En algún trecho del libro “Filosofía de la liberación”, Enrique Dussel repara: “Anterior a toda anterioridad está la responsabilidad por el débil”.
AMLO fue votado por la atracción que produjo el tridente programático que él mismo elevó –por osadía o confianza insospechada– a rango de misión asequible e inaplazable, y con refrendo de las mayorías:
- abolir la corrupción
- pacificar al país
- priorizar a los pobres
El orden de los factores no altera la ecuación. Y el fracaso en cualquiera de tales encomiendas significaría el posible escalamiento de las tentaciones proto fascistas.
Sí: lecciones del sur.
Priorizar a los pobres tiene eslogan autóctono: “Por el bien de México, primero los pobres.”
O en clave de la liberación latinoamericana: “Anterior a toda anterioridad está la responsabilidad por el débil”.
Tal es el elemento ético común de las izquierdas.
El resto es materia de las letras chiquitas.
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