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El desempleo y los salarios miserables son una «bomba de tiempo» a punto de estallar

Fuentes: Rebelión

1. Me llamó la atención que un funcionario y político yucateco en campaña declarara que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), Yucatán se mantiene en el segundo lugar nacional con menor desempleo, sólo por debajo de Guerrero. Me dio un poco de risa por ser precisamente esos dos […]

1. Me llamó la atención que un funcionario y político yucateco en campaña declarara que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), Yucatán se mantiene en el segundo lugar nacional con menor desempleo, sólo por debajo de Guerrero. Me dio un poco de risa por ser precisamente esos dos estados de la República de los cuatro más miserables del país. Pero no por miserables no puedan tener menor desempleo.

2. Escuché al gobernador de Guerrero decir que ocupaba su estado el primer lugar nacional con menor desempleo durante un mes; pero no debe olvidarse que el empleo va ligado con la cantidad de salario que se recibe y la cantidad de horas que se labora. La inmensa cantidad de los mexicanos empleados recibe salario mínimo diario de cinco dólares promedio (de 13 pesos por dólar), aunque hay salarios de menos de cinco y otros de 7 dólares al día. ¿Cómo vivir con esa cantidad?

3. Esto de las estadísticas del empleo siempre me han parecido muy tramposas: si trabajo una o dos horas al día no soy un desempleado, puesto que por ello tengo un ingreso; si soy un limosnero y de ello vivo, tampoco soy un desempleado; si no busco trabajo porque ya me cansé de hacerlo, ¿soy una persona ocupada? ¿Si trabajo y me pagan con ayuda solidaria de mi pariente no es desempleo? Hay muchas formas de ocupación y muchas más de desocupación disfrazadas.

4. En México -por ejemplo- hay millones de niños, jóvenes y viejos que logran ingresos miserables (limosnas por solidaridad) siendo acomodadores y cargadores de compras o cuidadores de coche en los miles de estacionamientos, centros y plazas comerciales del país. ¿Son empleados o desempleados? Pero, ¿Cómo dejarse engañar si el crecimiento de las plazas de trabajo depende del porcentaje de crecimiento económico de la producción nacional y México no ha crecido en su economía?

5. De acuerdo al censo de crecimiento de la población México necesita crear anualmente entre un millón y millón 200 mil empleos; pero en los últimos cinco sexenios (o 30 años) los gobiernos sólo han podido crear entre 400 o 600 mil empleos al año porque el crecimiento del producto interno bruto (PIB) del país ha estado entre el dos o tres por ciento anual. Las inversiones sólo han crecido menos de la mitad y por ello también el desempleo ha sido cada vez más grande.

6. En México seis de cada 10 personas empleadas pertenecen a la informalidad sin ningún tipo de seguridad social. Y, según la OCDE, a los mexicanos no se les puede acusar de «flojos» o «haraganes» como la burguesía los califica, porque trabajan -según la OCDE- muchas más horas que el promedio de otros países; trabajan al año 2 mil 250 horas, en tanto que el promedio de otros países es de 1,743 horas. ¿Qué sucede entonces que trabajando mucho más viven en la miseria más grande?

7. Según datos siempre conservadores del INEGI de los 50 millones de ocupados, 31.8 no cuenta con instituciones de salud, 18 millones sí se reportaron; 12.8 que no tienen ningún tipo de prestación y 15.1 millones que no tienen ni siquiera un tipo de contrato. Señala la OCDE que en México el promedio de riesgo de pobreza ha aumentado de 19 a 21 por ciento de la población, situación en la que se encuentra a la par de Israel y Turquía, cuando la incidencia en otros países del organismo es de entre 9 y 11 por ciento».

8. Así que no tienen de qué alegrarse los políticos de esos estados más miserables de México cuyo pueblo evidentemente vive desesperado por falta de empleo y por sufrir con sus familias ingresos que no alcanzan para vivir en paz. El empleo, el subempleo, la ocupación informal, si no cuentan con buen pago, prestaciones, son «una bomba de tiempo» que puede estallar cuando menos se espera. Cuando una tasa de desempleo superior al 6% de la población de un estado, se considera alta y parece que muchos país caminan hacia allá, aunque tratan de esconderla.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.