1. El Comité Ejecutivo Nacional del PRI, presidido por el quintanarroense Joaquín Coldwell, oficializó anoche «el proyecto de unidad para impulsar a Rolando Zapata Bello como abanderado» del tricolor al Gobierno del estado de Yucatán. Mediante un comunicado que se emitió al concluir la reunión que los aspirantes a la candidatura del PRI sostuvieron con […]
1. El Comité Ejecutivo Nacional del PRI, presidido por el quintanarroense Joaquín Coldwell, oficializó anoche «el proyecto de unidad para impulsar a Rolando Zapata Bello como abanderado» del tricolor al Gobierno del estado de Yucatán. Mediante un comunicado que se emitió al concluir la reunión que los aspirantes a la candidatura del PRI sostuvieron con el dirigente nacional Coldwell, el tricolor subrayó que todos acordaron sumarse en un proyecto de unidad. Reunidos en la sede del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, la alcaldesa de Mérida Angélica Araujo Lara, los diputados federales Felipe Cervera Hernández, Jorge Carlos Ramírez Marín y Eric Rubio Barthell, así como el senador Cleominio Zoreda Novelo, «manifestaron su acuerdo para construir una candidatura de unidad en torno a la persona del también legislador federal Rolando Zapata Bello».
2. En una investigación que realicé y leí como tesis de doctorado, «Prensa y poder en el neoliberalismo» (1982-2001), cuando el caudillo Víctor Cervera Pacheco concluía su segunda gubernatura, traté de demostrar la relación entre los gobernantes del período y la prensa escrita en el estado de Yucatán. Fue entonces cuando pude demostrar que en toda la historia de Yucatán no ha existido un político tan hábil, tan sagaz, tan engañoso, demagogo y hasta inteligente -además de priísta- que ese personaje que durante 48 años (de 1956 hasta su muerte en 2004) ocupó más de veinticinco cargos de elección, con excepción de la Presidencia de la República. Como dicen por aquí: era «un zorro astuto que olía todo y actuaba siempre a tiempo para propio beneficio político». Pero además siempre se rodeó de un centenar de amigos que mediante pagos y prebendas, como soldados, lo obedecieron incondicionalmente.
3. Cervera fue un caudillo priísta: primero cuando fue líder estudiantil de 1956 a 1961 que con la bandera del PRI movilizaba a los estudiantes contra otros políticos del mismo PRI, para conseguir credenciales o descuentos. Luego en 1965, mediante la fuerza, buscó ser candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Mérida y, al siguiente año movilizó a los campesinos contra un gobernador del PRI con la consigna de «cuentas claras» y sufrió cárcel por tres días. La realidad es que se fue constituyendo en caudillo que conseguía todo con movilizaciones priístas; a tal grado que por lo menos tres gobernadores lo vetaron para la gubernatura («Cualquiera menos Cervera») Pero a partir del sexenio de Echeverría Álvarez fue imparable su ascenso hasta ocupar liderazgos nacionales, una secretaría de Estado (en el gobierno de Salinas) y dos veces la gubernatura. Hoy gobierno y priístas hacen homenaje a Carrillo Puerto y a Cervera.
4. Uso la frase: «La sombra del Caudillo» para recordar la voluminosa obra del gran novelista Martín Luis Guzmán en la que narra el brutal asesinato del general Francisco Serrano -del grupo sonorense como Obregón, Calles y De la Huerta- en una emboscada que el caudillo, expresidente y otra vez candidato Álvaro Obregón le preparó en Huitzilac, Morelos, para asesinarlo en un disfrazado y brutal atentado. Por cierto se hizo una película en 1960 que permaneció enlatada y prohibida en México más de 30 años. ¿Puede olvidarse que dos años después ese mismo caudillo Obregón, antes de tomar posesión en su segunda etapa como presidente de la Republica, fue asesinado por un fanático católico? Fue la época de los caudillos asesinos y desunidos que dio lugar en 1929 al surgimiento del abuelo del PRI -el PNR- cuyo objetivo fue reunir a todos en ellos en un solo partido. Así surgió -en medio- el Maximato callista, el PRI actual.
5. En Yucatán, durante el sexenio panista (2001-2007) muy corrupto, aristocrático y medio tonto de Patricio Patrón se formó una camada de «júniors» priístas muy movidos y entusiastas, pero con todos los vicios de sus padres naturales y políticos: «el nuevo PRI». Se distinguen por sus «licenciaturas universitarias» totalmente al margen de conocimientos históricos, económicos y éticos. Son chamacos pragmáticos «muy simpáticos» que comenzaron arrebatando al PAN la gubernatura que le entregaron a la joven Ivone Ortega -sobrina del caudillo Cervera- y luego la presidencia municipal de Mérida en la que pusieron a Angélica Araujo. Las campañas del PAN y del Diario de Yucatán contra los gobiernos del PRI no han podido y parece que en los próximos cambios -teniendo como base el pésimo gobierno de Calderón- el PAN no podrá recuperar nada porque en sus seis años gobernó mucho peor, con la misma corrupción que el PRI.
6. El «naxoncito» Zapata Bello es hijo del que fuera el amigo más incondicional del caudillo Cervera; fue su oficial mayor de gobierno, diputado, así como secretario general de gobierno en el actual sexenio de Ivone Ortega y luego diputado federal. Uno de sus competidores en la selección priísta fue el mismo hijo del caudillo Cervera Pacheco (Felipe, diputado federal), pero es más joven y con menos cargos ocupados. Así que la sombra del caudillo priísta aún protege a los gobernantes yucatecos y su fuerza y presencia es indiscutible. El PRI cuenta actualmente con una fuerza del 60 por ciento contra el 37 del panismo y el tres del perredismo. Mientras tanto Yucatán, con dos millones de habitantes sigue siendo uno de los cuatro estados más miserables, con gran desempleo, muy baja producción y con mayores subsidios federales. Pero eso nunca ha importado a los gobernantes del PRI y el PAN que sólo buscan cargos y dinero.
7. La única esperanza de cambio real sería, como en todo México, los fuertes movimientos izquierdistas y de los jóvenes rebeldes; pero éstos casi no existen ni nunca han existido en Yucatán. Fuera de la gran guerra campesina («guerra de castas») de mediados del XIX que fue derrotada y luego masacrada; de los tiempos de la revolución de gobiernos de Salvador Alvarado y Carrillo Puerto de un llamado socialismo desde el gobierno que se convirtió en nada; de un gobierno de Cárdenas que oficialmente expropió tierras y creó ejidos henequeneros que han desaparecido, Yucatán no ha tenido presencia política de oposición aunque muere de hambre. «La izquierda yucateca» -ante la fuerza de los hacendados, el clero, la derecha, la «casta divina» en síntesis- ha sido representada por el PRI. La izquierda real en Yucatán -fuera de «cuatro gatos»- nunca existió.
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