Recomiendo:
0

Bloques, acuerdos y traiciones

El «bloque opositor» de 1997, el PRI, PAN, PRD

Fuentes: Rebelión

1. En 1997 gobernaba Ernesto Zedillo en México y la alianza PRI-PAN en la Cámara de Diputados se evidenció en la legislatura al votar juntos el dictamen sobre la Ley de Ingresos en diciembre de 1998. Con ese paso la dirigencia panista demostró la inconsistencia del llamado «Bloque Opositor» de los cuatro partidos frente al […]

1. En 1997 gobernaba Ernesto Zedillo en México y la alianza PRI-PAN en la Cámara de Diputados se evidenció en la legislatura al votar juntos el dictamen sobre la Ley de Ingresos en diciembre de 1998. Con ese paso la dirigencia panista demostró la inconsistencia del llamado «Bloque Opositor» de los cuatro partidos frente al PRI. Al parecer el PAN no traicionó a nadie porque desde que se integró el «Bloque» -con la hegemonía indiscutible del perredista Porfirio Muñoz Ledo, por un lado, y con el panista Medina Plascencia siempre en papel secundario, por otro- la dirección panista, repetidamente, proclamó que será «independiente» y que decidirá o votará de acuerdo a sus muy particulares conveniencias, tal como lo hizo.

2. A pesar de las continuas declaraciones del Jefe panista Felipe Calderón Hinojosa y de las presiones permanentes de otros panistas influyentes como Castillo Peraza, lo que tanto les molestó es que el PAN siguiera apareciendo como «simple seguidor del Bloque comandado por Muñoz Ledo». Muchos pensamos desde fuera que la «alianza» se mantendría por más tiempo dado que esa unidad les estaba redituando beneficios. Empero los dirigentes panistas necesitaban deslindarse del llamado «Bloque Opositor» para demostrar su «independencia», aunque también para recordarle al presidente Zedillo -como lo hicieron durante el sexenio de Carlos Salinas- que el PAN lo reconoce, que no es intransigente y que estará siempre dispuesto a negociar.

3. La realidad es que Muñoz Ledo demostró poseer una visión amplia de política nacional, además de ser un notable estratega en estas lides. A pesar de que los dirigentes panistas, desde muchos meses antes deseaban romper el Bloque para «no perder su figura como partido político nacional», el dirigente perredista les demostró que sin la alianza, divididos PAN y PRD, nada se podría hacer frente al priísmo. Es posible que dentro del Bloque el panismo, con presión y hasta chantaje, haya logrado más que los otros tres partidos juntos. Aprovechándose de que el PRD quiere cambiar en serio el modelo económico neoliberal y que para ello se requiere mantener el Bloque, el PAN decidió acudir a la política de «quién le da más».

4. Hubo, sin duda, diferentes opiniones acerca de la actitud tomada por el PAN al votar junto al PRI y abandonar, en esa ocasión, al PRD, al PT y al PVEM. Los seres humanos, generalmente, siempre tendremos argumentos para justificar o, por lo menos explicar, nuestros cambios de rumbo. Los políticos con mucha más razón: aunque llegan incluso a adoptar actitudes extremadamente negativas, siempre logran suficientes argumentos para justificarlas. Es sorprendente cómo el PAN, después de ser un partido evidentemente aliado a la política del sexenio de Salinas -incluso proclamando que no seguía el proyecto salinista sino que, por el contrario, Salinas le estaba robando el suyo- haya seguido tan presente como si nada grave hubiera hecho.

5. ¿Cuál pudo ser actitud del PRD, PT y PVEM del llamado «Bloque Opositor» después de la alianza PRI-PAN? Con base en lo que se observó, fuera de las justas condenas y enojos por «la traición» panista, a los tres partidos de «centroizquierda» no les quedó otro camino que permanecer unidos y seguir buscando lograr aliados entre los legisladores del PRI y del PAN para defender con el voto los llamados principios democráticos, populares y de justicia social que han proclamado. Por otro lado, en lugar de seguir confiando o esperanzándose en las dirigencias, lo más importante era que la población conociera bien el comportamiento de los partidos que están contra sus intereses.

6. Los trabajadores mexicanos no aprendieron a diferenciar las posiciones políticas e ideológicas, así como el comportamiento de los miembros de cada partido. Es realmente triste y preocupante, aunque fácilmente explicable, que la mayoría de la población no comprenda la diferencia que existe entre los principios esenciales, hasta ahora muy distintos, de la izquierda, el centro y la derecha y que fácilmente acepte apoyar a un partido por el dinero, los regalos o las promesas que le hacen. Por otro lado, no debe olvidarse que la población se educa políticamente movilizándose. ¿Por qué ante la alianza PRI-PAN -dos partidos neoliberales que en lo esencial se han apoyado- no acuden los otros partidos a las concentraciones masivas?

7. Varios analistas políticos, partiendo de experiencias que a través de las décadas se han vivido en otros países, apuntaron el peligro que representa la burocratización y el aislamiento de los partidos de los problemas inmediatos y concretos de la población. Por ejemplo en 1997 se preguntaba: ¿Cuáles son los «nuevos tiempos políticos que vive México» si el Congreso sigue siendo incapaz de detener la ilegalidad del Ejecutivo ante el EZLN en el estado de Chiapas? Entretenidos en la integración del Bloque, en que si hay que cambiar a un funcionario o integrar una directiva, no responden las preguntas: «¿Dónde está el Poder Legislativo mexicano ante el genocidio que el gobierno de Ernesto Zedillo está cometiendo en Chiapas?». Si PRD, PT y PVEM no aprenden a combinar el trabajo en el Congreso con la movilización de masas en el país, otras fuerzas los rebasarán.

Blog del autor: https://pedroecheverriav.wordpress.com/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.