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El pueblo boliviano fortalece la democracia

Fuentes: Rebelión

Las elecciones nacionales a realizarse en Bolivia el próximo 20 de octubre, la octava en los últimos quince años si se suman las municipales y departamentales, tienen una significación especial porque consolidan la democracia de alta intensidad con altos índices de inclusión económica, social y política y profundizan las formas democráticas representativa, participativa y comunitaria […]

Las elecciones nacionales a realizarse en Bolivia el próximo 20 de octubre, la octava en los últimos quince años si se suman las municipales y departamentales, tienen una significación especial porque consolidan la democracia de alta intensidad con altos índices de inclusión económica, social y política y profundizan las formas democráticas representativa, participativa y comunitaria establecidas en la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional aprobada por la Asamblea Constituyente y ratificada mediante referéndum popular en enero de 2009.

Desde ese año se ha ido incrementando constantemente el número de ministros, senadores, diputados, asambleístas departamentales y municipales, alcaldes y autoridades de los distintos niveles de gobierno procedentes de los pueblos indígenas aymaras, quechuas, guaranis y otros, así como de obreros, campesinos, vecinos, jóvenes y mujeres que antes de 2006 estaban prácticamente ausentes o en números muy pequeños en la vida política nacional. En el caso de las mujeres su presencia en las instancias legislativas en todo el país supera el 51%, siendo actualmente presidenta de la Cámara de Senadores Adriana Salvatierra de 30 años de edad.

Esta continuidad democrática en el país resulta extraordinaria tomando en cuenta la inestabilidad política e institucional en los años que corren desde la fundación de Bolivia en agosto de 1825 debido a los frecuentes golpes de estado, las conjuras políticas, los suicidios, colgamientos y asesinatos de presidentes en ejercicio y los interinatos en la jefatura del país.

La rebelión popular de octubre de 2003 fue el punto de partida del nuevo orden democrático, momento en el cual los partidos tradicionales y conservadores fueron expulsados del gobierno cuando se alternaban en el gobierno aplicando las reformas neoliberales, impulsaban la exportación de gas hacia México y Estados Unidos y en Bolivia su consumo no alcanzaba ni al 5% de la población y provocaron la masacre de más de sesenta personas en El Alto y el altiplano. Surgió ahí la «agenda de octubre» que establecía reformas profundas en la democracia y la economía bolivianas.

La nacionalización del gas en mayo de 2006 y la recuperación de empresas que estaban controladas por las transnacionales permitió al país controlar importantes excedentes que se transferían al exterior y avanzar en una democracia económica con la redistribución de la riqueza que significó la reducción de la pobreza del 60% al 35% y la extrema pobreza de 38% a 15%. Asimismo, la democracia cultural y social aseguró que los pueblos originarios y las poblaciones marginadas, discriminadas y empobrecidas se conviertan en actores clave de la vida política, incluida la Central Obrera Boliviana (COB) con todos sus sindicatos afiliados.

En las elecciones participarán nueve fuerzas políticas, de las cuales solamente cuatro tienen posibilidades de alcanzar espacios en las instancias parlamentarias de acuerdo a las encuestas de opinión, las preferencias electorales y la capacidad de acción política: el Movimiento Al Socialismo (MAS) con Evo Morales Ayma, Comunidad Ciudadana (CC) con Carlos De Mesa Gisbert, Bolivia Dijo No (BDN) con Oscar Ortiz Antelo y Movimiento Tercer Sistema (MTS) con Felix Patzi Paco. De acuerdo a las tendencias, Evo Morales tiene amplia ventaja en las preferencias y podría ganar las elecciones en la primera vuelta si consigue el 50% más uno de los votos o si tiene un respaldo de más de 40% por ciento y una diferencia de diez puntos frente al segundo.

Los partidos de oposición intentaron presentar una sola candidatura que busque ganar las elecciones a Evo Morales pero la iniciativa no prosperó, sin embargo en los últimos días se ha conocido que, como en otros países de la región, el gobierno de Estados Unidos está presionando a varios candidatos para que renuncien a sus postulaciones buscando la polarización de fuerzas para desarrollar una gigantesca campaña de desprestigio al actual presidente utilizando las redes de internet y los medios privados de comunicación.

La política soberana, nacionalista y antiimperialista desarrollada en los últimos catorce años ha sido respaldada en tres elecciones generales, 2005, 2009 y 2014 con votaciones de 54%, 64% y 61%, respectivamente.

Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.