El último debate de los candidatos presidenciales argentinos no presentó sorpresa alguna. Sergio Massa, Javier Milei, Patricia Bullrich, Myriam Bregman y Juan Schiaretti debatieron sobre Seguridad, Trabajo y producción y Desarrollo Humano y Protección del Ambiente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Esta fue, quizás, la última oportunidad para conquistar a sus potenciales votantes lo que marcó el recrudecimiento de todos los discursos y la segmentación de rivales: los candidatos transitaron el debate con una fuerte carga de rigidez, atado a su rol más previsible. Aunque estos cinco irán a las elecciones, tres candidatos -Milei, Massa y Bullrich- se disputan la posibilidad de pasar a una segunda vuelta electoral el próximo 22 de octubre.
Bullrich, de Juntos por el Cambio, arriesgó más después de la mala imagen que dejó en el primer round. Mostró una actitud mucho más ofensiva que una semana atrás y protagonizó reiterados ataques contra Massa y Milei, a quienes acusó de aliarse en su contra. Era una estrategia esperada: Bullrich va tercera en las encuestas de cara a las generales del 22 de octubre, por detrás de Milei y de Massa, y necesita ganar votos para aspirar a una segunda vuelta en noviembre.
El ultraderechista Javier Milei evitó papelones con respuestas leídas y poco claras, aunque mostró su hilacha con sus negacionismos, El oficialista Sergio Massa eludió las peleas y se concentró en propuestas entendibles. mientras que el neoliberal Patricia Bullrich intentó terciar con frases hechas y subiendo el tono, mientras Schiaretti y Bregman, más relajados, reiteraron sus propuestas.
El segundo round, tras el primer debate en Santiago del Estero, tuvo menos atención del público y compartió cartel con la crisis en Israel.
Para los analistas de la prensa, Sergio Massa y Myriam Bregman fueron los más sólidos oradores, Javier Milei y Patricia Bullrich desentonaron por los altos niveles de violencia que manejaron hacia el final y Juan Schiaretti trató de representar el voto de las provincias, pero volvió a focalizarse en su Córdoba.
Esta vez la oposición se dio con más fuerza entre Patricia Bullrich y Javier Milei, preocupados por perder electorado de derecha en manos del otro, pero Bullrich también disparó contra Massa al repetirle como un mantra la palabra “chorro” (ladrón) y propuso, otra vez, sacar a las fuerzas armadas a la calle para que hagan tareas de seguridad, un latiguillo inconstitucional que retoma cada tanto.
A su turno, Massa, al hablar de seguridad, propuso un FBI argentino “instalado en Central Córdoba, en Rosario”, una ciudad víctima de la violencia de los narcotraficantes. Tuvo su mejor momento cuando le endilgó a Bullrich no haberle pedido la renuncia al diputado de su partido Gerardo Milman, vinculado a la trama del intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández.
Uno de los momentos más críticos fue cuando Milei dio datos falsos sobre la donación de órganos y acusó al Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) de corrupto.
También Bullrich acusó a Milei de tener chorros (ladrones) en las listas, quien le respondió con la misma acusación, pero ninguno lo negó. Milei cerró su participación criticando el debate y la “casta política”. Bullrich se autopresentó como una luchadora portadora de firmeza, Bregman volvió a pedir el voto “por convicción”, Schiaretti tildó de fracasados al macrismo y al kirchnerismo y Massa, ministro de Economía en funciones, volvió a apelar al recurso de despegue de la administración de Alberto Fernández al asegurar que “lo peor ya pasó” .
Myriam Bregman, candidata del Frente de Izquierda y los Trabajadores, cruzó fuertemente a Patricia Bullrich por su política represiva y su propuesta de bajar la edad de imputabilidad.”Me gustaría que nos cuente hasta dónde… ¿Hasta los 12? ¿Hasta los 10? ¿Hasta el jardín de infantes?”, le espetó.
«Usted y todos los que se llenan la boca hablando de mano dura ya fracasaron», le señaló, y denunció cómo ese régimen dio lugar a un aumento exponencial de la población carcelaria sin solucionar nada.
Bregman también disparó contra Massa: «Usted propuso un gobierno de Unidad Nacional con Juntos por el Cambio, con liberales de Javier Milei y Victoria Villarruel… y a la par dice ’Votame porque vienen por tus derechos’. No se entiende, ¿Usted a la derecha propone ganarle metiéndola en su gobierno?”. La respuesta de Massa fue: «No importa donde hayan participado en política. Ojalá haya dirigentes liberales que tengan vocación de trabajar en el superávit fiscal que vamos a construir».
El negacionista serial
Milei no logró evitar que aflorase su estilo agresivo cuando debió improvisar. “Tenés a todos los chorros [ladrones] de Massa en las listas, lo tenes a[l líder sindical Luis] Barrionuevo adentro, ¿crees que vas a cambiar algo con tantos chorros adentro de tus listas?”, le preguntó Bullrich a Milei.
Acto seguido, pasó a un ataque frontal: “Mientras que vos sí podés lavar tu pasado de Montonera [la guerrilla peronista de los setenta] asesina, nosotros que solo gritamos y decimos cosas, ¿no podemos cambiar, no podemos tomar otra gente?
Tras su intento de ridiculizar a Bregman con palabras y gestos burlones fue reprobado por Massa: “Hasta acá llegaste, Milei, dejá de faltarle el respeto a las mujeres”, le dijo Massa. “Nos sabemos defender solas”, le espetó Bullrich poco después a Massa.
Javier Milei critica a la política y a los políticos; cuestiona la cifra de desaparecidos y a los derechos humanos que define como “un curro”; descalifica al Papa y a la iglesia; ningunea el trabajo de los científicos y promete que, si llega a la presidencia, podría privatizarlo; afirma que las empresas “pueden contaminar un río todo lo que quieran” y duda del reclamo soberano de Argentina sobre Malvinas.
Más allá de todos los disparates, uno de los más llamativos se vincula con la negación del cambio climático. Así lo expresó hacia el final del debate ante una pregunta de Myriam Bregman: “No niego el cambio climático. Lo que yo digo es que existe en la historia de la Tierra un ciclo de temperaturas”.
“Hay un comportamiento cíclico y este es el quinto punto del ciclo. La diferencia con los cuatro anteriores es que antes no estaba el ser humano y ahora sí está el ser humano. Por lo tanto, todas esas políticas que culpan al ser humano del cambio climático son falsas y lo único que buscan es recaudar fondos para financiar vagos socialistas que escriben papers de cuarta”, añadió.
“Milei defiende la libertad de las empresas para contaminar los ríos. Llegó a decir que el cambio climático es un invento del socialismo”, señaló Bregman. Milei, quien niega que el cambio climático esté provocado por el ser humano, rechazó también de forma tajante mantener los compromisos ambientales asumidos por Argentina con la comunidad internacional. “No vamos a adherir a la Agenda 2030. No adherimos al marxismo cultural”, le respondió a Schiaretti.
Rubén Armendáriz. Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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