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Embestida económica de la oposición mediática

Fuentes: Comunicadores de la Argentina (COMUNA)

No se conocen muchos precedentes de medios que entrevistan a un presidente y luego no publican sus respuestas.

Ataque a fondo en defensa de los intereses empresarios

Una abominable manipulación de Clarín de lo que parece haber sido un reportaje al presidente Alberto Fernández, cuyas declaraciones son negadas al público salvo un par de frases acomodadas a discreción, evidencia el domingo 10 el infinito desprecio de los medios dominantes en la Argentina a los principios básicos del cacareado “periodismo”, aunque no logra poner en segundo plano la embestida contra todas las decisiones de política económica.

Clarín y La Nación ubicaron en idéntico lugar de sus portadas, y con las mismas palabras, los reclamos de los empresarios que resisten hacer contribuciones transitorias ante la crisis que, asentada en el desastre causado por el macrismo, se potenció con la pandemia que pone de rodillas al mundo. Infobae, en concierto, le dio el título principal del domingo por la mañana.

Como política editorial en verdad no se puede hablar de una sorpresa: estos medios y el foro empresarial cuya postura publicitan como verdad consumada repiten estos reclamos y pretensiones desde siempre. En todo caso, es en cierta forma asombroso que los lenguajes sean aún más extremistas que los que usaba Martínez de Hoz en 1976 y 1977, cuando la dictadura cívico-militar, con el apoyo abierto de este “periodismo”, puso en marcha una reformulación a fondo de la estructura económica del país, y para consumarla arrasó con vidas, derechos y bienes.

Ya el lunes 4, títulos, informaciones y opiniones fueron organizadas para respaldar el lock-out de la patronal agraria por la prohibición temporal a las exportaciones de maíz. Otro frente de la embestida es el sistema de salud. Belocopitt, patrón de una empresa que a 250 metros de la Casa de Gobierno tiene a personas de 65 años -en riesgo de COVID- forzadas a trabajar porque están tercerizadas y cobran solo por prestaciones médicas realizadas, se volvió estrella de las noticias.

En este tema, Carelli Lynch, de Clarín, responsabilizó a Cristina Kirchner a nombre de fuentes no identificadas, por aquella propuesta de La Plata, la de dotar al país de un sistema integrado de salud. Los párrafos de estas y otras notas parecidas expresan indignación porque el Presidente revirtió un aumento de las tarifas de la medicina privada. Como es previsible, Morales Solá puso en juego el miércoles el fantasma terrorífico de la estatización y echó tantas maldiciones que apenas le quedó espacio para mantener su combate al plan de vacunación en marcha en el país.

Roa copió argumentos al día siguiente en Clarín, donde el “especialista” Burgo se escandaliza porque el Presidente está “alineado con La Cámpora” más que con las ideas del ministro Guzmán.

Salud, telecomunicaciones, luz, gas: Guzmán está desdibujado, escribió Pagni en La Nación, y parecido al día siguiente Naishtat, en Clarín.

Y así se llega al domingo con esta defensa a ultranza de los bolsillos patronales y el rechazo a la “intervención estatal” que, firma Morales Solá, irá del maíz al trigo, a la carne y a la soja: el mismísimo infierno para la “libre empresa” que, como se sabe, tanta riqueza y justicia derrama entre argentinas y argentinos.

Si bien no hay sorpresa posible en esta lucha contra el Gobierno, sí es llamativo cómo corrieron el límite de las prácticas periodísticas Clarín y Van der Kooy al anunciar un reportaje exclusivo a Alberto Fernández que luego no es publicado. El redactor, que anuncia “a solas con el Presidente”, censura las respuestas del entrevistado, salvo dos o tres que usa para acomodar sus propias frases que son, como desde hace varios meses, de rotundo desprecio por el mandatario. En este capítulo, dice que si habla del periodismo es maniático y que si critica a la Corte no es la postura que tuvo en otro tiempo. Y lo ubica, menoscabándolo, “a la sombra de Cristina”.

No se conocen muchos precedentes de medios que entrevistan a un presidente y luego no publican sus respuestas. El mecanismo de Clarín discute con la creencia según la cual atender amablemente a los periodistas más fanáticos de la oposición tendrá como resultado un trato respetuoso.

El tratamiento de la evolución de la pandemia y el plan de vacunación repite el objetivo expreso de generar temor y desconfianza: si hay avances con China para conseguir vacunas, Clarín titula “el Gobierno apura un arreglo”. Los hechos que echaron a perder vacunas en el territorio PRO de Olavarría pasaron fugazmente para estos medios, más dedicados a denostar a la Sputnik V y a dedicarle títulos a toda página a los anuncios de la empresa Pfizer.

Un ejemplo de una malicia casi quirúrgica lo dio en Clarín la redactora Hartmann, quien sobre la segunda dosis de la Sputnik que debe llegar de Rusia, como está previsto, habla de “dosis faltantes”. Siguió el aplauso cerrado a los gobiernos amigos de Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, por desconocer las recomendaciones nacionales de asegurar la prevención y bajar el contagio comunitario.

Si la perversión de Hartmann tiene cierta elaboración, la del editor Vaca es por demás grotesca: ataca rotundamente todo proyecto de restricción de circulación en Argentina pero aplaude el que rige en Francia, no desde las 23 ni desde la 1, sino desde las 20. Pero le salió competencia en su diario: el Wiñazki de los sábados levanta el discurso de las libertades individuales, copiado de la gacetilla de Juntos por el Cambio, e ilustra su pronunciamiento opositor con una foto de aplicación de vacuna. Más malicia no se consigue.

Lo que rompió todos los libretos políticos y hasta culturales de estos medios fue la crisis en Estados Unidos. ¿Cómo seguir presentando a esa democracia como única, prácticamente perfecta, ejemplo para el mundo, modelo que hay que imitar, etc.? Misión imposible, así que el camino elegido es el ocultamiento y la tergiversación.

Notas de Clarín, Infobae y La Nación, de corresponsales, fuentes y “analistas”, e incluso algunas reproducciones de The New York Times, centran toda la secuencia en un “loco”, Trump, un desquiciado, con una horda de unos cientos o a lo sumo miles de seguidores que atacaron las sagradas instituciones: pero se recuperaron en unos minutos e hicieron lo que tenían que hacer. No hay siquiera preguntas sobre cómo esta “gran democracia” puso en la Casa Blanca a este “loco” y cómo, al cabo de cuatro años calamitosos, consigue 78 millones de votos. Ni una palabra sobre el avance de esta brutalidad política, económica y racial que encarna Trump en la base social estadounidense, y sobre cuáles son allí las condiciones que le dan vida a lo que él propone.

Por supuesto, prácticamente no se menciona otro tema que derrumba el mito de la democracia estable y segura, que jamás avasalla sus símbolos sagrados: cómo es posible que el dispositivo que patrulla el mundo y aplica la fuerza donde quiere y como quiere, salvo unos pocos espacios en control de China y Rusia, no pudo evitar que cientos de personas se adueñaran del Capitolio, y cuáles son las complicidades de los mandos militares y de seguridad.

Pero en fin, hay un hecho noticioso, que no refiere a la Argentina, ni a la política ni a la disputa por la riqueza que sirve para comprender cómo estos medios conciben el tratamiento de la información, el derecho del público a saber y el respeto que debería inspirar. El viernes Infobae incluyó entre sus títulos destacados: “La NASA calculó la fecha de un posible impacto de un asteroide contra la Tierra”. El lector, al fin incauto por no decir estúpido, entra a la nota y descubre que esa “posibilidad” es de 0,026 por ciento, y que además es posible que el terrorífico objeto celeste pierda una parte considerable de su masa si atravesara la atmósfera.

Fuente: https://www.comunanet.com.ar/embestida-economica-de-la-oposicion-mediatica/