1. «Más del 15 por ciento de los adultos viven con diabetes en México, lo que es más del doble del promedio de los países de la OCDE que es de 6.9 por ciento. Las muertes por padecimientos cardiacos bajaron uno por ciento desde 1990 mientras disminuyeron un 48 por ciento en los otros países». […]
1. «Más del 15 por ciento de los adultos viven con diabetes en México, lo que es más del doble del promedio de los países de la OCDE que es de 6.9 por ciento. Las muertes por padecimientos cardiacos bajaron uno por ciento desde 1990 mientras disminuyeron un 48 por ciento en los otros países». Pero aún hay más, por ello se recomienda a los titulares del IMSS, ISSSTE y Salud, González Anaya, Reyes Baeza y Mercedes Juan, mucha mayor inversión para salvar la situación de la salud en México. Se exige mayor cobertura con el Seguro Popular para disminuir de 9.7 por ciento la mortalidad materna y de 32 por ciento el cáncer cérvico uterino. (Ver La Jornada) ¿Cuántas más denuncias hay que esperar?
2. En México los servicios de salud pública para beneficio de sus afiliados y sus familias son desde 1943, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), así como por el Instituto de Seguridad de Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) desde 1960. Ambos proporcionan servicio a un 46 por ciento de la población. Desde 1938 fue fundada la Secretaría de Asistencia Social que se transformó en Secretaría de Salud en 1982 que libremente atendía al resto de la población. Existen también servicios especiales en este campo para el ejército y la armada. Desde la década de los ochenta, con la entrada del neoliberalismo y la privatización, se han multiplicado las clínicas y hospitales privados para los sectores ricos, además de proporcionar servicios de subrogación o privatización por ineficacia de los servicios públicos.
3. En 2005 el presidente Fox y su secretario de Salud Julio Frenk anunciaron la creación del Instituto de Protección Social, al que consideró como el tercer «gran pilar» de la seguridad social en México, adicionalmente al IMSS y al ISSSTE. Un sistema de financiamiento de la salud denominado Seguro Popular, se habló de un programa de vivienda y un sistema de ahorro para jubilaciones y pensiones que se pondrían en marcha el 1 de enero de 2006. La población objeto de atención de este Instituto fueron los trabajadores independientes, autoempleados, población indígena y campesina, entre otros, que no tienen acceso a la cobertura del IMSS o del ISSSTE. Se esperaba que en 2006 estuvieran incorporados cinco millones de familias; sin embargo predominó la desinformación y la imprecisión de sus servicios.
4. Los servicios de salud en México, a la par con los servicios educativos, han vivido más de 40 años de derrumbe porque desde entonces los gobiernos han trabajado para su privatización haciendo diferentes negocios con ellos y porque es muy bajo el presupuesto que se ha aplicado para su funcionamiento. Así como se ha impulsado la creación de miles de clínicas, hospitales, laboratorios de carácter privado y abandonado a las instituciones públicas como el IMSS y el ISSSTE, en educación ha sucedido lo mismo: el gobierno ha apoyado la apertura de miles de escuelas privadas de todos los niveles y recortado el presupuesto público en educación, así como la matrícula de ingreso de estudiantes con el argumento de que no hay dinero. Incluso en la inversión en salud y educación se parecen: en salud sólo se dedica el 5.5 por ciento del PIB y en educación el 4 por ciento, en tanto que en otros países es el doble o el triple.
5. En el IMSS y el ISSSTE hay carencia casi absoluta de camas en los hospitales y muchísimos enfermos tienen que ocupar los pasillos para colocar sus catres o simples colchones en el piso, además de llevar enseres necesarios (alcohol, gazas, agujas) para la estancia en el hospital. Luego suplicar la atención de un médico, una enfermera que -ante la poca contratación de personal- tienen que partirse el alma para atender a los cientos de solicitantes. Por ello hay dificultad en conseguir consultas, lograr la atención de un médico especialista o contar con exámenes de laboratorio. ¿Qué necesidad de que México haga el ridículo en el mundo por no atender problemas importantes y por no invertir lo necesario en campos básicos como son la salud y la educación?
6. Por falta de camas me he visto obligado en tres ocasiones en 55 años (dos por operación y otra por accidente vehicular) a dejar el ISSSTE -al que pertenezco desde el año de su fundación en 1960- para pagar (sin subrogación) mi atención en hospital particular. Y miles de personas hacen lo mismo con sacrificios, como si no nos descontaran de nuestro salario el servicio que está obligado a prestar. Pero aquí lo importante es lo que el pueblo de México debe hacer para que no siga siendo víctima de falta de servicios de salud o cómo debe organizarse para lograr un poco de servicios a tiempo y de calidad. ¿Podrá conseguirse mientras exista el sistema capitalista y los gobiernos que sólo administran los servicios de salud para su propio beneficio?
7. ¿Cómo carajos frenar esas decenas de miles de muertes de mujeres y hombre por enfermedades como la diabetes, problemas cardiacos, cáncer de mama y otros, etcétera, que son los que más se repiten? Parece que a la gente le preocupa muy pocos los problemas de los demás mientras no sufra en carne propia. ¿Espera acaso que alguien se solidarice con ella cuando en su vida diaria no se preocupa por ni mínimamente por lo que le sucede a su vecino? La batalla por la salud, la educación, los servicios sociales, contra el desempleo y la miseria son problemas que a todos nos deben interesar. Tengo la convicción de que un día la gente pensará y se dará cuenta de su mundo; espero que no sea tarde.
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