La eliminación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias solo se traduce en aumento de la renta que los terratenientes cobran a los arrendatarios por alquilarles la tierra, lo cual desfinancia al Estado aumentando el déficit fiscal. El gobierno trata de compensar esto con disminución del gasto social. Uno de los objetivos principales que dice […]
La eliminación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias solo se traduce en aumento de la renta que los terratenientes cobran a los arrendatarios por alquilarles la tierra, lo cual desfinancia al Estado aumentando el déficit fiscal. El gobierno trata de compensar esto con disminución del gasto social.
Uno de los objetivos principales que dice imponerse el gobierno de Cambiemos es la disminución del déficit fiscal primario, para lo cual aplica medidas de ajuste sobre los gastos sociales (aunque el déficit total sigue aumentando por el peso de los intereses de la creciente deuda externa).
Cuando el gobierno habla del déficit primario, solo menciona los gastos, nunca el tema impuestos. Sin embargo, el problema puede atacarse por el lado de los impuestos, haciendo más importante y progresivo el impuesto a las ganancias, el impuesto a los bienes suntuarios, reimplantando el impuesto a la herencia con criterio progresivo y, asunto muy importante, no anulando el impuesto (retenciones) a las exportaciones agropecuarias y minerales.
Con respecto específicamente a las retenciones a las exportaciones agropecuarias, hay que aclarar que en realidad significan que el Estado se quede con parte de la renta de la tierra que cobran los propietarios de la tierra por ser dueños de este medio de producción natural de extensión limitada. Ese impuesto no afecta la ganancia sobre el capital invertido para producir, es decir que no afecta a los arrendatarios (que son la mayoría de los productores).
Veamos lo que dice sobre el efecto de la eliminación de las retenciones uno de los grupos arrendatarios más importantes del país:
Emanuel Bodega (gerente de producción de Los Grobo) alertó que: «Gran parte de la mejora del negocio ante este nuevo escenario político y de precios (año 2016) se la está llevando los arrendamientos». (MaximaOnline-Entre Ríos, entre las provincias donde más subió el alquiler de campos-29/05/2016) (1).
En efecto, la eliminación de las retenciones se tradujo en un aumento de lo que los arrendatarios deben pagar a los terratenientes, según bien se consigna en lo siguiente:
«…con las medidas que tomó el Gobierno en diciembre pasado (2015) (rebaja de retenciones, quita de las trabas para exportar, fin del cepo y sinceramiento del tipo de cambio)…en los campos de buena calidad los contratos se están cerrando con subas del 10 al 20%, con casos donde se estiran hasta el 30%». (ídem) (1)
A su vez, el incremento de la renta de la tierra provocó lógicamente el aumento del precio de la tierra, ya que no es sino renta de la tierra capitalizada según la tasa de interés vigente, como lo confirma la siguiente nota:
«El valor de la tierra productiva en Argentina (año 2018) subió sideralmente, como consecuencia lógica de la capitalización de la renta extraordinaria». (VCF-Humberto Zambon-La renta de la tierra. El caso de la pampa húmeda-26/02/2018) (2)
Es interesante leer la siguiente opinión de un economista de derecha sobre la situación económicamente privilegiada de los terratenientes ante la sequía de este año:
«Los dueños de campos que los cedieron en alquiler nunca pierden, cobran un fijo sin importar la productividad, están fuera del negocio de riesgo. Su única preocupación es si le cumplirán el contrato, en el 99% de los casos los contratos se cumplen. Estos actores del negocio no sufren pérdida, ganarán mucho dinero con los precios actuales (70% del campo)» . (Salvador Di Stefano-Ambito Financiero-Es una tragedia la que vive el campo- 23.02.2018) (3)
La eliminación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias (en forma gradual para la soja) significa una importante merma a la recaudación fiscal y por lo tanto un aumento considerable del déficit primario, como lo muestra la siguiente información:
«En 2016, con la quita de retenciones al agro, minería e industria (que regían desde la salida de la convertibilidad) se resignaron u$s4.692 millones, cerca de 0,9 puntos del PIB. Con la actual rebaja del 0,5% mensual en la alícuota para las exportaciones de soja se perderían (además de la pérdida anual por la eliminación de las retenciones sobre los otros productos) unos u$s500 millones en 2018 y u$s1.000 millones en 2019. Un impacto fiscal considerable». (ámbito.com-
Compárese esta política fiscal del gobierno Macri con la del anterior gobierno, considerando las siguientes cifras:
«El valor de lo recaudado (por retenciones) sólo en la última campaña cerrada, la 2014/15, ascendió a u$s 7.971 millones, por encima del total de la inversión extranjera directa que captó el país en 2014 -de u$s 6.612 millones» (El Cronista-Por retenciones el Gobierno recaudó u$s 88.000 millones desde 2002-26/02/2018) (5)
Un reclamo generalizado es el de suponer que las retenciones afectaban por igual a pequeños y medianos productores (la parte de pequeños y medianos terratenientes que trabajan su propia tierra y no la alquilan) que a los grandes terratenientes. Pero, según un estudio de Obstchatko et al., «casi el 80% de los productores familiares del país no produce soja ni trigo ni girasol y buena parte del maíz que genera es destinado al consumo animal (Tsakoumagkos et al., 2008), por lo que el grueso de los pequeños productores no se vería recompensado por una medida diferencial, ni aunque se eliminaran totalmente los derechos de exportación agrícolas». (G. Hanickel y Marcela Román- Sobre las retenciones. Algunos elementos para el análisis-2/03/2008) (6)
Sin embargo, en mi opinión, correspondería aplicar un sistema de retenciones que no afecte a los pequeños terratenientes que producen en su propia tierra, o en su defecto que el Estado les de compensaciones.
De todas maneras, el grueso de las retenciones a las exportaciones provino de los grandes terratenientes, considerando la gran concentración de la tierra en pocos dueños en nuestro país, según lo consigna el siguiente artículo:
Ambito del 16 de enero de 2017: «En el país, el 0,94% de los dueños de las grandes extensiones productivas maneja el 33,89% del total del territorio argentino. El 99,06% restante controla apenas el 66,11%». (Ambito Financiero-Se profundiza la concentración de la tierra en Argentina-16 de enero 2017) (7)
Y eso que «cabe aclarar que, asimismo, los censos agropecuarios subestiman la concentración de la propiedad de la tierra ya que la unidad censal es el establecimiento o la explotación agropecuaria, lo que implica que no pueda identificarse a los productores que posean más de una explotación». (MAGyP-Florencia Gómez Galizzi y Eduardo L. Polcan-2011) (8)
En realidad, la reimplantación de retenciones a partir del 2002 tuvo dos efectos progresistas sobre la economía argentina. Por un lado se incrementaron los ingresos fiscales a través de un gravamen de fácil aplicación y de fácil recaudación, por el cual el Estado se quedó con parte de la renta de la tierra, mientras que por otro lado, y conjuntamente, se abarataron para el mercado interno aquellos productos afectados por las retenciones, generalmente alimentos.
Es la diferencia entre un plan de gobierno que utiliza al Estado para proteger e impulsar el mercado interno y la industria, mejorar la situación de los trabajadores y atender con políticas sociales a los sectores pobres y marginales y otro que lo usa para redistribuir la renta nacional en favor de los grupos más concentrados de la economía, particularmente terratenientes y capital financiero especulativo y aumentar la explotación de los trabajadores, empeorando asimismo a la clase pasiva y sectores populares en general.
Para colmo, hay que decir que la mayor percepción de renta por los terratenientes en general no se traduce en inversiones productivas, eso es tarea de los arrendatarios y de los productores directos, sino en consumo suntuario y en fuga de divisas.
Notas:
(1) http://www.maximaonline.
(2) http://vaconfirma.com.ar/?
(3) http://www.
(4) http://www.ambito.com/
(5) https://www.cronista.com/
(6) http://ri.agro.uba.ar/
(7) http://www.ambito.com/
(8) http://www.mda.gov.br/
Carlos Mendoza, ingeniero, escritor, especializado en temas políticos y económicos, miembro del Consejo Editorial de Tesis 11.
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