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Carta al Clarín que Clarín ni publicó ni contestó

Defensa de la verdad de los hechos y solidaridad con la Revolución Bolivariana

Fuentes: Rebelión

Estimado Ricardo Roa Sr. Editor General Adjunto de Clarín. De mi consideración: Ecuánime, medido, mesurado, atildado, sensato, humanista, justo o sabio que Ud. siempre, o casi siempre, intenta, busca, quiere y ¡casi siempre logra serlo!, por medio de sus «cuasi editoriales» sobre la vida cotidiana de los argentinos y sus vicisitudes, sus columnas casi diarias, […]


Estimado Ricardo Roa

Sr. Editor General Adjunto de Clarín.

De mi consideración:

Ecuánime, medido, mesurado, atildado, sensato, humanista, justo o sabio que Ud. siempre, o casi siempre, intenta, busca, quiere y ¡casi siempre logra serlo!, por medio de sus «cuasi editoriales» sobre la vida cotidiana de los argentinos y sus vicisitudes, sus columnas casi diarias, rebosantes de humanismo, sensatez, belleza y amor al prójimo, tituladas «del editor al lector». Y sin embargo ¿por qué?, qué lástima, como se filtran y dejan «pasar» con tanta facilidad y se publica cuánta opinión acaece pero siempre si son en contra del presidente de la República de Venezuela, el coronel Hugo Chávez. Hoy por ejemplo, la del senador Romero Feris pontificando sobre la barbaridad que sería que «Chávez cierra un canal de televisión». Que a su vez este Sr., Ud. sabrá, no es ningún campeón de la democracia, integrante prominente de un clan dueño «a lo Somoza» de una atrasada e inculta provincia argentina entera (Corrientes), más vil pareciera que es un individuo más propensos son a alinearse con la cosmovisión imperial.

Pero Ud. que es un «bueno», un bondadoso, un hombre justo, un sabio, un mesurado, un ecuánime, y, seguramente también un hombre bien informado, y encima el editor general adjunto del «Diario de la Argentina», sabrá que Chávez no cierra nada. Sino que simplemente no renueva una licencia para ocupar un lugar del espacio radioeléctrico porque no tiene obligación de hacerlo. Porque la concesión se venció y porque sus anteriores titulares, de aborrecible comportamiento antidemocrático, no merecen que se la renueven. Porque el dueño del espacio radioeléctrico es el pueblo. Porque ese pueblo tiene sus instituciones, por ejemplo un Congreso y por ejemplo una ley de Radiodifusión y por ejemplo una Secretaria de Comunicaciones y porque esas instituciones consideraron que los requisitos que establecen las leyes democráticas para merecer un lugar en el espacio radioeléctrico están todos incumplidos, empezando por la elemental obligación de pagar los impuestos, pues entonces no se renueva. Esa concesión simplemente sucedió que estaba otorgada por 20 años. Y los 20 años se terminaron y con esos 20 años se terminó la obligación legal (que no legítima) de soportar un comportamiento delictuoso, propagador de una televisión violenta, golpista y pornográfica. Tanto fue así que un hombre que laboró para ellos, su anterior gerente general el Sr. Andrés Izarra, renunció asqueado por ese comportamiento. Y le contó al Congreso que tenía orden del forajido Marcel Granier (el titular de Radio Caracas Televisión) de «pasar películas y dibujos animados y no informar nada de Chávez ni de sus seguidores». Entonces, demasiado generosamente, que se les permitió seguir hasta acá. La cosa es más sencilla, estimado Ricardo. Hay dos maneras de ver el mundo. Una es que manden las empresas. Las grandes empresas le imponen su ley y su voluntad a la sociedad. La otra es que haya gobiernos democráticos, populares, que les imponen a los grandes monopolios/oligopolios/monopsonios comportamientos sociales. A muchos nos gusta mucho más esta segunda opción. Y todos esos muchos nos sentimos representados por un líder como Chávez.

Que además, bondadoso Sr. Roa, corresponde informar bien y no desinformar porque el forajido Sr. Marcel Granier en la generosa república bolivariana de Venezuela (que no de Chávez) podrá seguir emitiendo sus bajezas por la televisión por cable. Y la frecuencia «de aire»vuelve al pueblo que ya sabrá hacer mejor uso que el que le daba el Sr. Granier.

Ud. Sr. Roa es un ecuánime, un justo, un bondadoso pero del diario no puede decirse lo mismo. Porque, por ejemplo, de la alegría de la gente escuchando a Hugo Chávez en la cancha de Ferro y/o en la televisión se informó ese día y solo ese día y con dolor de estómago pero, de la «preocupación» del Sr. Embajador de la Doctrina Monroe porque «se le permitió» hablar al presidente de una República amiga y socia ¿y porqué no? ¿y cuando se le sirve en bandeja el Congreso de la Nación al presidente de Estados Unidos qué? ¿No ha sucedido? Estimado Roa, o hablan todos o no habla nadie. Que venga cualquiera y que hablen todos y que la gente compare y elija lo que más le convence. Democracia es que hablen todos desde un José María Aznar hasta un Hasan Nasralah pasando por Hu Jintao y Vladimir Putin o Angela Merkel. Decía que porque se le permitió hablar a Chávez se informó de la preocupación del Sr. Embajador de la doctrina Monroe 15 días seguidos. Pareciera que a Clarín le importa más lo que le importa al Sr. Embajador que lo que le importa a la gente.

Y así es con todo. Para el sabio discurso de Putin, por ejemplo, alertando sobre los peligros para la humanidad del unilateralismo usamericano, 15 renglones. Para la réplica de Robert Gates, el nuevo Ministro de Guerra, (que allá llaman de defensa) a Putin, media página.

Si al general Odom, por ejemplo, (exjefe de Estado Mayor USA) quiere publicar una solicitada paga en el New York Times con su opinión sobre la guerra de Irak la «democracia» usamericana le niega el derecho, pero de eso «no se informa». Del hostigamiento propio de un estado totalitario en Estados Unidos para con por ejemplo, investigadores de la verdad del 11-S como Christopher Bollin y el profesor Stepen Jones no hay información. Cito algunos ejemplos entre cien mil que se podrían citar pero no quiero regalar el argumento de que después no se me puede publicar «porque no hay espacio». Solamente se comenta y se vuelve a comentar lo que molesta de los enemigos de Estados Unidos.

No lo veo ni ecuánime ni justo. Espero que se pueda corregir y espero, pero no creo, casi descarto en un 99,99% por ciento que esta modesta queja por falta de ecuanimidad y «desinformación»en vez de información tenga chance de ser publicada, no obstante que mordí mi lengua para que salga en un lenguaje «publicable».

Todos conocemos las «reglas». «No va con la línea de lo publicable». Entonces no se publicará. Y entonces las cosas son o no son democráticas según el color del cristal del que tiene el poder de definir qué es y qué no es «democracia», o de que estés en mi bando o de que estés en el de enfrente. Si está en el de enfrente serás antidemocrático, merecedor de bombas y tropas de la ONU y requerimientos de la OEA e intimaciones del Consejo de Seguridad.

Repito: hagamos un test de «democraticidad». Le desafío a que esta modesta crítica se publique. Le apuesto 5 asados con matambritos· caros a que pierdo yo.

Ay dios.


[1] Clarín es el más grande multimedios de comunicación de Argentina y de América del Sur. Está firmemente empeñado en denostar, denigrar y minusvalorar todo cuánto viene del gobierno de Venezuela.

· Matambrito: parte exquisita y, actualmente cara, de la tradicional carne de novillo argentina.