Con este libro ha funcionado un poco el ‘boca a boca’. Me lo recomendó María Toledano en un momento de confidencias literarias en un café moderno. Y yo se lo recomiendo a todos Vds., después del disfrute de su lectura. Isaac Rosa, su autor, ha hecho una novela que descansa en dos columnas, La recuperación […]
Con este libro ha funcionado un poco el ‘boca a boca’. Me lo recomendó María Toledano en un momento de confidencias literarias en un café moderno. Y yo se lo recomiendo a todos Vds., después del disfrute de su lectura.
Isaac Rosa, su autor, ha hecho una novela que descansa en dos columnas, La recuperación de la memoria, trayéndonos el tiempo de los primeros años setenta y anteriores, navegando entre la épica antifranquista y el adocenado ‘situarse’ de los próximos tiempos y la forma de hacerlo.
En cuanto lo primero, ante la descripción de hechos y escenas de comisaría, incluyendo los sótanos de la Puerta del Sol, antiguas dependencias de la Dirección General de Seguridad franquista, me tuve que releer la tapa del libro y sorprenderme por la ‘realidad’ de la escritura de un autor que ha nacido en 1974, tras los hechos que sabe hacer vivir. Nos hace situarse con tal vivencia en ese tiempo y circunstancias que me pareció leer por medio de los cuadros de Antonio López, el pintor manchego, circunstancias vividas.
Pero si es relevante el qué cuenta y hacer que nos metamos en los personajes y épocas es igual de fundamental en la novela como levanta las cartas de la trama al lector. Ante cada capítulo orienta al lector las posibles fugas y derivas que podría tomar el novelista, divaga sobre qué juego darían de si los personajes inclinándose por uno u otro lado.
No es la primera vez que un autor desarma la obra, destripándola a la vista del lector, para que éste acepte artificios o la sapiencia del escritor. Pero, en este caso, el resultado de fondo, tiempo y lugar, la lucha estudiantil madrileña y la tipología de personajes mediocres junto a otros ingenuamente épicos, junto con esa forma de avanzar la novela, ramoneando el destino del fin de la novela, que gravita en la ‘casualidad’ del personaje gris central, hace la lectura rítmica, un andar estético.
Por último, el título del libro ‘el vano ayer’ es un acierto literario porque Isaac Rosa recoge con pocas palabras el sentir de la novela con unos personajes reconocidos en la soledad de la sociedad española y la escasez de mimbres para remover el fango de la apariencia y lo acomodaticio de sus vidas.
Escrito al día siguiente de enterarme que le acaban de dar el premio de novela ‘Romulo Gallegos’ del presente año 2005.