1. Hace 40 o 50 años, a todos los políticos izquierdistas que caían en la cárcel (en las mazmorras de la burguesía) los considerábamos los más altos luchadores sociales y los mejores amigos de los trabajadores. El que salía de la cárcel, acusado por el gobierno y los empresarios por ser agitador social, por apoyar […]
1. Hace 40 o 50 años, a todos los políticos izquierdistas que caían en la cárcel (en las mazmorras de la burguesía) los considerábamos los más altos luchadores sociales y los mejores amigos de los trabajadores. El que salía de la cárcel, acusado por el gobierno y los empresarios por ser agitador social, por apoyar las huelgas, por salir a protestar en las calles, por oponerse a alguna injusticia, lo consideramos siempre víctima de las leyes burguesas y de la injusticia. Por ello nuestros héroes siempre fueron Flores Magón, Zapata, Villa, Demetrio Vallejo; por ello también gritábamos «libertad a los presos políticos» que luchan por el pueblo.
2. Hoy muchos, que deberían lavarse primero la boca para pronunciar los nombres de Nestora Salgado o Manuel Mireles, con años en las cárceles por luchar a favor de los campesinos y de sus lugares de origen como autodefensas electos por los habitantes de los pueblos, los señoritos tontos e ignorantes mejor deberían callar. Más aún, hay otros muchos dirigentes de campesinos, obreros, profesores como Ramírez Cuellar, Carlos Ramos, otros líderes honestos como los padres de los 43 y varios dirigentes más de obreros y grupos que no han dejado de salir a las calles en protesta social. Por ello pienso que Gómez Urrutia es un dirigente con apoyo de sus bases.
3. Me puse a Recordar al magnífico periodista John Reed que presenció las fuertes asambleas y debates de los bolcheviques en Rusia de 1917 que en su obra: «Los 10 días que conmovieron el mundo» nos relata las asambleas obreras de entonces que resolvieron la toma del gobierno en Moscú y otras ciudades y pueblos. En esas asambleas lo «exquisitos» hijos de papi o burgueses no cabían porque la fuerza de los trabajadores estaban en las calles y la burguesía estaba derrumbándose. Ninguna comparación con el México actual, pero sí me hace pensar en los señoritos, que por haber estado en la cárcel Nestora y Mireles, los desprestigian.
4. Recuerdo que en varios países se ha hecho candidatos a luchadores sociales que están en la cárcel. Aquí Vallejo, Campa, Siqueiros -en los sesenta- estando en la cárcel, los proclamamos candidatos. Así que no hay que tener miedo, no hacer mucho caso, a las prohibiciones de la burguesía. El desprestigio lo debe cargar el gran funcionario o gran empresario contrabandista, ladrón, asesino; nunca el enemigo de los gobiernos y la explotación por el hecho de luchar. Por ello siempre hay que saludar con grandes abrazos a todos aquellos maestros y estudiantes de Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero que regresan de la cárcel a la lucha mediante el grito: «Muera el mal gobierno»
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