1. Por lo que vemos en política electoral en el Estado de México, el PRI aglutinará a los partidos Verde, Encuentro y Alianza; sólo le faltaría el PAN para conjuntar a toda la derecha electoral. Morena -por su trabajo- podría muy bien encabezar a los partidos PRD, PT y MC para aglutinar a la socialdemocracia. […]
1. Por lo que vemos en política electoral en el Estado de México, el PRI aglutinará a los partidos Verde, Encuentro y Alianza; sólo le faltaría el PAN para conjuntar a toda la derecha electoral. Morena -por su trabajo- podría muy bien encabezar a los partidos PRD, PT y MC para aglutinar a la socialdemocracia. Si esto sucediera sería adelantar lo que podría registrarse en las elecciones presidenciales del próximo año; pero el PAN le pelearía al PRI la cabeza del pacto porque están más o menos parejos y conforman los mismos objetivos.
2. Hasta 1982 creí que el PRI seguiría siendo un partido de centro/derecha, es decir, unido a los «empresarios nacionalistas» y con ligeros coqueteos con la izquierda progresista; eran muy funestos sus gobiernos porque coincidían con los multimillonarios empresarios y el imperio de los EEUU, pero algunas veces en sus discursos apoyaban a los campesinos, a los obreros y a pueblos que luchaban por su liberación. Vimos en López Mateos, en Echeverría Álvarez y en López Portillo algunas señales progresistas; sin embargo allí quedaron, en el discurso.
3. Ese iluso progresismo se derrumbó en la campaña presidencial de Miguel de la Madrid (1981/82), que junto a la devaluación de los precios del petróleo y la llamada «estatización de la banca», comenzó a pregonar que «el Estado tendría que devolverle a la sociedad lo que le había quitado», es decir que las llamadas empresas paraestatales deberían privatizarse, que los subsidios a empresas de gobierno deberían desaparecer y que las inversiones de carácter social deberían ser privadas. La firma de la «carta de intención» le dio poder total al FMI.
4. No conocía el proyecto del neoliberalismo y mucho menos sabía que se impondría en el mundo vía «globalización». Fue en 1982 cuando el PRI y el PAN, los políticos y empresarios, comenzaron a gobernar juntos de manera abierta; el PAN y el PRI decidieron caminar juntos hasta que en 1988 el PRI encabezado por Salinas y el PAN (jefaturado por Álvarez, Cevallos y Castillo) firmaron un pacto de reconocimiento a la Presidencia de Salinas y el PRI impulso al crecimiento del PAN. En los hechos el PAN tiene una enorme deuda con el PRI por ello en el Estado de México puede subordinarse.
5. En cuanto a Morena y el PRD han estado separados en los últimos cuatro años por problemas personales y de liderazgo no por problemas teóricos, de programa o ideológicos. De hecho casi todos los cargos de senadores y diputados del PRD, PT y MC tienen una relación muy estrecha con el liderazgo de AMLO y los votos ligados a él; solamente «los chuchos» no quieren reconocerlo. En cuanto al PT y MC no están muy distantes; sólo se requiere que López Obrador habrá más la puertas para que esos dos partidos acepten trabajar juntos, pues llevan muchos campañas haciéndolo.
6. Así que en México pueden conformarse dos grandes corrientes políticas partidarias para los próximos años si antes el pueblo de México -en su desesperación por las condiciones de miseria y opresión en que vive- no hace estallar una gran revolución. El PRI y el PAN continuarían encabezando a la derecha empresarial y a todas la instituciones que se han conformado a su alrededor. Morena y el PRD podrían encabezar a toda la socialdemocracia reconociendo la situación de los campesinos, los obreros, los empleados, los universitarios y todos aquellos grupos progresistas y de izquierda que luchan por los mismos objetivos.
7. Por ello, la batalla electoral del Estado de México, que puede centrarse entre la derecha y la socialdemocracia, puede ser interesante. Pueden eliminar a la Vázquez Mota por no tener posibilidades de levantar apoyo; en el caso del candidato del PRD y PT pueden fácilmente declarar su apoyo a Morena, tal como el ejemplo que están dando los senadores encabezados por Barbosa. Tenemos que ver y reflexionar por donde se mueve la gente con el fin de pensar acerca de lo que sucederá en las elecciones presidenciales del próximo año. Recuerdo que cuando en los sesenta Lombardo dirigía el PPS y Barragán el PARM sirvieron mucho al PRI y repudiaron al PAN; hoy serían socialdemócratas al ver el crecimiento de la derecha.
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