1. Cinco militares del 12 Batallón de Infantería fueron ultimados y otros tres resultaron heridos en una emboscada perpetrada por un grupo de alrededor de 30 hombres encapuchados, armados con rifles de asalto en el municipio de Carácuaro, Michoacán. En un tiroteo previo entre policías municipales y al parecer el mismo comando, murió uno […]
1. Cinco militares del 12 Batallón de Infantería fueron ultimados y otros tres resultaron heridos en una emboscada perpetrada por un grupo de alrededor de 30 hombres encapuchados, armados con rifles de asalto en el municipio de Carácuaro, Michoacán. En un tiroteo previo entre policías municipales y al parecer el mismo comando, murió uno de los presuntos narcotraficantes, informaron fuentes oficiales. Apenas el pasado 15 de abril, en el municipio de Ecuadureo, fueron ejecutados dos militares, pertenecientes al 37 Batallón de Infantería de la 21 Zona Militar. Desde hace cuatro meses, cuando el presidente Calderón ordenó que el ejército persiguiera al narcotráfico, las ejecuciones de unos contra otros se han intensificado. La realidad es que la política militarizada de Calderón ha fracasado por su desesperación de imponer la mano dura o firme.
2. Este es un golpe fuerte a la estrategia calderonista que se inició aumentando exageradamente los salarios al ejército para luego enviarlos a perseguir al narcotráfico. Sin realizar una investigación Calderón se fue por la vía de la espectacularidad que le diera una gran presencia política en la televisión. Antes que llegara el primer soldado a Michoacán ya los jefes del narcotráfico degustaban los mejores vinos y viandas en restaurantes extranjeros. Cuando Calderón se planteó esa estrategia no pensó en otra cosa que en su consolidación política ante el acoso del lópezobradorismo. Ahora la pregunta puede ser: ¿Hasta cuántas muertes de sus soldados permitirá el ejército antes de plantear su retiro de esa aventura? No se midió la reacción natural defensiva de los grupos del narcotráfico que esta estrategia errónea de Calderón ha logrado unir.
3. Lo que podría ser grave es que parece que el narcotráfico ha tomado la ofensiva como una respuesta a las persecuciones del ejército ordenadas por Calderón. ¿Analizaron con detenimiento los jefes militares las órdenes del primer mandatario o actuaron como siempre, como en 1968, simplemente recibiendo órdenes? ¿En última instancia a quién debe servir el ejército? ¿Al pueblo, al Estado, al gobierno, al presidente en turno? En varias ocasiones los jefes del ejército mexicano han protestado porque se les culpa de matanzas como la del 2 de octubre en Tlatelolco donde, según reiteran, «sólo recibieron órdenes superiores», ¿son acaso solamente autómatas que no piensan en lo que ellos llaman «intereses de la Patria» y sólo escuchan órdenes del presidente? Es indispensable que los jefes del ejército no olviden que vienen y viven del pueblo y deben servirlo.
4. Alguien dijo que el ejército mexicano es el pueblo armado, pero olvidó decir que obedece fielmente las órdenes del presidente de la República en turno. Se repite que el ejército sólo está para servir al pueblo, pero la mayoría de los habitantes de Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Veracruz piensan distinto, porque han sufrido en carne propia agresiones de ese cuerpo armado. El ejército mexicano fue creado para «defender a la patria» de cualquier invasión extranjera y cumplió con esa tarea cuando el ejército yanqui ocupó nuestro país en 1847 y cuando el francés invadió México en 1862/67. Sin embargo, ese mismo ejército como tal, o disfrazado de policía, se ha encargado de reprimir las luchas del pueblo por sus derechos: reprimió a obreros en 1958/59 (ferrocarrileros), 1963 (Jaramillo), 1966 (Universidad Nicolaíta), 1968 (estudiantes).
5. Los narcotraficantes son malditos por ser importantes en la extensión de la droga que consume gran parte de nuestro pueblo. Sin embargo muchos los condenan y persiguen porque no pagan impuestos, porque no contribuyen formalmente a las campañas políticas, porque sólo reparten con unos no con otros o, porque de plano no se alinean con un grupo político o empresarial. Pero hay que reconocer que son muy malos porque no se dejan atrapar, porque cuando les van echar el guante alguno del gobierno o del mismo ejército les avisa dándoles el camino de salida. La realidad es que México estaría feliz sin ellos, ¿no se recuerda acaso que en los sesenta y setenta ni en cuenta se les tenía? Pero ahora que la televisión pasó a primer plano los jefes del narco han sido convertidos por los medios en una especie de héroes nacionales o estrellas de cine.
6. Varias decenas de jefes del ejército han sido descubiertos en franca asociación con los jefes de los cárteles de la droga, lo mismo se puede decir de altos políticos. Algunos de ellos han pisado la cárcel, pero los más bloquean las investigaciones. Siendo presidente Vicente Fox se demostró que usó dinero del narcotráfico para su campaña presidencial, pero fue tan hábil ese gobernante que, como lo hizo con otras acusaciones, dio la orden de bloquear cualquier investigación. El narcotráfico no podrá ser barrido de México, tal como dice en sus discursos Calderón. Para barrer el narcotráfico es necesario acabar con sus contactos políticos, militares, empresariales y altos jerarcas religiosos que posee en el país. ¿De qué habla entonces Calderón? ¿Cómo va a salir de este problema que está llevando a la muerte a veintenas de miembros del ejército?
7. México ocupa el «glorioso» segundo lugar en el mundo en asesinatos de periodistas, sólo superado por Iraq, país invadido por EEUU y en plena guerra civil. La confrontación y violencia se desató en México en el mismo momento en que las políticas privatizadoras o neoliberales se impusieron haciendo crecer en el país el desempleo y la miseria. Pero también, por otro lado, impulsando cada vez más la concentración de la riqueza en menos manos. No es casual que el multimillonario Slim y una decena de empresarios mexicanos figuren entre los hombres más ricos del mundo. México es también uno de los países que ocupan los primeros lugares por la extrema disparidad en distribución de la riqueza, en salarios extremadamente diferenciados y en derroche de gastos de funcionarios y empresarios en el extranjero.
8. Lo que se vislumbra es que el propio gobierno de Calderón se vea obligado a negociar con quienes se propuso eliminar. Calderón debe estar en estos momentos tendiendo los puentes necesarios para dividir las zonas de influencia. Pero esos «errores» no serán gratuitos. El narcotráfico pedirá más facilidades para desenvolverse y Calderón buscará esconder las negociaciones y los acuerdos. Quien piense que en el México de la corrupción y del gobierno derechista se puede acabar con el narcotráfico estará soñando. Desde hace unos 15 años el narcotráfico convive con empresarios, gobierno y alto clero y para eliminarlo es ineludible que tendrá que hacerse junto a quienes están integrados. El pueblo mexicano tendrá que vivir durante un largo tiempo con él, hasta en tanto siga protegido por los personajes que los esconden y apoyan. Lo demás es demagogia y cinismo.