Generando la división a través de la compra de conciencias con migajas de dinero, la minera canadiense Esperanza Silver de México avanza con la mina a cielo abierto en el estado de Morelos, con la venia del gobierno de la Cuarta Transformación y rompiendo la estructura de cohesión social y máxima autoridad que mantiene a los pueblos unidos: la comunidad.
Los campesinos de la región pasarán de ser dueños de las tierras a obreros de la mina donde serán explotados, y por supuesto utilizados no solamente para destruir la tierra sino para saquear los recursos del subsuelo en un proyecto a cielo abierto totalmente prohibido en Canadá que es de donde viene la minera. En voz de los pobladores, según el decir de la Esperanza Silver, al término de la concesión del uso de tierras por 50 años y con una renta promedio de 2 mil pesos mensuales por comunero, “las tierras se devolverán tal y como estaban”. Hay que ser muy ingenuo por no decir otra cosa, para pensar que una tierra que será contaminada con cianuro entre otros químicos, que destruirá el cerro del Jumil por completo, que afectará la zona arqueológica de Xochicalco y que acabará con el agua de la región si que pueda ser restituida; así como decir que una minera a cielo abierto es “sustentable” es una mentada de madre para cualquier inteligencia.
En el 2019 el Presidente de la República anunció el fin de las concesiones mineras, bueno también había dicho que se paraban los megaproyectos neoliberales como la termoeléctrica de Huexca y no solo no se detuvo, sino que hasta represión, asesinatos, detenciones ilegales y desapariciones recibieron los pobladores que se resisten, como el asesinato del luchador social y ambientalista Samir Flores que sigue impune. En mayo de este año 2021, a través de la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales se informó: “Hay dos tipos de minería: la que es de túneles y la minería a tajo abierto y a cielo abierto, la cual quedó prohibida en nuestro país desde que nuestro presidente comentó que se prohibía; entonces, no se ha dado ni un solo permiso por parte de la Secretaría del Medio Ambiente”.
En este mismo discurso la retaíla contra los regímenes neoliberales sigue siendo la misma, “la culpa la tiene el anterior” pero con la doble moral de la 4T los proyectos continúan, ahora custodiados por la Guardia Nacional y el ejército, y con el nuevo decreto de que todos los megaproyectos serán asunto de “seguridad nacional” se confirma su conclusión por encima de la voluntad popular, la Constitución del país y los derechos de los pueblos originarios, porque ni acceso a la transparencia habrá.
En el caso de la minera Esperanza Silver de México, filial de la canadiense Álamos Gold, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) logró detener en el 2013 el proyecto minero por encontrarse cerca de la zona arqueológica de Xochicalco, Patrimonio de la Humanidad. En estos escasos diez años, la minera a ultranza y agazapada como hiena comenzó un trabajo de carácter “social” en la región. Como fervientes fanáticos religiosos iniciaron trabajos de beneficiencia para convencer a los comuneros de la “sustentabilidad y beneficios” de la mina: regalos de despensas, construcciones, escuelitas, apoyo al sector salud, apoyos económicos, compra de conciencias. Y desde ahí a reventar la unidad comunitaria. La minera ha hecho bien su labor “evagelizadora” poniendo a las comunidades unas contra otras, poner a los comuneros en contra para después argumentar que el NO a la minera no tiene consenso ni es mayoría, y dejará un rastro de violencia y conflictos que ya comenzaron en comunidades como Tetlama, por ejemplo. En pocas palabras, la minera opera como el crimen organizando rompiendo los tejidos sociales por donde pasa una empresa trasnacional y no se dudaría que el crimen organizado que opera en la región este también en la nómina de la Álamos Gold.
La minera no solamente arrasará con la tierra y el territorio, también con la cultura de los pueblos originarios en comunidades donde los jóvenes aprenden y mantienen el nahuatl como parte de su vida, la cultura ancestral al rededor del maíz y la milpa, el cultivo del cacahuate, la cebolla, entre otros cultivos ancestrales, la flora y la fauna endémica. Sin territorio no hay cultura y sin cultura no hay territorio, el gobierno no entiende y por ende la ambición de un puñado de cobardes esta por arrasar todo un territorio ancestral.
En este sentido, en días pasados y a petición de los pobladores de Tetlama y de Cuantepec el muralismo inició jornadas para pintar los muros de las comunidades y sumarse hombro a hombro a la resistencia, la defensa de la tierra, la lucha y la denuncia para contrarrestar toda esta parafernalia de mentiras de los agentes de la minera ahora incrustados en las comunidades. Jornadas a las que comienzan a sumarse artistas visuales, grabadores y artistas urbanos en una acción solidaria para apoyar esta legítima defensa, por lo que desde esta tribuna se convoca a artistas y muralistas de todo el país a salir a las calles y tomar los muros para defender los territorios por donde los proyectos extractivistas que saquean a nuestra Patria sean visibilizados, tenemos que romper los cercos informativos que protegen a empresas criminales como la minera canadiense Álamos Gold y su filial Esperanza Silver de México.
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