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Entrevista a Pila Garbarino, dirigente de la Juventud Universitaria Católica en los 60

«El oído puesto en el pueblo y el ojo en el Evangelio»

Fuentes: Rebelión

M.H.: El Papa Francisco decidió beatificar al Obispo Enrique Angelelli asesinado en 1976 en La Rioja por la dictadura [1] . Además beatificarán a otros dos colaboradores del Obispo asesinados también por los militares. El Obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, fue el encargado de comunicar la resolución tomada en el Vaticano, a través de […]

M.H.: El Papa Francisco decidió beatificar al Obispo Enrique Angelelli asesinado en 1976 en La Rioja por la dictadura [1] . Además beatificarán a otros dos colaboradores del Obispo asesinados también por los militares. El Obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, fue el encargado de comunicar la resolución tomada en el Vaticano, a través de una carta reveló que el Papa Francisco autorizó la publicación del decreto que reconoce el martirio en odio de la fe padecido por Monseñor Enrique Angelelli, los padres Carlos Murias y Gabriel Longeville y el laico Wenceslao Pedernera. La beatificación que constituye el paso previo a ser declarado santo, se hará a fin de año en Argentina.

El 4 de agosto de 1976 el Obispo E. Angelelli viajaba acompañado por el sacerdote Arturo Pinto a bordo de un auto que volcó luego de haber sido encerrado por dos vehículos. El crimen ocurrido en Chilecito, cerca de la capital riojana, fue presentado como un accidente de tránsito, recién en 2014, luego de 38 años de lucha de organismos de Derechos Humanos el Poder Judicial reconoció que se trató de un homicidio.

De los cinco acusados solo dos fueron condenados, Luciano Benjamín Menéndez y Luis Estrella. En septiembre de 2014 el Tribunal Oral Federal de La Rioja los condenó a la pena de prisión perpetua. Los otros tres imputados de la causa, Jorge Arguindegui, Jorge Rafael Videla y Juan Carlos Romero, murieron impunes por estos crímenes.

Para hablar de este tema, estamos en comunicación con la ciudad de Tucumán con Stella Maris «Pila» Garbarino.

-P.G.: Gracias Mario por recordar a Angelelli, al «pelado» como le decíamos; para mí fue una persona muy importante sobre todo en mi época de juventud cuando militaba en la Juventud Universitaria Católica y él era asesor de los universitarios en Córdoba.

Había conformado y auspiciado colegios mayores que eran pensionados para universitarios que además de ofrecer pensión, casa y alimento a los universitarios que venían de otras provincias a estudiar en Córdoba, realizaban distintas actividades de tipo cultural y religioso.

Tenía una actitud muy especial con los jóvenes y sobre todo era muy respetuoso, nosotros le solíamos cantar canciones sobre su pelada y él junto con otros sacerdotes y compañeros y compañeras de esa época fueron quienes sembraron mi militancia y la de tantos otros jóvenes comprometidos con el cristianismo y los procesos revolucionarios. Entonces creo que es importante que se lo recuerde hoy en el día de su cumpleaños y a 50 años de haber sido designado Obispo.

Él siempre decía «el oído puesto en el pueblo y el ojo en el Evangelio». Cuando sufrió el mal llamado accidente, siendo obispo de La Rioja, volvía de recolectar una serie de pruebas respecto del asesinato de otros sacerdotes de la provincia. Por otro lado, él estaba organizando cooperativas agrarias en tierras fiscales de La Rioja, que iban a ser un modelo de economía. Yo creo que todas esas cosas motivaron la reacción no solo de los militares sino también de los civiles, a quienes no les interesaba ver a la gente organizada ni tampoco que funcionaran cooperativas.

Es importante recordarlo. Pensaba cuando me dijiste que me ibas a llamar, que con Galileo Galilei pasaron siglos hasta que lo reconocieron, ahora sin querer o queriendo, la Iglesia tarda menos tiempo en reconocer a uno de sus mártires y le permite a los creyentes evocar a Angelelli como un sujeto que nos puede ayudar a encontrar o resolver situaciones difíciles.

Creo que más allá de la postura que tengamos respecto de la Iglesia como institución y a la figura del Papa Francisco, es importante reconocer que significa una cierta movilidad en esta institución milenaria y conservadora, como fue y es la Iglesia Católica, en acercarnos a la figura de Angelelli y junto a esto denunciar el silencio de vastos sectores de la Iglesia Católica en la época de la dictadura, del terrorismo de Estado.

-M.H.: Pila fue una de las dirigentes de la Juventud Universitaria Católica a fines de los ´60, principios de los ´70 y en un capítulo de El peronismo que no fue. La otra, otra historia que tuve la satisfacción de escribir con su esposo, Gerardo Bavio, Pila participa en un capítulo de ese libro «Los cristianuchis» donde ella se refiere al Obispo Angelelli, cuando lo nominan en ese cargo: «Por fin uno de nosotros, se les escapó». ¿Qué quiere decir eso Pila?

-P.G.: En general en ese momento de la Iglesia, solo llegaban al Obispado los conservadores, aquéllos que representaban o tenían un mayor compromiso con los sectores más conservadores.

Es bueno recordar también que hubo otros Obispos comprometidos con los sectores pobres como Romero en El Salvador. Cada tanto hay alguno que se les escapa y permite que lleguen a ser dirigentes de la Iglesia. Creo que es importante el momento en que lo hace Francisco.

Como te decía hace un momento, como pasó con Galileo y tantos otros errores que cometió la Iglesia en ese sentido. Vale aclarar que no tiene que ver con el dogma de la fe sino con su compromiso con sectores económicos o corporativos.

En el caso de Angelelli, me parece muy bien que se lo pueda venerar, pedirle los favores, quienes sean creyentes. A veces pienso que me estoy poniendo vieja porque a los amigos los están poniendo en los altares.

Angelelli era un tipo muy alegre, siempre fue muy sensible a los reclamos populares y de alguna manera, lo que uno comenzó a pensar en esa época y que lo sostiene hasta hoy, tiene que ver con su figura.

-M.H.: En algunos sectores se considera que el Papa Francisco pretende lavarse la cara con la beatificación de Angelelli y de Romero que también mencionaste. ¿Qué pensás?

-P.G.: No me atrevería a pensar eso. Son momentos del desarrollo de la institución que le permiten hacer esto. En este momento no estoy cercana a la Iglesia como institución, pero pienso que puede significar algún movimiento interesante. No que permita lavarle la cara, pero sí hay que verlo, porque si no nos ponemos en una postura muy cerrada y estaríamos haciendo fundamentalismo. Yo creo que hay que ser capaz de reconocer lo que el otro puede ir resolviendo, más allá de que parezca una justificación.

-M.H.: ¿Cómo viviste la votación de la Ley por el aborto legal, libre y gratuito?

-P.G.: Me quedé hasta tarde y me levanté a ver qué pasaba. Creo que es muy importante. De alguna forma me identifico y quiero estar cerca del grupo que se llama «Católicas por el derecho a decidir». Educación sexual para informarse, pastillas para no concebir y aborto legal para no morir.

Creo que ha sido muy importante, más allá que el margen de la votación ha sido muy estrecho, nos muestra lo que ha sido una lucha transversal, en conjunto, realizada por las mujeres.

Recién hablábamos con la «Turca», sobre cómo las nuevas generaciones tomaron la posta, porque fueron las jóvenes, muy jóvenes, las primeras que se identificaron con el pañuelo verde. Toman lo que fueron las luchas de las Madres y las Abuelas, fueron perseverantes, masivas, no se cerraban frente al «no» de algunos diputados. Es un movimiento muy importante y la lucha continúa. Ha habido posiciones en el Congreso que me han impactado mucho, me han gustado mucho. Me ha parecido muy bueno todo.

-M.H.: Me gustaría que me pases con la «Turca» Ahuali, muchas gracias Pila.

-P.G.: Un abrazo y la lucha sigue.

-M.H.: Hola Turca, quería preguntarte cómo viviste esa jornada histórica.

T.A.: Me da esperanza que se pueda replicar esta lucha en otras cosas que nos están pasando y que son muy jodidas. Es la prueba de que la unión hace la fuerza, porque ha sido un movimiento que ha luchado mucho, ha resistido, en todos lados, en todas las provincias, ha sido una lucha de mucho tiempo y de las mujeres; ¿será que vuelve el matriarcado? Estoy asombrada también con las reacciones de algunas personas que no fueron esperadas. Esperanzada sobre todo.

-M.H.: Pensaba en vos, cercanos a la fecha del asesinato de «Paco» Urondo.

T.A.: Sí. Me invitaron para participar de una actividad el 17 de junio cuando se cumplieron 42 años en Santa Fe donde fue funcionario del gobierno de Sylvestre Begnis (1958-62). Por otro lado los chicos de la Agencia Paco Urondo (APU) me hicieron una entrevista vía Whatsapp.


[1] Nacido el 18/7/1923. Fue designado Obispo de la diócesis de La Rioja el 3/7/1968.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.