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«El FMI fracasó en Bolivia»

Fuentes: Rebelión

«¡Definitiva y rotundamente, no!». Tajante y sin vacilación alguna responde Cecilia Ramos tan pronto comienza el diálogo en el marco de su reciente visita a Suiza para participar en un seminario de debate organizado por la «Declaración de Berna». La pregunta «irritativa», el tema de convocatoria de dicho foro: ¿pueden servir las políticas del Fondo […]

«¡Definitiva y rotundamente, no!». Tajante y sin vacilación alguna responde Cecilia Ramos tan pronto comienza el diálogo en el marco de su reciente visita a Suiza para participar en un seminario de debate organizado por la «Declaración de Berna». La pregunta «irritativa», el tema de convocatoria de dicho foro: ¿pueden servir las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para resolver la situación de pobreza que vive una gran mayoría de sus compatriotas? Ramos es economista, investigadora y ha trabajado durante varios años en el terreno de la cooperación internacional. Hoy colabora con el Ministerio de Asuntos Indígenas.

PROTESTA SOCIAL vs. FMI

Paralelo a las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), entre ellas las que proclaman la reducción de la pobreza, «ésta ha aumentado considerablemente» enfatizó Ramos con estadísticas en la mano. Hoy, en Bolivia, el 20 % de los más ricos controla el 60 % de la riqueza, en tanto el 20 % de los habitantes más pobres accede, escasamente, al 3 %, subraya.

Para la joven economista «las sucesivas explosiones sociales que ha vivido Bolivia en los últimos lustros y particularmente desde el 2000 hasta ahora, son una muestra de la inviabilidad de las opciones de los organismos financieros internacionales». El punto culminante lo constituyó la gran movilización popular de octubre del 2003 , la que , «al costo de más de 100 muertos, logró cambiar un presidente» que había intentado ciegamente aplicar esas recetas.

Fue una protesta anti-Fondo Monetario Internacional, anti-Banco Mundial. «Muy significativo y sugestivo porque estos años tan convulsivos de la historia boliviana y las repuestas contundentes, coinciden, justamente, con la denominada estrategia boliviana para la reducción de la pobreza». Un gran fiasco, una burbuja de jabón sin solución real alguna., puntualiza. «La gente está harta del ajuste estructural».

Al drama de la concentración del poder económico en sectores reducidos de la población, se le suma el de las escandalosas privatizaciones de las empresas estatales, explica la economista sudamericana. «Ejemplos como la compañía aérea nacional o los hidrocarburos son contundentes. Se vende a precios regalado el patrimonio del Estado, incluso las empresas que eran rentables . y que luego, una vez privatizadas, dejan de funcionar correctamente»

«LO UNICO QUE REBALSA ES LA MISERIA»

A pesar del discurso oficial, las propuestas del FMI, «no logran reactivar la economía. El famoso y esperado efecto rebalse – desborde del crecimiento para ser distribuido socialmente- no se da. La torta es pequeña y los sectores acomodados no la quieren repartir con los demás», enfatiza Ramos.

La historia del «milagro neo-liberal» se remonta a varias décadas. El discurso de «redistribución» como consecuencia del crecimiento viene de 1999, explica la economista boliviana. «Sus recetas macro son siempre las mismas.ahora, con un pequeño acápite de *lucha contra la pobreza*. Pero nada de lo esencial ha cambiado. Ni las prioridades de sus políticas, ni el tipo de inversiones que preconizan. Al contrario, todo se ha endurecido con esas privatizaciones anti-sociales» y con el «crecimiento de la deuda multilateral que sigue siendo la más grande y pesada». Lo que sorprende, agrega Ramos, es que nada funciona aunque siempre «los gobiernos bolivianos recientes han sido los alumnos latinoamericanos más disciplinados del modelo impuesto por las instituciones financieras internacionales»

LAS ALTERNATIVAS

Del diagnóstico a las alternativas.un camino a recorrer. «Hay mucho que aprender. Pero es un desafío no sólo boliviano sino mundial. En nuestro caso, con un 60 % de la población que se reconoce como indígena, tal vez de ahí mismo vengan pistas de futuro». Su intuición se corresponde con hechos: «se empieza a teorizar sobre sobre la economía comunal alternativa al modelo capitalista. Hay algunos libros al respecto. Si bien las comunidades indígenas no pueden escapar al mercado, tampoco están presas del mismo. «Sus formas de vida cotidiana son diferentes que las que impone el capitalismo salvaje».

Y también esa alternativa debe consolidarse en lo político. Es un proceso. «Hay señales positivas. Me refiero, por ejemplo a Evo Morales y su partido MAS (Movimiento al Socialismo). Si bien no significa hoy una propuesta teórica acabada para salir del sistema capitalista.está dando pasos». Pasos que también recorren, según Ramos, otros países latinoamericanos como Venezuela o Brasil.

Bolivia hoy, una gran nebulosa que busca clarificarse. Bolivia mañana, «la explosividad social permanente» si el sistema y las instituciones financieras internacionales no entienden el mensaje de la revuelta social.