Los ataques terroristas que tuvieron lugar en Madrid en marzo de 2004 constituyeron la acción terrorista más sangrienta que tuvo lugar en Europa desde el atentado con bomba de Lockerbie en 1988. Millones de españoles salieron a las calles para mostrar su protesta contra estos brutales atentados y contra la manipulación mediática del gobierno de […]
Los ataques terroristas que tuvieron lugar en Madrid en marzo de 2004 constituyeron la acción terrorista más sangrienta que tuvo lugar en Europa desde el atentado con bomba de Lockerbie en 1988. Millones de españoles salieron a las calles para mostrar su protesta contra estos brutales atentados y contra la manipulación mediática del gobierno de José María Aznar, que continuó culpando por esta acción a ETA debido a consideraciones electorales.
Todavía no se sabe a ciencia cierta quién estuvo detrás de los atentados con bomba contra varios trenes de Madrid. Recientemente, el jefe de los servicios de inteligencia españoles afirmó que Al Qaida, que fue el principal sospechoso, no fue la responsable de estos atentados. La versión oficial afirma que los ataques fueron obra de un grupo radical marroquí. Por su parte, los líderes islámicos de España fueron rápidos en denunciar y condenar los atentados terroristas. Ocho musulmanes estuvieron entre las 198 personas muertas y más de 40 entre los varios centenares de heridos.
En el mundo árabe, la reacción a estos atentados del 11-M fue de simpatía hacia España y de total rechazo al terrorismo y a las políticas pro-norteamericanas de Aznar. El periódico islamista marroquí Al Tachdid manifestó que los atentados habían causado una profunda consternación y dolor en Marruecos y habían sido condenados unánimemente en este país. «El terrorismo no tiene religión ni nacionalidad,» señaló el periódico. «Es importante dejar claro cuál es la posición de los musulmanes, de sus líderes intelectuales y científicos y especialmente de los movimientos islámicos moderados.»
El periódico recordó que este tipo de ataques son rápidamente atribuidos a una mano islámica o árabe, incluso aunque no existen pruebas que respalden tales afirmaciones. Ellos son, de hecho, utilizados por algunos medios de comunicación para atacar sin el menor escrúpulo a los musulmanes y al Islam en general. El periódico hizo un llamamiento para que la moderación y la razón pasen a dominar la esfera política internacional y recordó la continua humillación que los musulmanes sufren en todo el mundo debido a las políticas estadounidenses.
Por su parte, Muhammad Yatim, secretario general del Partido de la Justicia y el Desarrollo de Marruecos, publicó un artículo en Tachdid en el que señalaba que las organizaciones terroristas, en Europa y el mundo árabe, han sido tradicionalmente infiltradas por los servicios de inteligencia y otros sectores, que buscan utilizarlas con el fin de promover su agenda oculta, especialmente el «choque de civilizaciones». Estas fuerzas son los únicos ganadores reales en esta situación. Yatim afirma que los perdedores en este tipo de acciones son en primer lugar las víctimas, que no son responsables de nada. Las segundas víctimas son siempre los musulmanes, cuya imagen se ve negativamente afectada debido a los atentados, a pesar de su fuerte condena a los mismos.
Al Quds al Arabi señaló que la única posición posible era la de expresar la solidaridad con las víctimas de los atentados terroristas y sus parientes. Además, las grandes manifestaciones de Madrid fueron una señal, según el periódico, del claro rechazo del pueblo español a las políticas pro-norteamericanas del ejecutivo de Aznar, que fue uno de los pocos gobiernos europeos que apoyaron la ilegal invasión de Iraq por tropas de EEUU. «Millones de personas se unieron en Madrid para protestar contra esta guerra y contra el presidente estadounidense y sus imprudentes y agresivas políticas en Oriente Medio… La guerra contra el terrorismo, en la que EEUU ha gastado más de 100.000 millones de dólares, ha sido un fracaso porque la Administración norteamericana se ha limitado a buscar soluciones militares o de seguridad y nunca ha intentado hallar soluciones políticas a este problema, particularmente en el mundo árabe,» indicó el periódico. «Mientras que la Administración norteamericana continúe apoyando el terrorismo de estado de Israel y la región árabe continúe estando bajo el control de dictaduras endogámicas, que están respaldadas por Occidente, será fácil para los grupos extremistas reclutar a jóvenes elementos irritados y frustrados.»
La reacción de los periódicos árabes a la victoria del Partido Socialista en España y la llegada al poder del nuevo primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero fue muy positiva. Satea Noureddine, un analista político libanés, escribió en As Safir que el nuevo gobierno socialista probablemente restauraría la relación de España con Francia y otros países europeos y retiraría las tropas españolas de Iraq, abandonando de este modo las políticas de subordinación a los intereses norteamericanos de Aznar. «El mundo desea descansar y organizar su propia agenda al margen de los neoconservadores de Washington,» señaló Noureddine.