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Una propuesta novedosa de intercambio Sur-Norte-Sur

El café RebelDía, un grano puro de solidaridad efectiva

Fuentes: Rebelión

Este mes de julio, la *Solidaridad Directa con Chiapas* celebrará sus 15 años y dos lustros del inicio de la comercialización alternativa del Café RebelDía. Iniciativa internacionalista que se extiende hoy también a los conflictivos Estados de Oaxaca y Guerrero. «Uno de los principales retos y preguntas de fondo es cómo ser solidarios desde Europa […]

Este mes de julio, la *Solidaridad Directa con Chiapas* celebrará sus 15 años y dos lustros del inicio de la comercialización alternativa del Café RebelDía. Iniciativa internacionalista que se extiende hoy también a los conflictivos Estados de Oaxaca y Guerrero. «Uno de los principales retos y preguntas de fondo es cómo ser solidarios desde Europa sin caer en el típico paternalismo Norte-Sur. Y aunque nuestras contrapartes mexicanas tienen sus ideas muy claras, es evidente que pertenecemos a dos mundos diferentes, no siempre fácil de acercar», subraya Andrea Steinauer abriendo su balance.

Steinauer, joven profesora de alemán, con estudios en literatura española e inglesa, fue una de las fundadoras del Grupo «Solidaridad Directa con Chiapas» en Suiza en 1995.

Había pasado algo más de un año desde del levantamiento indígeno-campesino de enero de 1994 en Chiapas y la propuesta zapatista entusiasmaba a muy diversos actores internacionalistas.

«Los comunicados, los pronunciamientos, las informaciones que nos mandaban, tenían un lenguaje diferente, casi fascinante. Convocaban a la participación de todos.

Con una propuesta no violenta pero de resistencia colectiva llamaban a cambiar las cosas. Y lanzaban un mensaje a la juventud del Norte de construcción *galáctica* común», recuerda Andrea Steinauer.

Muchos activistas sociales, políticos, juveniles, ONG de cooperación, organizaciones de derechos humanos de toda Europa se sintieron entonces interpelados por el fenómeno que se vivía en Chiapas. Y que había sabido apropiarse de los canales informativos de la nueva era Internet.

Y nacieron entonces centenas de comités de apoyo, entre ellos Solidaridad Directa, una de las asociaciones helvéticas más activas en este sector. Que ha contado con decenas de miembros y convocado a miles de personas en muy diferentes actividades públicas durante los últimos tres lustros.

«Nos interpelaba la propuesta de unidad en la diversidad. Y nos retumbaba el gran desafío de cómo resistir, tanto allá como acá, compartiendo valores y nuestra crítica al sistema dominante», precisa.

El Café RebelDía

Los primeros años el trabajo de Solidaridad Directa se concentró en difundir la información y en la movilización ciudadana para dar a conocer la dinámica zapatista. Tanto en eventos públicos de distinta naturaleza como a través de un boletín electrónico que todavía existe.

Luego de un tiempo y a iniciativa de los mismos zapatistas, «nos empezamos a plantear el tema de la sobrevivencia económica de las comunidades en ese siempre conflictivo Estado», señala.

Fue así «que nació la propuesta del Café RebelDía, de tipo *bio*, producido por ellos mismos, en condiciones humanas y justas. Y empezamos a importarlo para extender la comercialización alternativa en nuestro país, coordinando con otros comités europeos y de los Estados Unidos que luego confluyeron en la *RedproZapa*», enfatiza Steinauer.

De las 2 o 3 toneladas iniciales se pasó a casi 20 toneladas anuales que entran ahora a Suiza, precisa la joven profesora. Quien recuerda que en esta última década hubo cambios de importadores, de canales, de métodos.

Es la organización Gebana de comercio justo – que en los años 80 comenzó con la importación solidaria de la banana nicaragüense – la que se ocupa actualmente de la llegada del producto a Suiza.

Y existe una red significativa, amplia, de más de 80 negocios en 40 ciudades de 16 cantones – departamentos- de todo el país, que permite vender el café, que también se puede encargar directamente a través de una dirección electrónica.

«La ganancia que nos queda por kilo vendido la enviamos a diferentes actores sociales del sureste mexicano, priorizando comunidades zapatistas en Chiapas y otras en Oaxaca y Guerrero. Quienes destinan ese dinero a proyectos participativos de impacto social» explica.

La visión de la solidaridad es promover recursos para proyectos locales; incentivar a observadores para que viajen; el intercambio político; la información continua y la visita a Suiza de gente del terreno para «que puedan contar sus propias vivencias, su historia, que es lo que la gente aquí prefiere escuchar», puntualiza.

«Mirada internacional a los procesos locales»

La importancia esencial de la solidaridad es poder «contar con miradas internacionales sobre los procesos locales que nosotros vivimos», enfatiza a swissinfo.ch Sara Méndez, miembro de la coordinación del Comité 25 de Noviembre de Oaxaca, una de las más prestigiosas organizaciones de derechos humanos de la región.

En Oaxaca, el Comité 25 de Noviembre se encargó de la defensa de activistas del movimiento social que fueron detenidos. «Fue importante contar con el apoyo internacional tanto a nivel de cobertura como de recursos para asegurar la defensa jurídica», explica Méndez. Valorando positivamente, además, el rol importante de la solidaridad como motor de información y sensibilización hacia afuera

El acompañamiento externo – en este caso de la Solidaridad Directa de Suiza- «demuestra que no estamos solos a pesar del esfuerzo de las autoridades por aislarnos. Nos hace visibles y eso es relevante.» insiste Méndez.

Quien subraya el impacto positivo del apoyo internacional a los defensores de derechos humanos que reciben constantes amenazas y que están expuestos en la primera línea.

«Nuestros gobiernos estatales y federal se empeñan en negar lo que ocurre realmente. La voz externa y la protección que la misma nos asegura es un aliciente para seguir adelante y mostrar la realidad negada», concluye Méndez.