MORENA se planteó fundar una nueva política, hacer de la política un “noble oficio” al servicio de los demás, ese horizonte de trasformación yace cancelado. Las prácticas detestables de la política tradicional, han echado raíces en el partido y se promueven desde las más altas esferas.
Los tiempos de campañas son episodios de luz para apreciar las lacras de la política. El oportunismo, la ambición vulgar, los acuerdos oscuros, las campañas sucias y la lambisconería en busca de un puesto, son el pan de cada día.
El extravió ideológico queda patente en que el actual presidente del partido fue un participe del Pacto por México, egresado del ITAM, oportunista de última hora y si faltaba asistente de la secta NXIVM. ¿Qué tiene este historial que ver con las luchas populares o con una formación política de izquierda? Si hoy está con la 4T es por su ambición vulgar y su oportunismo. Porque su proyecto no es otro que el llegar alto, lo más que se pueda.
MORENA aunque hoy ya nadie lo diga, tenía como principio estar contra la reelección de legisladores y alcaldes, reforma también del “Pacto por México”. Hoy en masa legisladores y alcaldes, buscan su reelección o el siguiente cargo para seguir “sirviendo”. Esta omisión de principios se pasa por alto, para tener contentos y activos a los “destacados” militantes. Una traición a los principios que saldrá cara.
Hoy MORENA se enfrenta a las elecciones intermedias sin presentar un proyecto legislativo ni de gobierno estatal. Se reciclan candidatos de larga trayectoria, pero también de malos resultados, aquellos que tienen como principio vivir de la política y cuya meta es el alto cargo.
Los oportunistas que llegaron de última hora en el 2018 se han empoderado y conocedores de la política vulgar, juegan a ganar. Las campañas siguen siendo asuntos de dinero y de grupo. Muchos de los candidatos son parte de la élite y se asumen como tal. La renovación política que propuso MORENA parece cancelada.
Así, el partido que debería estar dando la batalla de las ideas en este proceso de cambio, que debería impulsar la organización popular y ser canal de las demandas populares, hoy es una agencia de colocación. La mentalidad de muchos se centra en 2024 y no en la trasformación. La continuidad del proyecto puede frustrarse si el partido naufraga como instrumento de lucha del pueblo, para volverse botín de grupos, eso es lo que está sucediendo.
Si han avanzado las malas prácticas, los oportunistas y ambiciosos vulgares, significa que la militancia de base y sus comités han perdido espacio y voz (siempre precaria). Han sido desplazados por una estructura institucional que no les da cabida y por una dirigencia acostumbrada a la negociación y a los acuerdos de altos vuelos, que en nombre de la “militancia” hace todo sin la militancia.
La 4T avanza y da importantes batallas, el liderazgo de AMLO le da coherencia a un proyecto y mantiene cierta unidad política en un amplio bloque, pero la continuidad y alcances del proyecto se juega en el partido.