Nieve, Rita Montaner o Ernesto Lecuona. Aurora trabaja la voz de una forma exquisita, canta con un timbre tierno y profundo esos bellísimos textos de su amplio repertorio, que ya disfrutaron públicos distintos, desde 1993, en el Teatro Monumental de Santiago de Chile durante el Homenaje a Víctor Jara, en varios conciertos celebrados en Madrid, Sevilla y Barcelona, o en la Republica Dominicana. Y a su lado, un magnífico guitarrista y trovador habanero, Alejandro Valdés, que desde 1978 se vinculó a los festivales de la trova, en varias ediciones del Festival Internacional de Guitarra de La Habana, Festival Jazz Plaza y también en el Festival de las Artes de San José, Costa Rica, que ha trabajado junto a Anabel López, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Miriam Ramos, Elena Burke y Sergio Vitier. Los tres están aquí y ahora para combatir, sin otro arma que la palabra, por la libertad del pueblo palestino; todos ellos presentes en esa causa, no sólo justa sino absolutamente necesaria para lograr la paz en el medio Oriente, allá donde los halcones de Israel, domesticados por Bush, siembran muerte y levantan muros de la vergüenza. Contra la sangre y el terror, aquí está la sonrisa y el vuelo de unas voces, que como palomas de la concordia, envían al aire sus canciones de esperanza.

¡Viva Cuba! ¡Viva Palestina!