1. Reconozco que López Obrador, dirigente de Morena, es el único alto político que de manera abierta -aunque tibiamente- ha apoyado la lucha magisterial, la lucha contra los gasolinazos, el combate contra la «reformas estructurales» y el castigo a todos los políticos corruptos. En los últimos días, en entrevistas, casi lo han obligado a declarase […]
1. Reconozco que López Obrador, dirigente de Morena, es el único alto político que de manera abierta -aunque tibiamente- ha apoyado la lucha magisterial, la lucha contra los gasolinazos, el combate contra la «reformas estructurales» y el castigo a todos los políticos corruptos. En los últimos días, en entrevistas, casi lo han obligado a declarase contra Trump y a fijar su posición frente a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. La semana pasada AMLO acompañó a la profesora Delfina Gómez de Texcoco, Estado de México, hija de un humilde albañil, al inicio de una precampaña electoral para la gubernatura.
2. No me imagino que una maestra de primaria de clase media baja, con muchos conocimientos en educación, pero no tantos en política, obtenga el gobierno en el estado más poblado de la República donde existe un terrible cacicazgo (el famoso grupo Atlacomulco) de millonarios que ha gobernado por más de 50 años y que hoy ocupa la Presidencia de la República. Si Delfina ganara sería un agradable sorpresa, pero al mismo tiempo sería una mentada de madre a Peña Nieto, al PRI y a sus corifeos porque pondría en inestabilidad a los grupos que han hechos grandes negocios en más de medio siglo.
3. ¿Cómo podría ganar la maestra Delfina Gómez si en el Estado de México y en las arcas presidenciales existe el dinero suficiente para comprar a todos los votantes, para entregar millonadas a los medios de información y para organizar cualquier fraude? Los trabajadores pobres y la clase media baja son ampliamente mayoritarios entre los electores y votarían por Delfina; pero en México y en todo el sistema capitalista las elecciones sólo han servido para confirmar o legalizar lo que los sectores más poderosos del país o de los estados de la República han determinado antes.
4. Aunque por convicción nunca he votado, sé por experiencia, por estudios de política, que no ha sido de otra manera (en cada elección se me refleja una mano invisible en cada urna que dirige la mano del votante a favor del personaje antes seleccionado). Si le dan el triunfo a la maestra -además de la sorpresiva «revuelta» que causaría, me haría pensar que la clase empresarial y Peña van a probar otra estrategia, que con ello al fin abrieron el camino a la Presidencia al mismo AMLO reconociendo el gigantesco desgaste que hay en el país, sobre todo por la crisis económica y las presiones del presidente Trump.
5. En México cualquier persona -hasta los hoy llamados independientes, sin partido- puede ganar una elección; el único requisito es que respete, que no se declare enemigo de la clase política y empresarial. Entre los partidos la sumisión y la disciplina es esencial. Dicen: «si no te tocó cargo hoy ya te tocará mañana, entre tanto te damos un pequeño cargo de congratulación». Por ello los partidos siempre han puesto en primer lugar la negociación y la colaboración con el PRI y el PAN que son los partidos que el apoyo empresarial y clerical. Así que hay que estar atentos en la que pase en el Estado de México donde el candidato del PRI es hijo legítimo de Atlacomulco.
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