1. He leído decena de artículos alrededor de las elecciones presidenciales de la primera y la segunda vuelta en Argentina. La primera vuelta se llevó a cabo el 25 de octubre [] de manera conjunta con las elecciones legislativas. Habrá una segunda vuelta (o ballotage) el 22 de noviembre ya que ninguna fórmula obtuvo en […]
1. He leído decena de artículos alrededor de las elecciones presidenciales de la primera y la segunda vuelta en Argentina. La primera vuelta se llevó a cabo el 25 de octubre [] de manera conjunta con las elecciones legislativas. Habrá una segunda vuelta (o ballotage) el 22 de noviembre ya que ninguna fórmula obtuvo en las elecciones generales más del 45% de los votos positivos, o más del 40% de los votos positivos con una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales con respecto a la segunda fórmula, en cantidad de votos positivos. Por ello los candidatos presidenciales Daniel Scioli del «Frente para la Victoria» y Mauricio Macri del «Frente Cambiemos» deberán enfrentarse en una nueva elección.
2. Los argentinos no tienen mucho de donde escoger: votan por Scioli, que podría ser la continuidad del kichnerismo con muchas contradicciones, o se deciden por Macri que es el representante de la derecha más reaccionaria y cercana a fascismo. Algunos, que apenas representan un cinco por ciento de los votos, están llamando al «voto blanco» porque consideran que Scioli y Macri «son más de lo mismo: proyectos empresariales y proyanquis que están entregando a Argentina hacia un profundo proceso de privatización. Si en México existiera la «segunda vuelta electoral», en 1988, 1994 y 2000 Cárdenas hubiese competido con Salinas, Zedillo y Fox y López Obrador con Calderón en 2006 y con Peña en 2012; pero los empresarios harían perder a los socialdemócratas.
3. Este debate que hoy se registra en Argentina también se ha desarrollado en México pero en la primera vuelta. Aquí tanto Cárdenas como López Obrador han sido apuntalados por la centro/izquierda o socialdemocracia. El PRI/PAN derechista, por los empresarios, medios de información y clero. En Argentina, con excepción de algunos pequeños grupos radicalizados de izquierda como los trotskistas y anarquistas, no existe una socialdemocracia desarrollada. Son los herederos del peronismo en sus varias vertientes y el Frente Cívico Radical, ambos empresariales y anticomunistas, así como el sector militarista, los que han dominado en los últimos 50 años la escena política. Aquí parece haber una ventaja política en México.
4. En México, antes de la implantación del neoliberalismo en 1982, las derechas y las izquierdas socialdemócratas eran ampliamente manipuladas por el PRI que se colocaba siempre en el centro político. Pero a partir de ese año el PRI se corrió hacia la derecha conformando con el PAN un estrecho maridaje interrumpido por pequeños pleitos de familia. ¿Qué hizo el socialdemócrata PRD? Para terminar de descomponerse y no quedarse solo en las negociaciones partidarias, corrió también a los brazos del PRI. El partido Morena de López Obrador es ahora la esperanza partidaria electoral que debe luchar para salvarse de las mil y una trampas preparadas por el sistema político: mediatización, absorción, amenazas, represión, acuerdos, ventajas, presupuestos, etcétera.
5. En Argentina se ha propagado que Macri ha recibido un fuerte apoyo de la derecha internacional encabezada por Vargas Llosa y que de ganar rompería con organismos internacionales como Unasur, ALBA, Bancosur, apoyaría bases militares yanquis, etcétera. De Scioli se dice que conservaría las buenas relaciones con los países del ALBA a pesar de su derechismo empresarial. Pregunto: ¿Qué pasó con los movimientos de desempleados, los sin trabajo, los piqueteros, los caceroleros, con las organizaciones obreras de izquierda y centroizquierda? La realidad es que los resultados de las elecciones en Argentina van a ser determinantes para las elecciones en toda la región y la relación con el imperio de los EEUU. Argentina es importante país de América.
6. Si López Obrador no abre el camino con los sectores en lucha: maestros, electricistas, mineros, telefonistas, indígenas, campesinos, apoyándolos de manera abierta y sin miedos, es seguro que la burguesía buscará cerrarle todos los caminos. Morena -evitando toda centralización que por autoritaria ha pasado a mejor vida- debe abrirse a todos los sectores buscando organizar batallas conjuntas contra todo tipo de privatización. En los últimos años han surgido muchos, miles de frentes o comités de defensa del agua, de la luz, de las tierras, de los derechos humanos, contra la carestía. Morena puede ofrecer sus servicios y participar junto a las organizaciones. ¿Qué mejor apoyo puede recibir Morena a cambio de acompañar a los trabajadores?
7. Si Morena rompe su sectarismo hacia los trabajadores mexicanos, seguramente otras organizaciones e individuos romperán con el suyo. El debate en Argentina está cada día más interesante para los pueblos de América Latina porque lo que allí suceda -en medio de los ataques imperialistas contra Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador- va a influir de manera determinante. Los Kirchner no se proclamaron partidarios del socialismo y la sociedad igualitaria, pero sus 12 años de gobierno ayudaron a los países de América en la lucha antimperialista. Muchos hubiésemos querido que conformaran una izquierda radical mundial, que fueran consecuentes luchadores anticapitalistas; pero sólo hicieron lo que pudieron.
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