El 8 de junio de 2007, se discutió el libro Los Movimientos Sociales del Siglo XXI1 coordinado por Ricardo Martínez Martínez en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades «Alfonso Vélez Pliego» donde, como tradición, se comparten tiempos de reflexión y crítica. La presentación, moderada por Yerson Rojas alumno de la licenciatura en sociología, se […]
El 8 de junio de 2007, se discutió el libro Los Movimientos Sociales del Siglo XXI1 coordinado por Ricardo Martínez Martínez en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades «Alfonso Vélez Pliego» donde, como tradición, se comparten tiempos de reflexión y crítica. La presentación, moderada por Yerson Rojas alumno de la licenciatura en sociología, se realizó con la participación de los doctores Sergio Tischler y Fernando Matamoros. El libro es el resultado de un esfuerzo colectivo donde convergen una serie de reflexiones sobre las reconfiguraciones de las luchas y organizaciones en el mundo y sus paradigmas. No se reduce a los aspectos editoriales de eficiencia terminal para las instituciones que validan lo que vale y lo que no vale como pensamiento crítico, sino que va más allá de las repeticiones empíricas, tanto de las instituciones del saber, como de muchos medios de comunicación que difunden cotidianamente mentiras que se hacen verdades y verdades que se hacen mentiras. Contiene una serie de reflexiones colectivas sobre los movimientos sociales, los autores consideran el pasado y las configuraciones y conversiones de las viejas organizaciones inscritas en los paradigmas de la modernidad, partidos y verticalidad de las decisiones. Son palabras de vida, trata de los guerrilleros derrotados en el pasado, de los pobres de la región, de los inmigrantes que se preguntan cómo caminar frente al totalitarismo de las verdades mediáticas de la tele-show que esconden el dolor del territorio, llamado en este caso Mesoamérica.
2) Este esfuerzo editorial busca compartir y enriquecer puntos de vista de la palabra. A la manera de Walter Benjamín, el libro incursiona en el lenguaje humano, rompe con la sociología del lenguaje estructurada en verdades tanto de lo visto como de lo verdadero. Desde luego, como todo nacimiento, bautizo o presentación, el libro muestra características empíricas de lo colectivo y, por lo tanto, tiene las riquezas, pero también las fragilidades de los miembros de la «familia» que lo median en su constitución, es parte de las experiencias de los sujetos sociales. También, metafóricamente, recordando a la Malinche-Chingada, podría decirse que «no tiene madre», pues su madre tierra y los herederos del pasado fueron violados, expulsados, matados durante el proceso de Guerra de Baja Intensidad (GBI), guerra sucia del imperio norteamericano generalizada en el neoliberalismo. No tiene madre, pues las viejas verdades están tambaleándose dentro del drama y la tragedia de la historia. No todos los autores comparten los mismos puntos de vista, lo que lo hace más interesante, pues es un debate sobre los procesos contextualizantes del mundo moderno y sus actores compartiendo la memoria de las derrotas del pasado y las reconversiones políticas de la región. Entre remordimientos y cambios de camisetas entre izquierda, centro, ultra, izquierda moderada y radical muchos se «cachondean», pero sufren dentro del «putero» de la historia. Nos muestra los errores del pasado cuando se entra a la boca del lobo, las instituciones, algunos que se siguen repitiendo y otros que se dibujan como frustraciones en el futuro. En otras palabras, como la tradición lo exige, más allá de las derrotas, más allá de los puntajes de las universidades, el libro tiene el lenguaje humano. No se trata solamente de palabras de universitarios, sino de esfuerzos críticos que buscan salir del tiempo del capital, de sus sombras militarizantes y dolores de condiciones infrahumanas de sobre-vivencia.
4) El libro contiene una mirada del contexto de cambios del último tercio del siglo pasado. Investiga las estrategias totalizadoras del capital que han re-organizado sus múltiples discursos, filosóficos, políticos, militares con perspectivas de dominación: democracia controlada y libertad para comprar y privatizar todo, desde la cultura y la identidad hasta la dignidad revalorizada en las terapias intensivas de reacomodo del dolor y las neurosis, muchas veces suicidios ante la falta de perspectivas sociales de colectividad, todo se vende en el mercado. Estos discursos han construido objetos que han penetrado nuestra subjetividad. Como veremos adelante, el conjunto de textos muestra que las recomposiciones que se han dado en las organizaciones del pasado (muchas de ellas movimientos armados) y sus dirigentes (como Daniel Ortega, por ejemplo) han caído dentro de los paradigmas de la globalización y mundialización, democracia vigilada y libertad militarizada dentro del Choque de Civilizaciones. Muchas de las críticas al «pecado estructural», dirían los teólogos de la liberación, aquellas estrategias y tácticas de organización de los movimientos sociales del siglo pasado, se han internado dentro de las instituciones y formas de organización autorizadas, las ONGs en la sociedad civilizada financiadas por las grandes fundaciones del planeta.
5) Este libro hubiera podido llamarse «Historia y movimientos sociales del siglo XXI, un diálogo y una ruptura del pasado con el presente», ya que sitúa a los nuevos movimientos en la memoria como rebeldía. Hace vibrar en nuestro interior deseos acumulados por las experiencias de los movimientos del pasado, elementos participativos de las crisis estructurales y de hegemonía de las nuevas formas de dominación. Sin embargo, al hacer la descripción de esos movimientos, nacionalismos, enfrentamientos guerrilleros, organizaciones verticales y autoritarias, aunque a mi parecer los estaciona en una estación de tránsito de conceptos y categorías del capital viviendo en nosotros, el libro muestra que los nuevos movimientos, herencia o continuidad de la lucha de clases, fueron derrotados justamente por las categorizaciones o conceptualizaciones inscritas dentro de las lógicas nacionales electoralistas y de guerra.
6) A pesar de esta crítica necesaria, el texto destaca en sus análisis que los movimientos sociales no están cerrados. Contienen en su interior y dentro de las preguntas la crisis y los antagonismos, los alejamientos y las recomposiciones para poder caminar con nuevas perspectivas. En este sentido, los trabajos de Ricardo Martínez sobre las dinámicas del neozapatismo muestran las reconstrucciones de los sujetos en relación crítica, tanto de las leyes como de las herencias del pasado, como de esperanza y revolución. Desde luego, no se trata solamente del neozapatismo, sino también de las diversas experiencias en América Central donde actores se hacen preguntas sobre los viejos actores cooptados dentro de las lógicas institucionales de corrupción, de electoralismo y autoritarismo en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de las disputas dentro del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) o de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Estas dinámicas electoralistas se expresan en los cambios de «color de las camisetas o cachuchas», como cualquier jugador o porrista de equipo de fútbol, o más grave aun, implican a la colectividad militante: hacen alianzas partidarias institucionales (vease, PRI-PRD para derrotar al PAN o PRD-PAN para derrotar al PRI), sin ningún recuerdo de lo inmediato o mediato de los muertos y su memoria (Chiapas, Atenco, Oaxaca). Así, para el caso de México, el libro muestra las contradicciones del PRD y sus actores caídos en la marmita de los paradigmas de la democracia y el nacionalismo bajo la tutela del totalitarismo de los medios de comunicación.
9) Paradójicamente, aunque situando casi todos los movimientos en las experiencias del pasado, por ejemplo FSLN, FMLN, URNG, el libro forma parte de los síntomas del malestar político en el interior de los militantes seguramente con familiares muertos o desaparecidos. Es como si las victimas del pasado se rebelaran contra los paradigmas determinando las estrategias de las organizaciones en el siglo XXI. Es decir que los diferentes artículos del texto muestran a los movimientos amalgamados por conceptos y formas determinadas dentro de las fragmentaciones sociales. Sus nacionalismos, sus democracias, sus formas de lucha militar, sus identidades políticas se encuentran dentro de las redes de lo que, en su libro Cambiar el Mundo sin Tomar el Poder (2002), John Holloway ha llamado la telaraña institucional atrapando las moscas que se rebelan contra el capital.
10) Los trabajos del capítulo 2 sobre el Movimiento de Lucha Popular (MLP) en Guerrero, México, la experiencia del Sindicato del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la de Honduras en el Consejo de Organizaciones Indígenas y Populares (COPINH) en el capítulo 4, muestran como las experiencias, desde abajo y a la izquierda, son otras posibilidades más de alejamiento de los conceptos y categorizaciones de los partidos y movimientos cerrados de las derrotas pasadas, pero también nuevas experiencias a las determinantes de las elecciones y las ONGs determinadas dentro de las instituciones internacionales del mercado (OMC, FMI, ALCA, PPP, etc). Por ejemplo, en el trabajo del Movimiento de Lucha Popular (MLP) se destacan las experiencias educativas y ecológicas desde abajo, organizándose políticamente para romper los paradigmas de la democracia electoral y el mercado. No se presentan como la única solución, pero muestran la necesidad de organizarse en espacios particulares para poder pensar, salir de los tiempos del capital y sus elecciones. De la misma manera, podemos resaltar que la experiencia del sindicato del IMSS rescata la organización de los trabajadores como luchas contra la mundialización y globalización: privatización de la salud, la electricidad, el petróleo, el agua, etc. En efecto, defender el seguro social y el empleo se vuelven luchas contra la expansión de la privatización de los recursos naturales. La experiencia de la COPINH en Honduras muestra cómo desde abajo, en la autonomía, se pueden vincular las luchas por el trabajo y la tierra contra la privatización del agua, lógicas inscritas en los problemas mundiales del capitalismo mundial.
11) Finalmente, antes del final, que raramente hay final pues no hay fines de la historia, sino solamente alejamientos para pensar las posibilidades en las derrotas y errores, el libro muestra que, ante las mentiras y fraudes vividos, los movimientos sociales siguen su curso en contra de los discursos dominantes. Aunque votan o no votan, aunque sienten y sufren el fraude a su voto, siguen preguntándose cómo caminar ante la condena y el destino de la farsa electoral neoliberal.
12) Ricardo Martínez afirma que «la lucha viene» en «Centroamérica: del cuerpo y la esperanza». Pero, me parece que la lucha no viene, ya está constituyéndose dentro de las defensas y resistencias al modelo neoliberal. A pesar de los discursos mediáticos y la expansión del miedo en los cuerpos y subjetividades cerrando perspectivas de lucha, no es raro el número considerable de películas de terror y ficción en las carteleras. Estos trabajos miran al pasado en el presente de los errores. El pasado, parte del presente, vincula esperanzas para el porvenir, posibilidades de abrir con muchas llaves los candados helados de las celdas financieras del poder y del capital. Desde mi punto de vista, muchos, contando nostálgicamente sus hazañas como único camino a seguir, quedaron anclados en un pasado romántico. Pero, el principal aporte de este libro es que, con la multiplicidad de experiencias, estrella el espejo de la realidad, salta las reglas, rompe la moral y su ley. En las experiencias de los muertos, busca otras posibilidades, otras llaves a la caja de Pandora para liberar a la esperanza del presente hacia otro porvenir.
13) Desde luego, no ha terminado el esfuerzo e las palabras reseñadas en este libro y al leerlas tenemos escalofríos, tenemos miedo, pues las lógicas guerreras por su civilización siguen su curso con la militarización. Quedamos desilusionados y tenemos vergüenza, pues muchos líderes del pasado se volvieron miembros de la nueva oligarquía (en México hay varios que pasaron de izquierda a la administración del poder). Tenemos rabia, pues muchos se enriquecieron, recibiendo dinero por debajo de las mesas, cambiaron de bando, son los enemigos de la libertad, ahora trabajan para el sistema económico de su libertad. Por eso el libro no es solamente palabra, es materialización del cuerpo-sociedad, del dolor. Es pregunta y resistencia contra las condenas de ley mediatizadas en las balas que asesinan a los rebeldes en la cotidianidad. Como arte desafiando al mundo, este libro en su creación nos vuelve rebeldes, nos aleja del mundo en la resistencia, pues aun no ha acontecido lo Nuevo. Es ruptura con lo estético de lo viejo engordado por el poder. Desde luego, como todos nosotros, como todo objeto (sujetos, locuras, sexualidades, amores…) estamos mediados por la sociedad y sus antagonismos. Debemos ser con Enrique Vila-Matas exploradores del vacío, pensar nuevas alternativas en la discordancia y confrontación de las ideas para no seguir cayendo en las trampas y garras de la bestia que sigue incubando los huevos de la serpiente.
14) Las reflexiones de este libro muestran que la escritura construye esfuerzos de luchas, tensiones y antagonismos frente al monstruo de mil cabezas que se sigue expandiendo con sus tentáculos de guerra y totalitarismo. Como afirma Francisco Toledo, las presas salen de sus madrigueras en la oscuridad de la infamia. Salen a buscar su alimento contra la condena de la dominación, llenar su espíritu con la esperanza de la utopía-libertad. La escritura se vuelve oxigeno para los ejércitos guerrilleros del espíritu, aquellos que, como ermitaños, siguen pensando más allá de la televisión y del capital. Nos muestra que no estamos solos, que en América Latina hay millones pensando cómo caminar en el bosque de espinas de dolor, desempleo y miseria; que somos parte de la locura enloquecida y enfurecida por vivir más allá de las condenas; que somos más de los que nos pensábamos solos, que somos parte de los condenados a la guerra del mercado, de los vigilados por helicópteros derrochando nuestros impuestos; que somos demasiados los que seguimos preguntándonos dentro de la neurosis de la soledad, el suicidio y la fragmentación, cómo caminar abajo y a la izquierda más allá de las instituciones electorales autorizadas y pesadillas del destino del capital.
La historia fue más rápido que las ediciones, aunque el libro no menciona a los que se han suicidado anónimamente en los últimos años, ni a los nuevos mártires de Chiapas, Atenco y Oaxaca, estos son otras huellas del pasado en el presente de la ignominia para poder transitar con la esperanza, salir del vagón llamado sufrimiento y dolor para alcanzar Otra vida llamada Solidaridad.
*Para saber donde encontrar el libro escribir a [email protected]
1 Ponencia de la presentación, 8 de junio de 2007, del libro: Ricardo Martínez Martínez, (coord.), Los Movimientos Sociales del Siglo XXI. Diálogos de las Resistencias, Jorale editores y Orfila, México, 2007.