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Alberto, Merkel, Putin y la vacuna como nueva articulación regional

De Rusia con amor

Fuentes: El Cohete a la luna

Cecilia Nicolini es la asesora del Presidente encargada de la gestión en primera mano de las vacunas.

En diálogo con El Cohete a la Luna adelanta todo: cronogramas, escalas hasta el ingreso masivo, Rusia y AstraZéneca, la inminente publicación en The Lancet y la última conversación de Alberto Fernández el lunes pasado con la canciller Angela Merkel. Ella había hablado con Putin interesada en conocer detalles de la vacuna para acercarla a la Unión Europea. Luego llamó a Fernández para preguntarle por los resultados en Argentina. Nicolini también habla de sus diálogos cotidianos con el Fondo de Inversión Directa de Rusia. La traducción de protocolos del ruso al inglés elaborados por el país y ahora irradiados a otros países. De la circulación de las recomendaciones del ANMAT y las gestiones de Alberto para el acceso a la vacuna de los países de la región como parte de una agenda que tiene como eje el acceso global a la vacuna.

–¿Cómo está la situación con Rusia y cuál es el cronograma?

–Firmamos un acuerdo con el Fondo de Inversión Directa de Rusia para adquirir un total de 15 millones de vacunas, que son 30 millones de dosis, para ser entregadas de diciembre a marzo. Se firmó un contrato, se estableció un cronograma que puede variar de acuerdo a la disponibilidad y la capacidad de producción en un desafío tan complejo de lo que significa producir cientos de millones de dosis para el mundo entero. En ese esquema, las partes intentan cumplir su cuota al máximo. El objetivo de que llegaran vacunas en diciembre realmente fue un esfuerzo humano de ambas partes para poder empezar a vacunar lo antes posible, sobre todo al personal de salud, de acuerdo a la planificación estratégica que planteó el Ministerio de Salud. A partir de allí, lo importante es que las vacunas vayan llegando para no cortar con el programa de vacunación, porque al mismo tiempo se desarrolla un plan de vacunación de acuerdo a la capacidad que el país va adquiriendo. Es importante entender que esto es un rompecabezas muy complejo. Hoy las vacunas de Sputnik V van llegando como anunció el Fondo en un comunicado, y existe un retraso de dos o tres semanas mientras amplían la capacidad de producción porque realmente los resultados de la Sputnik V han sido buenísimos. Es una de las mejores vacunas con las que hoy contamos en el mercado por los resultados de eficacia y también de seguridad. Entonces, se incrementa la demanda y aumenta la producción no solo en Rusia, sino también en muchos otros países. Esto implica desfasajes y demoras en la producción. Sin embargo, como dijo el Fondo, Argentina es uno de los países prioritarios porque fuimos de los primeros que registraron la vacuna, estuvimos en diálogo, trabajamos de manera muy estrecha con todos los científicos de Gamaleya y con la ANMAT para avanzar en la autorización.

–México pidió colaboración a la Argentina para gestionar la vacuna rusa.

– Hemos hecho de puente y acercado información a otros países. Gamaleya es un laboratorio muy pequeño, no es una gran farmacéutica ni una multinacional, y está siendo apoyada por el Fondo Ruso de Inversión Directa para realizarla y comercializar, lo cual tiene un curva de aprendizaje. No tiene representantes en todos los países, a diferencia de Argentina que tiene un intercambio diario. Por eso en octubre viajamos con Carla Vizzotti para conocer información de primera mano. Entrevistamos a los desarrolladores, buscamos saber cómo era la estructura del Fondo, cómo comercializaban, necesitábamos conocer todas las piezas para poder cerrar un acuerdo complejo. A partir de allí, compartimos información con muchos otros mandatarios y países de América Latina, e incluso en la última llamada que tuvo el Presidente el lunes pasado con Angela Merkel. Merkel habló con Putin una semana antes. Y ella quiso hablar con el Presidente esta semana para saber más sobre esta vacuna. Ahora, a pesar de que existen las demoras, el acuerdo nos garantizó que sigan llegando vacunas para vacunar. Y cuando esa demora esté resuelta podremos recuperar el cronograma inicial, con el objetivo de que lleguen vacunas de manera considerable. Hoy esperamos que a mediados de febrero eso ya esté solventado. En el caso de Sputnik V son dos componentes diferentes. Primero hay que dar uno y luego el otro. Por eso dividimos el envío de componentes para no tener que estar también en la conservación, que significa también erogación. La recomendación de la segunda dosis es que se dé a partir del día 21, eso no significa que ese día tiene que ser, sino que es a partir de ese día.

–¿Cada cuánto hablás con el CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa?

–Muy seguido. Acabo de hablar. Lo vuelvo un poco loco. Pero está a disposición y hemos generado una relación de mucha confianza. Nos van informando de todos los avances para que podamos estar al tanto y hacer los ajustes necesarios. La charla del jueves fue sobre las posibilidades de retomar el esquema pautado originalmente. Son muy serios, cuando se comprometen a algo hacen un gran esfuerzo para cumplir y soy consciente de eso porque estuve trabajando con ellos en Rusia. Los vi. Quieren trabajar en ese nuevo cronograma con toda la información que van recibiendo de las plantas productoras. Y hay que entender que esto es algo que se va haciendo en tiempo real. Con ese canal de comunicación fluido nos actualizan la información con datos certeros. Y para nosotros es importante tener esa información para brindarla y dar transparencia a un proceso tan sensible como es la vacunación y que llegue a la mayor cantidad de población en el menor tiempo posible, pero a su vez no dar información de más que va a generar expectativas difíciles de cumplir. Hay que ser cautos, porque la situación es compleja.

—Lo complejo no sólo tiene que ver con la demanda. Vos hablabas de la evolución de un producto que tiene que ver con la evolución de un ser vivo.

–Todo esto lo aprendo de ellos porque soy politóloga, no soy bioquímica ni epidemióloga. Son células vivas que van creciendo y reproduciendo. El Instituto Gamaleya es muy prestigioso y ha generado una de las vacunas más eficaces y más seguras. Esto tiene un proceso de manufactura con pasos muy concretos, que tiene que ser siempre igual para obtener la misma calidad. Si una producción no cumple con los altos estándares del Instituto Gamaleya, esa producción se desecha. Obviamente la planificación lo tenía contemplado. De hecho, no hacen un control de calidad, hacen tres. Sobre todo en las tandas que hacen afuera donde tienen más controles de calidad. Ahora pudieron hacer transferencia de tecnología a casi cinco plantas dentro de Rusia, y están trabajando con India, Corea del Sur, Emiratos Árabes, Brasil, Kazajstán, y no sé si me olvido de alguno. La transferencia de tecnología lleva un tiempo y cuando empiezan a producir el control de calidad lo hace Gamaleya. Del lote que se produce, mandan muestras para analizar. El haber hecho una vacuna tan buena les impide tomar riesgos porque están controlando calidad por calidad. Por eso, a veces tarda más tiempo del previsto. Por eso hay que regular las velocidades mientras comunicamos la disponibilidad.

–¿Cómo queda entonces el cronograma?

–Como decía, el objetivo final es que hasta marzo lleguen 30 millones de dosis, que puedan estar repartidas en estos tres meses. Obviamente, esperábamos una mayor cantidad para el mes de enero que es este comunicado que dio el Fondo. No quiero dar cifras más concretas porque no están realmente confirmadas. Ellos piensan lo mismo y por eso estamos en conversación para diagramar el nuevo cronograma. Sí se comprometieron a que semana a semana van a llegar vacunas y no van a interrumpir. Siempre serán vacunas que hayan pasado por todos los pasos y por todos los controles de calidad porque de todo tienen un seguimiento muy detallado.

–¿El retraso de la semana pasada tuvo que ver con los problemas políticos en Rusia con la producción?

–No. Rusia está pasando por una situación compleja en asuntos internos, pero la vacuna va por otro carril. No ha tenido que ver eso. La demanda de vacunas es global porque la segunda ola de la pandemia está golpeando muy fuerte a Europa y el nivel de preocupación es enorme.

–La publicación pendiente en The Lancet, ¿cuándo sale?

–Nosotros aprobamos y autorizamos el uso de emergencia de la vacuna con información de fase tres, que por ahora es reservado, es confidencial, lo tiene la ANMAT, pero los resultados fueron muy muy contundentes. La ANMAT tiene estándares de calidad altísimos, así que creo que muy poca gente se animaría a cuestionarlos. He trabajado con ellos de primera mano, han viajado a Rusia y sé los estándares que tienen que cumplir. En ese sentido, no tengo ninguna duda sobre los datos de eficacia y seguridad. Entiendo que estamos próximos a tener esa publicación de The Lancet de los datos de fase tres, en los próximos días. Es difícil determinar un tiempo porque son científicos expertos que se toman su tiempo, hacen preguntas y repreguntas. Los científicos que hicieron la vacuna responden y lleva tiempo. Pero entiendo que ya estaría casi cerrada la publicación. Los resultados son muy contundentes.

–¿Alberto Fernández habló con Merkel pero además con líderes de la región?

–Sí, el Presidente tiene una muy buena relación con casi todos los mandatarios de la región. Argentina fue pionera en la relación con Rusia y como nosotros viajamos para tener de primera mano la información, la hemos intercambiado. Lo fuimos haciendo durante toda la pandemia con diferentes temas como los respiradores, la detección temprana y las terapias. En ese sentido, el Presidente se comunicó con varios mandatarios, con Arce de Bolivia, por ejemplo. Efectivamente, los acercamos para que pudieran firmar el contrato y por eso han recibido 10.000 dosis de cada componente. Recordemos que el gobierno de Bolivia empezaba por atrás, porque el gobierno anterior no había hecho nada para gestionar el acceso a la vacuna. También habló con Lacalle Pou, de Uruguay, y con López Obrador, de México. Incluso tuvimos una videoconferencia y los contactamos con el Fondo. Están prontos a cerrar contrato y autorizar el uso de emergencia. También estamos en contacto con Perú, autoridades de Brasil, donde la van a producir, lo comentaron también con el Presidente Piñera, de Chile. Obviamente, también lo habló con la canciller Merkel. Con todos aquellos que necesitan información.

–¿Y qué piden?

–Dos cosas. En primer lugar el acuerdo y la firma, porque haber viajado y haber construido la relación sirvió para entender quiénes eran los interlocutores para cada tema: contratos, manufactura, logística, datos de fase tres, ensayos clínicos. El Instituto Gamaleya tiene pocas personas que trabajan mucho, entonces nosotros adelantamos toda la información que tenemos y eso alivia mucho. Cuando íbamos a Rusia nos llamaban “las señoras de las preguntas”, porque efectivamente preguntábamos todo. Y ahora, poder transmitir esa experiencia permite a los Estados agilizar los tiempos para que después puedan ir sólo a los detalles. La segunda cuestión son los datos que tienen que ver con los ensayos clínicos. La ANMAT tiene acuerdos de regulación en la región a través de los cuales las agencias comparten información de manera confidencial, y eso acelera los procesos.

–Entonces, ¿Argentina comparte con México información para poder llegar a la aprobación?

–Sí, incluso les permite tomar la primera decisión de avanzar o no con la negociación. Luego cada agencia pide sus papeles con lo que necesita, pero por lo menos ven si avanzan con las negociaciones a partir de este primer intercambio porque toda la información dice que es una vacuna segura, eficaz. Hemos hecho trabajos de traducción literal de todo el material del ruso al inglés. Eso sirve también para trabajar con otros países. También podemos allanar un poco el camino para hacerles el mapa de los actores para poder cerrar el contrato, trabajar en las logísticas. El Fondo ha aumentado la producción para abastecer a muchos países, con la lógica de que los países tienen que tener acuerdos multivacunas. Ninguna vacuna va a poder abastecer al 100% de los habitantes de los países. Hay algunas que son más fáciles de aplicar solo en centros hospitalarios y otras son más fáciles de descentralizar para que la gente pueda ir a otros lugares. Los rusos no tienen una lucha por ocupar todo el mercado.

–Entonces Rusia termina siendo un proveedor posible para todos ante la escasez de vacunas en todo el mundo.

–Se combinan muchos factores. Es una muy buena vacuna. No ha tenido situaciones complejas, como han tenido otras vacunas. Se desarrolló en una plataforma muy segura con resultados muy muy buenos.

– ¿Cuántos países son los que están detrás de la vacuna rusa?

–Ellos tenían un listado de hasta 50 países interesados en la vacuna. Hungría ya aprobó y están en contacto con el agente regulatorio europeo. Entiendo que han tenido varias reuniones y en febrero iban a hacer la inspección final para poder aprobar la vacuna. Las publicaciones de The Lancet van a facilitarlo más. La canciller Merkel tuvo una conversación con el Presidente Putin porque también estaba interesada en conocer los detalles para acercar esa vacuna a la Unión Europea. También países como Emiratos Árabes, Japón y muchos de América Latina. Se está expandiendo muchísimo.
–¿Cómo ves el cronograma con el resto de las producciones?

–Con la vacuna de AstraZéneca se hizo un ejercicio muy bueno que demuestra la importancia de la integración regional, no solo por la coproducción de la vacuna entre Argentina y México, sino también por la posibilidad de distribuirla de manera equitativa a los países de la región de acuerdo a su población. Cuando esto pase, va a ser un ejemplo de cooperación muy interesante. La de AstraZéneca ya se está mandando de acá a México para la etapa de la dosificación y el envasado. Esperamos que a fines de febrero, principios de marzo, lleguen las primeras dosis a la Argentina. Las dosis totales fueron 22 millones, como para vacunar a 11 millones de personas. Las dos dosis son iguales. De las vacunas de Covax hemos adquirido 9 millones de dosis para que lleguen en el primer semestre del año, es decir entre enero y julio, pero esperamos que marzo sea el mes en el que empiecen a llegar a través del mecanismo que se creó para que países con menores recursos puedan acceder a la vacuna. Se está trabajando en la producción, pero está avanzando bastante bien. Con la vacuna de Sinopharm estamos trabajando en un posible acuerdo, así que no puedo dar mucha información. Serían 1 millón. Como dijo el Presidente, estamos trabajando y sería para vacunar a 500.000 personas, porque también son dos dosis. En lo posible, el objetivo es que lleguen entre febrero y marzo pero hasta no cerrarlo no vamos a anunciarlo. Al mismo tiempo estamos trabajando en la autorización, el contrato y la logística, que todavía no es un problema, pero está siendo un gran desafío ya que el mundo entero está queriendo trasladar vacunas que necesitan refrigeración. Necesitas un tipo de packaging que también empieza a faltar.

Operativo de vacunación: ¿a cuánto se aspira por mes?

–Eso es algo que lleva el Ministerio de Salud, pero cuando trabajamos en el operativo de adquisición también tenemos en cuenta las capacidades reales para vacunar, pero con vistas al esfuerzo pendiente para incrementarlo. Intentamos ser realistas y vacunar unas cinco millones de personas por mes, pero con el objetivo que una vez que van llegando las vacunas se vaya escalando la vacunación y las prácticas vayan mejorando. No tengo ninguna duda. Argentina, como otros países de América Latina, es líder en los planes y calendarios de vacunación. En ese sentido podemos dar lecciones al mundo sobre los planes de vacunación masiva que venimos cumpliendo desde los ’70, pudiendo eliminar algunas enfermedades con éxito. Tengo mucha confianza que el plan de vacunación va a ir muy bien porque tenemos un personal muy preparado. Carla Vizzotti, que viene llevando el plan de vacunación hace muchos años, sabe muy bien lo que hace.

–El mundo aún discute las dos dosis ante la escasez, ¿qué pasa acá?

–Yo creo que la ciencia avanza porque somos capaces de cuestionarnos cómo hacer para salvar la mayor cantidad de vidas. Eso es algo positivo. Hay que cuestionarnos los resultados y alcanzar lo mejor que podamos. En este caso, cuando uno adquiere las vacunas, las adquiere con un prospecto y una manera de aplicarlas. Eso forma parte del contrato y no se puede hacer lo que una quiera. Si hay que mantener la vacuna a -18°C, hay que garantizar eso porque si no se transforma en una negligencia. Hay que ser cuidadosos. Hay vacunas que tienen una sola dosis y otras que tienen dos dosis con intervalos de 21 o 28 días como mínimo. Se administran de acuerdo al prospecto del productor.

–¿Podes hacer una lectura más global de los vínculos que va haciendo Gamaleya, pensando en una multilateralidad?

–Esto es una pandemia global y tenemos claro que si no nos vacunamos en todo el mundo no vamos a salir de la pandemia. No es que sirve solo vacunar a los países del norte para asegurar la salida. La reactivación económica también tiene que ver con ese esquema de salida global. De nada sirve que los países ricos puedan tener rebote económico, si la mitad del mundo sigue rezagado por el impacto de la pandemia. Esto tiene que ser una salida orquestada y las potencias así lo entienden o así lo deberían entender. Esta vacuna es una apuesta de la ciencia y en muchos sentidos es muy importante. El precio de la vacuna rusa a nivel internacional es 19,90, es muy transparente y es el precio que nosotros pagamos. Realmente, es un precio que puede financiar la vacuna, pero creo que el foco no está puesto en la ganancia y creo que es porque es un país el que desarrolla la vacuna y no tanto una gran farmacéutica que necesita ese rédito económico para poder seguir facturando.

–¿Cuál es tu opinión sobre los problemas con la refrigeración de las vacunas? Pasó en Olavarría, en Trelew.

–Las fallas humanas en estos proceso están dentro de lo previsto. Obviamente, cuando hay sabotaje tiene que intervenir la Justicia. Desde el punto de vista de los expertos, se esperan estas cosas porque hay ciertas pérdidas que se dan en un contexto excepcional con capacidades al borde, con saturación de trabajo. Está dentro de lo previsto. Uno espera que sean mínimas y excepcionales. Hoy creo que el tema es que estamos atentos y atentas a lo que pasa con la vacuna todo el día, pero seguramente esto mismo pasa con otras vacunas y no le prestamos atención, lo cual es lógico. Yo soy bastante positiva, creo que la sociedad va generando confianza y es nuestro deber seguir generando confianza y comunicando. La vacunación no es la única salida de la pandemia, pero es fundamental para que podamos hacer frente al coronavirus. Incluso después de ser vacunados hay que seguir cuidándonos, porque hay muchas cosas que todavía no sabemos. Todo esto lleva un proceso, y cada vez más lo veo con la Sputnik V, que va generando confianza con la efectividad. Hoy la mirada está puesta en la cantidad de vacunas que llegan, pero me parece que hay menos resistencia de algunas figuras públicas sobre vacunarse o poner en duda la calidad. Eso es preocupante porque pone en peligro la vida. Si la ANMAT es la encargada de autorizar, son las personas que saben. Yo repito lo que dice la ANMAT, y solamente gestioné que pueda llegar la vacuna. Hay cada vez menos barreras y la gente espera vacunarse. Vamos avanzando.

–¿Algo más que quieras decir?

–La estrategia del minuto uno fue contar con vacunas eficaces y hablar con todos los interlocutores posibles para poner a disposición vacunas para Argentina. Algunos fueron con más éxito e incluso con otros seguimos dialogando, porque seguramente seguiremos adquiriendo más vacunas.

* Con la indispensable colaboración de Camilo Marchetta

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/de-rusia-con-amor/