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Eva Forest, una mujer revolucionaria

Fuentes: Rebelión

Eva Forest fue una mujer revolucionaria, ambas palabras en su pleno sentido. Una mujer que en medio de este mundo de hombres conseguía transmitir, arrastrar, motivar y comprometer a muchos hombres y mujeres para trabajar y luchar, para salir adelante, y con tesón y mil y una ideas geniales lograr objetivos, defender causas, levantar los […]

Eva Forest fue una mujer revolucionaria, ambas palabras en su pleno sentido. Una mujer que en medio de este mundo de hombres conseguía transmitir, arrastrar, motivar y comprometer a muchos hombres y mujeres para trabajar y luchar, para salir adelante, y con tesón y mil y una ideas geniales lograr objetivos, defender causas, levantar los ánimos caídos, mantener numantinamente contra viento y marea Hiru, su imprescindible editorial.

«Sintió en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo» . Ni un momento de su vida ni en las muchas cosas que hacía cada día dejó de ser revolucionaria. Transmitía y contagiaba inexorablemente su actitud revolucionaria a cuantos estaban a su lado. Fue revolucionaria denunciando la guerra de Vietnam, luchando contra el franquismo y sus aledaños que siguen hasta nuestros días, apoyando la resistencia de los pueblos iraquí y palestino, apoyando entusiasmada a Cuba y los movimientos bolivarianos de América, denunciando la tortura que sufrió en su propia carne además de conocer muy de cerca en los miles de testimonios de torturados en Euskal Herria que estuvo recogiendo hasta el último momento de su vida, denunciando los atropellos casi cotidianos en esta tierra a la que vino a vivir y a luchar por ella a finales de 1977.

Eva Forest nació en Barcelona en 1928 en el seno de una familia anarquista. Su padre consideraba que la escuela era una institución represiva, por lo que no asistió a ninguna hasta que acabó la Guerra Civil española. Su infancia transcurre feliz entre la gran terraza de la casa y el estudio de su padre, pintor. Más adelante irá a Madrid a estudiar medicina. En los primeros años de la década de 1950 experimenta un proceso de toma de conciencia social que se reflejará en una actitud vital de compromiso ético y político que le acompañará el resto de su vida. En 1955, en el último curso de la carrera conoce a su compañero, Alfonso Sastre. Poco después, abandona la medicina y empieza a dedicarse más intensamente a la actividad política: en la década de 1960 su actividad gira en torno al Grupo de Teatro Realista (GTR) en cuya organización y actividades participó muy activamente [1].

En 1966 pasa cuatro meses en una granja de sierra Maestra de Cuba grabando la vida de los campesinos. Este material se recogerá en un voluminoso libro, Los nuevos cubanos, que prohibió la censura y no se publicará hasta 2007 [2].

Durante el Proceso de Burgos en 1970 crea en Madrid el Comité de Solidaridad con Euskadi. A raíz de la muerte de Carrero Blanco en 1974 escribe con el seudónimo de Julen Agirre el libro Operación Ogro (editado en 1974 por Ruedo Ibérico y reeditado posteriormente por Hiru) basado en dicho suceso. El 24 de septiembre es detenida acusada de colaboración con ETA. Pasa casi tres años en prisión preventiva, pero el juicio nunca llegó a celebrarse y sale en libertad el 1 de junio de 1977. En los años posteriores a su salida de la cárcel se involucra más intensamente en su lucha contra la tortura recogiendo testimonios y denunciándolo incansablemente a nivel internacional.

A finales de 1977 la familia decide trasladarse a vivir a Hondarribia. Una vez establecida en Euskal Herria continúa trabajando en contra de la tortura y en 1979 impulsa la creación del TAT, Grupo contra la Tortura. A lo largo de su vida Eva Forest escribió numerosos informes y denuncias de la tortura [3] y una obrita de teatro sobre este tema, Una extraña aventura, Hiru, 2007

En 1990 funda la Editorial Hiru. En una conferencia pronunciada durante los Askencuentros del año 2004, «HIRU, ¿es realmente una editorial», ella misma hace un pequeño recorrido de la azarosa historia de la editorial y, entre otras cosas, explica: «Queríamos poner al alcance de los que empezaban a ser nuestros lectores, algunos textos fundamentales que analizaran la sociedad neocapitalista que nos estaba engullendo. Recoger análisis puntuales, de aspectos que directamente nos concernían, que aparecían aquí y allá, en la vida cotidiana y que, por el momento nos ayudaran a comprender la gran confusión envolvente. Voces nuevas, que reflejaran la realidad de otras áreas del mundo, que trajeran lenguajes nuevos, que dijeran cosas profundas de una manera sencilla y comprensible, que aportaran sólidos argumentos, desmontando esquemas y tabúes, voces que abrieran perspectivas ensanchando el mundo y dando» [4]. A partir de entonces Eva se dedica intensamente a la editorial sin abandonar su trabajo internacionalista y en contra de la tortura. En 1998 viaja por primera vez a un Iraq sometido entonces a unas férreas sanciones económicas y a un bloqueo criminal a consecuencia de la primera Guerra del Golfo de 1991 [5] .

En parte debido a su labor editorial, durante los primeros años del siglo XXI viaja varias veces tanto a Cuba como a Venezuela, donde conoce de primera mano el proceso bolivariano. Al mismo tiempo continúa con su trabajo tanto de denuncia de la tortura como de concienciación sobre la situación de Euskal Herria. En noviembre de 2002, por ejemplo, presenta en el Foro Social Europeo una ponencia en la que expone ante un auditorio de más de mil personas la situación de EH [6].

El 19 de mayo de 2007, cuando estaba sumida en esa actividad editorial e internacionalista, llegó la muerte a su casa de Hondarribia.

Eva Forest solía decir: «Tenemos el deber de ser felices porque queremos cambiar el mundo». Seamos, pues, hombres y mujeres revolucionarios, y además, felices.

[1] «Con este teatro queríamos hacer un teatro político, de izquierda revolucionaria, o sea queríamos contribuir con ese teatro a la destrucción del fascismo, lo que ya era una pretensión bien ambiciosa, y en el plano estético queríamos hacer una investigación de las formas del realismo en el teatro», Alfonso Sastre, http://www.sastre-forest.com/sastree/pdf/grupodeteatrorealista.pdf

[2] El artículo «Una lección inolvidable» (recogido en el libro Cuba, una revolución en marcha. Ediciones Ruedo Ibérico. 1967) recoge parte de su experiencia en Sierra Maestra, http://www.sastre-forest.com/forest/pdf/cuba.pdf

[3] Véase, por ejemplo, http://www.sastre-forest.com/forest/pdf/sobrelatortura.pdf

[4] http://www.sastre-forest.com/forest/pdf/hiruedit.pdf

[5] En octubre de 2003, unos meses después de la ocupación de Iraq, Eva Forest pronunció en IPES esta conferencia sobre la resistencia iraquí http://www.sastre-forest.com/forest/pdf/algunas_reflexiones_iraq.pdf

[6] http://www.sastre-forest.com/forest/pdf/euskalherria.pdf

Beatriz Morales Bastos, traductora de varios libros para le editorial Hiru. Pertenece al colectivo de traductores de Rebelión

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.