1. Gustavo Madero, el presidente del PAN, acaba de declarar a la revista Proceso que ha sido cautivado por la afabilidad del presidente Enrique Peña Nieto. La realidad es que el programa privatizador del PAN coincide plenamente con el del PRI desde que el presidente Carlos Salinas convenció plenamente a Fernández de Cevallos, Luis H. […]
1. Gustavo Madero, el presidente del PAN, acaba de declarar a la revista Proceso que ha sido cautivado por la afabilidad del presidente Enrique Peña Nieto. La realidad es que el programa privatizador del PAN coincide plenamente con el del PRI desde que el presidente Carlos Salinas convenció plenamente a Fernández de Cevallos, Luis H. Álvarez y Castillo Peraza -dirigentes del PAN- en 1988 con un pacto idéntico al actual. Marx, al inicio de su libro: «El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte» (1851) plantea una de sus frases más célebres: «La historia se repite dos veces. La primera como tragedia, la segunda como farsa». ¿Habrá tenido razón Marx?
2. La realidad es que cuando ese trío de panistas aceptó la invitación de pactar con Salinas para que éste pueda asumir la presidencia cuando millones de personas reconocían que se había registrado un gran fraude electoral contra el candidato de centroizquierda Cuauhtémoc Cárdenas. Pero el PAN supo pactar en beneficio del mismo PAN que recibió todos los apoyos de Salinas y luego del presidente Ernesto Zedillo que lo pusieron en camino de la Presidencia. Se recuerda -como si fuera ayer- que los panistas visitaban casi diariamente la casa presidencial de Los Pinos y al mismo Cevallos apodaron «la ardilla» porque siempre estaba en Los Pinos.
3. Luego de ese pacto en el que según el PAN impuso su programa al PRI de Salinas, en México la privatización de teléfonos, los bancos, las tierras, las paraestatales, las relaciones con el Vaticano y el TLC, cambiaron radicalmente la orientación de la economía mexicana. El neoliberalismo que había sido creado por la ministra Thatcher y el presidente Reagan penetró con profundidad en el país llevando a la pobreza y la miseria a más del 70 por ciento de la población; pero mientras tanto un puñado de multimillonarios pasó a integrar las listas de los hombres más ricos del mundo. A ello nos llevó la alianza PRI-PAN desde los años ochenta.
4. Hoy el dirigente panista Madero repite la historia al ser cautivado con unas cuantas miradas y palabras de quien muchos decían que no podía hablar y sólo tenía miradas para las féminas. ¿Cuáles serán los encantos de Peña Nieto para los panistas que parecen haberse derrumbado en las elecciones presidenciales y que hoy tienen que hacer «circo, maroma y teatro» para recuperar a su partido? Madero demuestra plena confianza en el presidente y no está dispuesto a morir defraudado por quien «ha demostrado una gran capacidad para servir a México en estas condiciones que se requiere de unidad y nobleza».
5. Sólo falta -para que el presidente Peña Nieto se sienta soñado- que «los chuchos» del PRD reconfirmen, como lo han hecho con el pacto, las palabras del «cautivado» jefe panista. Pero en este caso no se repetiría la historia porque sólo se conoce el caso Lombardo Toledano del PPS (también socialdemócrata como «los chuchos») que con lenguaje prestado del marxismo vivió siempre acomodado al poder presidencial. ¡Qué cosas hemos visto y cuántas más veremos en la historia de la política llena de tragedias, farsas y comedias bufa como si estuviéramos en el teatro o la ópera!
6. El panista Madero considera hoy que estar en la oposición puede ser un error «porque con nadie se queda bien». Sin embargo la realidad es que históricamente la oposición PRI-PAN sólo ha sido por los cargos de gobierno, por diputaciones, senadurías, gubernaturas, por la Presidencia y los negocios. Esos dos partidos coinciden plenamente en la necesidad de conservar el sistema de explotación capitalista, por beneficiar a los empresarios y mantener dominados a los trabajadores. Así que la posición de Madero no es sorprendente; sólo es reconocer lo que han sido PRI-PAN.
7. Los panistas, en sus luchas por los cargos políticos, han sido siempre muy estridentes. Al oponerse a la movilización masiva y al combate de los trabajadores en las calles -sabiendo que siempre cuenta con el apoyo empresarial y del sistema- acude siempre a las prácticas leguleyas para «defender el Estado de derecho». Sin embargo, lo que anuncia la posición del presidente panista Madero es que el PAN busca repetir la vieja historia recorrida en 1988-2000 por el trío de dirigentes que originalmente intercambiaron favores con el salinismo. La historia se repite primero como tragedia y luego como farsa.
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