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Macri celebro el bicentenario junto a Juan Carlos I de España

Firme junto al rey

Fuentes: Página/12

Sin mandatarios extranjeros y en medio de un gran operativo de seguridad, el Presidente le dijo al monarca que los héroes de la Independencia «deberían tener (sic) angustia de tomar la decisión». Sin ningún presidente de América del Sur y ante el rey Juan Carlos en representación de la monarquía española con la que rompieron […]

Sin mandatarios extranjeros y en medio de un gran operativo de seguridad, el Presidente le dijo al monarca que los héroes de la Independencia «deberían tener (sic) angustia de tomar la decisión».

Sin ningún presidente de América del Sur y ante el rey Juan Carlos en representación de la monarquía española con la que rompieron los congresales en 1816, el presidente Mauricio Macri encabezó ayer en Tucumán la celebración del bicentenario de la independencia. «Deberían tener angustia de tomar la decisión, querido rey, de separarse de España», imaginó en el pasaje más notable de su discurso. El jefe de Estado exaltó una y otra vez el «esfuerzo personal», criticó conquistas gremiales como la reducción de la jornada de trabajo o derechos laborales como las licencias, pidió «evaluaciones sistemáticas» a los docentes y reclamó «consumir la menor cantidad de energía posible» para luchar «contra el cambio climático». Volvió a apelar a la supuesta herencia de un Estado «castigado por la mentira y la corrupción» para justificar «decisiones difíciles» sobre las que dijo no haber tenido alternativa, y aseguró que hay un «desborde de entusiasmo» del mundo para «acompañar» a la Argentina. «Viva la Patria y el amor», cerró.

En la gobernación tucumana, junto al anfitrión Juan Manzur y la vicepresidenta Gabriela Michetti, Macri recibió al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y a gobernadores (los únicos ausentes fueron los de Chubut, San Luis y Santa Cruz). «Este 9 de Julio tiene que servir para unir a todas las provincias argentinas en un país federal», aseguró el mandatario entrerriano Gustavo Bordet, uno de los mandatarios peronistas que participó de los festejos junto a Domingo Peppo (Chaco), Juan Manuel Urtubey (Salta) y Lucía Corpacci (Catamarca), entre otros.

Luego, acompañado por la canciller Susana Malcorra, Macri recibió al rey emérito Juan Carlos, a los vicepresidentes de Bolivia, Álvaro García Linera, y de Uruguay, Raúl Sendic, y a funcionarios de Chile, Brasil, Perú e Italia. A diferencia de los festejos del Bicentenario de la Patria y pese al esfuerzo de Casa Rosada, que daba por confirmada la presencia de presidentes de Chile, Paraguay e Italia, ningún jefe de Estado estuvo en el acto.

Tras la entonación del himno, Macri y su esposa Juliana Awada asistieron al Tedéum en la Catedral. Desde allí se trasladaron a la Casa Histórica, donde junto a los gobernadores refrendó el «Acta acuerdo 200 años de Independencia». «Nuestro primer siglo fue el de la emancipación y la organización nacional. El segundo fue el de la conquista de los derechos y la democracia. Hagamos juntos que el tercero sea el del diálogo y la convivencia, el del fin de las injusticias y el cumplimiento estricto de nuestra constitución nacional. En paz, en unión y en libertad. Viva la patria», manifiesta el último párrafo.

«Es una jornada de muchísima emoción», arrancó Macri en medio de un silencio sepulcral. Dijo que la noche anterior Humahuaca fue «una fiesta de alegría y esperanza» e imaginó «que debe haber pasado en todo el país». Explicó que hace 200 años «un conjunto de ciudadanos se animaron a soñar», contó que «con los gobernadores» trató de «pensar y sentir lo que sentirían ellos en ese momento» y compartió su conclusión. «Claramente deberían (sic) tener angustia de tomar la decisión, querido rey, de separarse de España», afirmó. «Nunca es fácil asumir ser libres porque eso conlleva una responsabilidad», explicó. «Significa que no le podemos echar la culpa a nadie de lo que nos suceda porque somos los dueños de nuestro destino», agregó.

Macri reveló que los congresales no eran «superhombres», que «seguro tuvieron dudas, miedos y angustias» pero que los impulsó «el coraje, la convicción y la decisión de ser protagonistas de su futuro». Luego saltó al presente para pedir que «nos tengamos fe», que «no tengamos miedo y no escuchemos a aquellos que se han enfermado con el poder, porque ya empezamos a caminar en dirección hacia un futuro mejor y con otros valores: con la cultura del trabajo, del esfuerzo personal, del diálogo después de años». El segundo pedido fue «que la verdad gobierne entre nosotros». Para eso sugirió alejarse «de esa viveza criolla mal entendida». Machacó con la idea del «esfuerzo», la exigencia «por superarse» y se dirigió a los docentes para reclamarles «que tienen que evaluarse sistemáticamente». «Tenemos que alejarnos de lo que nos pasó en los últimos tiempos, que creció el ausentismo, las licencias, las jornadas horarias reducidas», arremetió contra derechos y conquistas. «Cada vez que un gremio consigue reducir una jornada horaria eso todos los demás argentinos lo estamos asumiendo como parte de un costo y no está bien», opinó.

Los dirigentes políticos «tenemos que dar ejemplo». Todo argentino «debe saber hasta el centavo en que invertimos su dinero» y fiel a su cuna consideró que «es más importante invertir que gastar», sin explayarse en qué entiende por gasto. Encomió la «importante labor» de los jueces y volvió a cargar contra el gobierno anterior. «Todas transiciones son difíciles pero este punto de partida es especialmente difícil porque encontramos un país y un Estado realmente muy castigado por la mentira y la corrupción», afirmó. «A los más vulnerables los hemos empezado a acompañar», aseguró. Dijo que «las primeras inversiones empiezan a llegar» y, recién llegado de Europa y Estados Unidos, habló de un «impresionante desborde de interés y entusiasmo». «El mundo nos quiere acompañar», sostuvo. Los tucumanos cantaban «si se puede, si se puede». «Estamos trabajando denodadamente para volver a tener el gas, la electricidad y la energía suficiente», afirmó y, sin la presencia del ministro de Energía, Juan José Aranguren, pidió que «aprendamos a consumir la menor cantidad de energía posible». «Dañamos el medio ambiente» cuando deberíamos «luchar contra el cambio climático». Para cerrar levantó la voz y apeló a sus habituales consignas cargadas de contenido: «Es aquí y es ahora, y es juntos, y es con la verdad y la solidaridad, y vamos Argentina, y vamos Argentina, viva la patria, viva el amor, viva la patria y el amor».

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-303850-2016-07-10.html