El árbol no debe ocultar el bosque

Este dossier arroja nueva luz sobre la historia de las complejas relaciones entre la corriente progresista europea y los movimientos de liberación nacional. El artículo de Eloise Dreure, «Ser comunista en Argelia en los años veinte y treinta», recuerda el contexto de la creación del Partido Comunista Argelino (PCA) bajo la influencia del Partido Comunista Francés (PCF). Fue la llegada al poder del Frente Popular en mayo de 1936 lo que desalentó el surgimiento de un frente antiimperialista en el que el primer lugar estaba reservado a los «indígenas». Así, los comunistas franceses que iban a Argelia tenían a partir de entonces como misión «aplicar con firme voluntad la política de prioridad de unión con Francia en la lucha contra el fascismo», socavando las exigencias a favor de la independencia. Sin embargo, ya en 1935, el enfoque de Jean Chaintron, encargado de crear el PCA como partido independiente, tenía claro el objetivo que había que alcanzar: «la nación francesa no es la nación del pueblo argelino, es la nación opresora, es la nación del imperialismo que, por el hierro y el fuego, anexionó Argelia y que dobla bajo la esclavitud a la nación argelina».

Como muestra Alain Ruscio en su artículo*, en Argelia la lucha anticolonial provocó el estallido de las contradicciones internas dentro del joven PCA, estimulando su evolución desde una posición de defensa de las «responsabilidades compartidas» entre el colonizador y los colonizados durante las masacres del Constantinois en mayo de 1945, hasta el lanzamiento de una campaña por la liberación y amnistía de los militantes argelinos. El dossier incluye también un artículo de Jean-Pierre Le Foll-Lucian sobre la publicación de un periódico clandestino «La voix des soldats», dirigido a los soldados franceses durante la Guerra de la Independencia (1955-1957). A través del estudio de esta original red clandestina, una iniciativa conjunta del PCA y el PCF, se elucidan las divergencias entre los comunistas de Argelia y Francia en cuanto a la estrategia a seguir con respecto al ejército colonial. El desmantelamiento de la pequeña red que distribuía este periódico fue particularmente brutal, con la detención de miles de otros activistas del PCA. Al final del dossier, un artículo de la especialista británica Allison Drew destaca los testimonios de presos comunistas puestos a prueba mediante detenciones y torturas. Estos dos artículos destacan la valentía de aquellos militantes golpeados por la «gran represión de Argel» y les rinden homenaje.

Otros testimonios son honrados en esta revista, como el de Gilberte Alleg, esposa de Henri Alleg, autor del libro «La question», censurado por el sistema colonial francés. La victoria en torno al reconocimiento por parte del Estado francés de su responsabilidad en el asesinato de Maurice Audin es comentada por Gilles Manceron, quien advierte: «el árbol no debe ocultar el bosque». Y nos recuerda que el trabajo de memoria sobre los crímenes coloniales debe continuar, porque los asesinos «no han sido nombrados ni contados».

Ese es el objetivo del sitio web 1000 other.org, lanzado en septiembre de 2018 y que ha hecho pública una lista de «mil otros Maurice Audin» con el fin de «dar un rostro a los desaparecidos». Su animador Fabrice Riceputi se basa en los mensajes y testimonios enviados por el público para recopilar información y reconstruir las trayectorias que al día de hoy ya han permitido identificar unos 70 casos.

Nota

* Autor también de un libro que acaba de ser publicado y que desarrolla los análisis de su artículo: «Les communistes et l’Algérie, des origines à la guerre d’indépendance, 1920-1962», Éditions La Découverte.

«El comunismo en Argelia, el comunismo argelino» Cahiers d’histoire, revue d’histoire critique Número 140, 224 páginas, 17 euros

Para pedirlo en línea: www.cahiers-histoire-critique.fr

Fuente original: https://www.investigaction.net/es/mil-otros-maurice-audin-el-arbol-no-debe-ocultar-el-bosque/