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El post-neoliberalismo de la nueva Bolivia

Fuentes: Agência Carta Maior

Traducido del portugués para Rebelión y Tlaxcala ( www.tlaxcala.es) por Àlex Tarradellas. Esta traducción es Copyleft. La semana pasada, el gobierno de Evo Morales presentó su plan de desarrollo nacional. Los bolivianos votaron, por primera vez, sobre sí mismos. Eligieron a uno de ellos para dirigir colectivamente el país. Y hacen lo que ningún gobierno […]

Traducido del portugués para Rebelión y Tlaxcala ( www.tlaxcala.es) por Àlex Tarradellas. Esta traducción es Copyleft.

La semana pasada, el gobierno de Evo Morales presentó su plan de desarrollo nacional. Los bolivianos votaron, por primera vez, sobre sí mismos. Eligieron a uno de ellos para dirigir colectivamente el país. Y hacen lo que ningún gobierno hizo en siglos.

Los bolivianos votaron, por primera vez, sobre sí mismos. Eligieron a uno de ellos para dirigir colectivamente el país. Y hacen, en pocos meses, lo que ningún gobierno hizo en siglos. Nacionalizaron los hidrocarburos, convocaron la Asamblea Constituyente para refundar el Estado boliviano, iniciaron la reforma agraria.

Y, coherentemente con las propuestas de campaña, la semana pasada el gobierno de Evo Morales presento su plan «Bolivia digna, soberana y productiva para vivir bien», un plan de desarrollo nacional. Los puntos esenciales del plan son la estabilidad macro-económica – conservando la política monetaria y cambiaria – y la adopción de políticas de salud, educación, desarrollo, infraestructuras y política exterior. La matriz productiva se articula en torno de los hidrocarburos, de las minas y de la biodiversidad.

Las prioridades del gobierno boliviano son el combate a la miseria – buscando reducir del 35% al 27% la parcela de población en la extrema pobreza hasta el 2011 -, la creación de 90.000 empleos por año – reduciendo la tasa de desempleo del 8,4% al 4% -, así como la construcción de 100.000 viviendas. En un ritmo general de la expansión de la economía del 4,1 % en este año, hasta llegar al 7,6 % al final del mandato de Evo Morales.

El objetivo del Plan es la erradicación de la pobreza y toda forma de exclusión social, para que se garantice el ejercicio pleno de la dignidad y de los derechos de todos los bolivianos. La estrategia del Plan incluye el programa «Comunidades en acción, con una participación «maciza, integral y sustentada, inédita» en salud, vivienda, agua potable y apoyo a la producción en 80 municipios, principalmente en los estados que concentran el 67 % de la población en extrema pobreza – La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí.

En las zonas urbanas habrá un programa, llamado «Reciprocidad y Solidaridad», junto a un programa para jóvenes: «Mi primer empleo» y «Mi empresa», para fomento del desarrollo de iniciativas productivas, y «Bolivia sin hambre», con subsidios para cafés por la mañana y comidas escolares.

Se proyecta la creación de un «Seguro Universal de Salud» y un programa de «Desnutrición cero», además de un nuevo pacto social para la refundación de la educación pública, la reforma de la educación superior, la alfabetización, con un programa «Yo sí, puedo» – con apoyo de Cuba, para atender a 1,2 millones de bolivianos.

El plan prevé inversiones públicas, en cinco años, de 6 billones y 883 millones de dólares y 5 billones y 839 millones de inversiones privadas, principalmente en las minas, en los hidrocarburos y en la industria manufacturera, incluyendo las empresas extranjeras, que se ajusten a la estrategia de desarrollo y a las leyes nacionales.

Emir Sader es profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la UERJ y autor, entre otros, de «A vingança da História».