1. Los que hemos vivido en las calles protestando y luchando contra todos los gobiernos y empresarios nos hemos movido la mayoría de las veces impulsados contra la terrible injusticia y desigualdad que se desarrolla ante nosotros; muchas veces no conocemos con profundidad los problemas, pero los sentimos. Sin embargo hay personajes que por sus […]
1. Los que hemos vivido en las calles protestando y luchando contra todos los gobiernos y empresarios nos hemos movido la mayoría de las veces impulsados contra la terrible injusticia y desigualdad que se desarrolla ante nosotros; muchas veces no conocemos con profundidad los problemas, pero los sentimos. Sin embargo hay personajes que por sus estudios y por lo cargos gubernamentales ocupados conocen a fondo los problemas pero guardan silencio por así convenirles: por oportunismo o por cobardía. Espero que revistas como Proceso, periódicos como La Jornada y entrevistadoras como Aristegui, eliminen algunas trivialidades en sus páginas y tiempos y se dediquen a publicar materiales de entrevistas más serias que permitan desarrollar mejor las luchas sociales, que son las que interesan. Allí ubico la entrevista al político y académico Carlos Tello Macías.
2. Carlos Tello, progresista de centro izquierda y de familia ilustre, acaba de hacer declaraciones muy interesantes al periodista Acosta de Proceso. Me ha parecido muy importante comentarlas porque toca un asunto esencial. Sintetiza Tello: «los cambios impositivos que propone el gobierno de Peña Nieto, no constituyen una reforma fiscal o hacendaria, apenas alcanzan el rango de miscelánea. En términos de recaudación apenas dará un punto y medio del producto». No olvidar que este destacado funcionario de Echeverría y López Portillo, además de notable investigador, es hijo de Manuel Tello, quien fuera ministro de Relaciones Exteriores en los gobiernos de Alemán y López Mateos. Él, Rolando Cordera y todo un sector de economistas progresistas de la UNAM, son personajes que desde hace varias décadas han debatido contra las posiciones de la derecha.
3. Dice Tello: No es una «reforma hacendaria» porque no hay cambios contundentes en materia de gasto público para el desarrollo nacional ni tampoco busca acabar con los derroches del aparato de gobierno. Pone un ejemplo: «En seis años se logró cuadruplicar la recaudación tributaria: de 33 mil 44 millones de pesos en 1970, a más de 126 millones en 1976». «Al final de cuentas va a pagar 32% el que gana un poco más de medio millón, pero también el que gana 10 millones y el que gana 100 millones de pesos. Tello es una autoridad en el análisis económico. ¿Recuerdas aquel pequeño libro de Siglo XXI que escribió con Cordera: México, la disputa por la nación? Perspectivas y opciones de desarrollo, en el que en 181 páginas y cuatro apartados examinan las opciones dentro de las cuales tendría lugar, en los años por venir, el desarrollo del país.
4. Tello no es un revolucionario, mucho menos un marxista, pero sí un nacionalista al nivel de Cuauhtémoc Cárdenas, como muchos estudios e ideas. Fue al parecer el «cerebro» de la «nacionalización bancaria» decretada en medio de gran saqueo de dólares, de una enorme devaluación y un extremo endeudamiento, por López Portillo aquel 1 de septiembre de 1982 que provocó que Manuel Clouthier, el jefe empresarial y candidato del PAN; que Fox el panista agricultor, luego Presidente de la Nación y toda la ultraderecha se lanzara el grito de «México en la Libertad» para defender a los banqueros y empresarios «expropiados». Sin embargo -contra mi creencia- Tello no se separó del gobierno después de 1982, como herencia de su padre se dedicó con su hermano a ocupar cargos de relaciones exteriores. ¿Por qué habiendo vivido tanto en política guardan silencio?
5. Fue esa «nacionalización bancaria» de 1882, impulsada por Tello y su equipo, la campanada para que el empresariado del país comenzara a poner su poder directo dentro del gobierno de México. Inmediatamente intervino el gobierno de Reagan y el FMI para imponer sus funestas reglas: «Salvo a México si se acaba el gasto social así como se elimina la intervención del Estado en la economía; salvo a México si vigilamos año tras año la aplicación del presupuesto público y se privatizan todas las empresas estatales; salvo a México si su política exterior está acorde con la nuestra y si lucha por someter a todo el movimiento de protesta social». El PAN y el PRI comenzó a sellar con amplitud su alianza y la política de «concertacesión» entre los dos partidos inició su florecimiento. El PAN apareció en escena.
6. Denuncia Tello que es del todo falso lo que dice el gobierno en el sentido de «no gravar más a las empresas porque México perdería atractivo para la inversión, porque las empresas perderían competitividad; está ampliamente demostrado una relación directa entre la formación de capital, la inversión extranjera y el sistema tributario». ¿Por qué en lugar de darnos a conoces tantas y pésimas entrevistas y declaraciones del panista Madero, del perredista Zambrano, del funesto empresario Claudio X. González o del funcionario Chuayffet, no se buscan especialistas en estudios políticos y económicos? Alguien me respondería con razón: porque esos «intelectuales» no están dispuestos a abrir la boca para no poner en peligro sus futuros ascensos académicos y dentro de la alta burocracia. Están más presos que en la cárcel y más muertos que los que están en el panteón.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.
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