De las elecciones más grandes (6 de junio de 2021) al ejercicio más democrático en la historia de México (1 de agosto de 2021).
A iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena y la ciudadanía organizada, el 1 de agosto de 2021, se realizará la consulta popular para saber si se investiga o no a los últimos cinco expresidentes y, en consecuencia, se les lleva a juicio.
Corrupción, masacres, desapariciones forzadas, fraudes electorales, impunidad, cooptación, robo de dinero público, empobrecimiento de los mexicanos, ampliación de la desigualdad, convertir deuda privada en deuda pública… Todas estas son razones más que suficientes para iniciar proceso a cualquier ciudadano y a cualquier servidor público, sea o no sea expresidente.
En lo general, los expresidentes (de Salinas a Peña) administraron las riquezas de México, no como líderes políticos sino como empresarios mañosos que remataban el país al mejor postor extranjero y se dedicaban a repartírselo entre ellos y sus amigos. Favoreciendo, en gran medida, a una minoría que se fue haciendo cada vez más poderosa a costillas de la mayoría del pueblo mexicano.
Lo cierto es que la realización de esta consulta popular será algo inédito en la historia de México, ya que a la ciudadanía nunca se le había pedido su opinión sobre temas nacionales de trascendencia que nos afectan a todos. Pase lo que pase, se dejará huella, ya que con su realización se estará dando un gran ejemplo de lo que es la democracia participativa. También, sea cual sea el resultado, esto es ya un estate quieto para todos aquellos quienes, escudados en sus puestos públicos, han cometido fechoría y media.
Es algo tan simple como el querer saber la verdad y buscar la justicia, y hacerlo por medio de algo tan sencillo como pedirle su opinión a la sociedad. A eso se le llama democracia participativa. Eso es combate a la corrupción, no de manera simulada, no con palabras sino en los hechos. Y, claro, empezando por investigar a los de más arriba.
El domingo 1 de agosto el pueblo de México tiene una cita con la historia. Y, lo que desde ya ha quedado de manifiesto es que en el gobierno de la Cuarta Transformación el pueblo manda. ¡Faltaba más!