La conmemoración del 85 aniversario de la expropiación petrolera reunió a cientos de miles de mexicanos en plan celebratorio. Ese mitin fue un acto político de multitudinario apoyo al Presidente López Obrador. Pero más que político fue un acto ideológico.
En esa asamblea pública, en representación de muchos millones de ciudadanos, los asistentes expresaron su acuerdo y respaldo a la política anti privatizadora de los bienes públicos.
Esa reunión demostró la fuerza popular de las ideas nacionalistas, independentistas y soberanistas de la gran mayoría de la población mexicana. Una ideología que sobrevivió a los más de cuarenta años de propaganda y educación privatizadoras.
Pero eso ya se sabía. Recuérdese que tal pensamiento nacionalista, siempre presente en la cabeza del los mexicanos, tuvo una primera gran expresión multitudinaria en 1988, en la campaña política y en la insurrección electoral encabezada por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, a quien la oligarquía, no tuvo más opción que robarle la Presidencia de la República mediante masivo y escandaloso fraude electoral.
De modo que si aquellos insurrectos electorales fueron políticamente derrotados de mala manera, esos hechos demostraron que las ideas nacionalistas y anti privatizadoras del pueblo mexicano seguían vivas y con gran fuerza y arraigo social a todo lo largo y ancho del país.
Esas ideas, vivas y presentes, fueron el factor principal de la victoria electoral que llevó a López Obrador a ganar la Presidencia de la República en 2018. Y que condujo al abandono de la política privatizadora y al regreso y fortalecimiento de las ideas contrarias.
Ideas contrarias que enarbola el bloque conservador y sus apéndices electorales, es decir, el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Frente a este panorama es muy fácil dilucidar el comportamiento del electorado en los próximos comicios presidenciales y de renovación del Congreso de la Unión. Y lo mismo puede afirmarse de las gubernaturas estatales.
Esto, finalmente, quiere decir que en las subsiguientes elecciones se enfrentarán las dos ideologías vigentes en el México actual. Por un lado el conservadurismo privatizador, y frente a éste la ideología, el pensamiento liberal, patriótico y anti privatizador de la mayoría de la población mexicana.
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