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En vez de Cuatro T (capitalista) llamarle “Gobierno de transición probable hacia un país igualitario popular”

Fuentes: Rebelión

1. No puede haber duda que la invasión española a Tenochtitlan en 1521, el triunfo de la lucha por la Independencia en 1821, el triunfo del juarismo en 1857 y la revolución de 1910-17, sumando a ello el cardenismo de 1934-40, fueron los acontecimientos más notables, los que más empujaron  nuestra historia como país. Es bueno nombrarlos, pero ninguno de ellos fue enemigo o ajeno del gran círculo capitalista de explotación y opresión que ha dominado a México y al mundo.

2. El presidente López Obrador, aunque en la práctica lucha contra el capitalismo y una de sus más terribles manifestaciones –la corrupción-, le resulta difícil reconocer y decir que la corrupción sólo desaparecerá al extirpar el capitalismo y construir una sociedad igualitaria en el trabajo, la producción, la economía, los derechos. Si ser multimillonario y ser miserable no es corrupción porque “así es el mundo, el destino, nos hizo dios”, pues eso es el perfecto capitalismo.

3. La invasión española a Tenochtitlan en 1521, fue la gran imposición del capitalismo mundial; no podemos aplaudirla porque vino a destruir una cultura y a imponer la suya que siempre representó el robo, el despojo, la sumisión y los asesinatos; pero se registraron protestas y rebeliones que nada pudieron hacer ante el poder español  que nos sometió durante 300 años. Si todavía existe el partido Morena, si no ha sido enterrado, bien podría reivindicar aquellas protestas.

4. Que México logró su independencia en 1821, es indudable; pero por debilidad de los Insurgentes la tuvieron que transar con los enemigos de ella y aceptar el imperio de Iturbide. El capitalismo continuó madurando y la concentración de tierras en manos de la iglesia, los conservadores y los militares, se extendió en todo el país. La independencia de España pareció consolidarse, pero otros países europeos como Inglaterra, Francia, penetraron en México.

5. La acumulación abierta del capital parece iniciarse con las leyes de reforma, particularmente con la desamortización de las tierras en 1856 y con las de nacionalización que llevaron a una mayor concentración que sustituyó la propiedad de la tierra al pasar de manos a la iglesia a manos de poderosos propietarios laicos. Incluso el mismo Juárez ordenó la represión a los campesinos de Chalco por oponerse a que sus tierras en comunidades pasaran a manos de los nuevos terratenientes.

6. Dado que para mí todos los gobernantes han estado al servicio de los explotadores y contra los intereses del pueblo, jamás hablo “del bueno o del mejor” sino “del menos malo o peor” gobierno; así que globalmente el gobierno de Juárez fue el menos malo y el de Porfirio Díaz el peor. Así que el “niño Juárez, pastorcito, miserable y huérfano, que se transformó siendo adolescente y joven en protegido de la burguesía, llegó a la Presidencia en el momento triunfal de la burguesía.

7. Francisco Madero, el personaje de la “Cuatro T”, fusilado como resultado del “Pacto de la Embajada” que creó la Decena Trágica, ésta organizada por los ex porfiristas, derechistas y conservadores mexicanos aliados con los EEUU, fue un “demócrata mediocre” que mandó reprimir a los campesinos zapatistas, a los orozquistas, que exigían cumplimiento de las demandas revolucionarias. Madero sólo buscaba que se plasmen en la Constitución mientras daba un respiro a la burguesía.

8. Por ello los políticos de la burguesía siempre nos reclamaron a los izquierdistas de las últimas cuatro décadas del siglo XX, que nuestros héroes eran extranjeros: Marx, Bakunin, Lenin, Rosa Luxemburgo, Mao, Trotski, el Ché y que por ello éramos antimexicanos. La realidad es que a los mexicanos: anarquista Flores Magón y al campesino Emiliano Zapata siempre los tuvimos al frente en nuestras batallas y ningún gobernante –ni siquiera el menos malo Cárdenas- gozaba de prestigio alguno para ello.

9. Pienso que no hay dónde sacar héroes de derecha, izquierda o centro porque sólo les pellizcamos un poquito y sale contaminación que el capitalismo inyectó hasta en los huesos. En vez de Cuatro T (capitalista) llamarle “Gobierno de transición probable hacia un país igualitario popular”. Este gobierno tiene que ser consecuente, porque de lo contrario, podría ser un gobierno igual de burgués que los demás, sólo que con un discurso renovado.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com