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Entrevista con una de las máximas autoridades pedagógicas de Argentina, la maestra y académica, Susana Vior

«Frente a la crisis de la educación pública la única solución es una transformación del pensamiento y la acción social»

Fuentes: Rebelión

Susana Vior, maestra legendaria y autoridad académica en materia educacional en Argentina, laboró durante 22 años como docente de Enseñanza Media y formación de maestros. El 23 de marzo de 2012 cumplió medio siglo dedicado concentradamente a la enseñanza. Hasta 1991 fue Decana en Educación de la Universidad Nacional y Pública de Luján y desde […]

Susana Vior, maestra legendaria y autoridad académica en materia educacional en Argentina, laboró durante 22 años como docente de Enseñanza Media y formación de maestros. El 23 de marzo de 2012 cumplió medio siglo dedicado concentradamente a la enseñanza. Hasta 1991 fue Decana en Educación de la Universidad Nacional y Pública de Luján y desde 1996 dirige la Maestría en Política y Gestión sobre el ámbito en esa misma casa de estudios superiores. Es investigadora y ha publicado entre un sinnúmero de artículos y documentación pedagógica en distintos lugares del mundo, los libros «Estado y Educación en las Provincias» (investigación cooperativa) y «Formación de Profesores: política, currículo e instituciones».

La maestra Susana Vior destila la ternura apremiante de quien ama lo que hace y las convicciones hondas de quien sabe lo que dice. El encuentro con el periodista que firma la entrevista fue ofrecida en su oficina universitaria en la Ciudad de Buenos Aires. Un lugar sencillo transparentado por las ventanas y la puerta siempre abierta.

-¿Qué es la educación pública, por qué, para qué, para quién?

«Los sistemas educativos fueron desarrollados por la sociedad burguesa con la intención de incorporar a las clases sociales más populares a la producción capitalista. Ese es el objetivo esencial de la burguesía. Ahora bien; los sectores populares van a la educación pública buscando muchas otras cosas. La escuela pública en Argentina, muy tempranamente, fue un espacio de socialización sustantivo. El pueblo se apropió, en un proceso dialéctico, de múltiples aprendizajes en la enseñanza pública. En este país, desde fines del siglo XIX y principios del XX, la educación se expandió a pasos agigantados y rápidamente decreció el analfabetismo. Asimismo, casi al mismo tiempo, los sectores populares lucharon por el ingreso a la enseñanza media. Y luego la pelea social fue por la entrada a la universidad. De otra manera no podría entenderse que en 1916 la gente haya votado contra el gobierno conservador. Esa fue la tradición educativa que conoció mi generación y en la cual nos formamos. Yo estudié en escuela, liceo y universidad públicas.»

-¿Por qué una madre o apoderado de una niña, un niño o un joven debería optar por la educación pública, además de los beneficios de la socialización?

«Porque debería ser el lugar de todos, donde aprendemos a convivir, a ser solidarios, a cooperar. Los chicos que tienen la fortuna de provenir de entornos que posibilitan su mejor formación, tienen que aprender a colaborar con el otro que cuenta con menos facilidades. En la fractura social producida por un conjunto de factores, perdieron todos. Estamos ante las posibilidades extraordinarias que ofrece un mundo más abierto, pero la sociedad argentina se fragmenta también por una escolaridad ultra segmentada. Los pobres han quedado relegados a instituciones que poco tienen que ver con la escuela pública democrática, cuyos fines se asociaban a la distribución del conocimiento. A partir de la década de los 90, se impuso la aberración de la promoción automática. Al comienzo entre primero y segundo grado; después entre primero, segundo y tercero; y ahora vale que los educandos pasen de curso a como dé lugar. El propósito estatal al respecto tiene que ver con las estadísticas, menos con la formación de calidad.»

-De acuerdo a los guarismos, en la Ciudad de Buenos Aires la educación es mitad pública y mitad privada, y en provincias la proporción es alrededor de 6:4 a favor de la pública…

«Ello revela una despreocupación absoluta de la sociedad respecto de lo que ocurre con la enseñanza. A veces pienso que una es el ‘llanero solitario’ por ocuparse de la pedagogía. Las capas medias, en todo su espectro, consideran que tienen resuelta la enseñanza sólo enviando a sus hijos a los establecimientos privados o seleccionando la mejor escuela pública a la que puedan acceder. Pero tanto en una como en otra, hay muy diversa calidad educativa. Y cuando hablo de calidad, no me refiero a una mercancía, como es el concepto que los organismos internacionales introdujeron y que se vincula a competitividad y eficientismo.»

-También se habla de evaluación…

«Se evaluó, se sigue evaluando, y la calidad de las instituciones educativas de todos los niveles de enseñanza no ha mejorado en absoluto. En concreto, ha empeorado. Aunque uno descrea de los rankings, Argentina está cada vez más abajo en los listados de las mejores universidades del planeta. Recién aparece en alrededor del lugar 270 en el mundo, y en el décimo de América Latina. Sin embargo, continuamos evaluando por medio de un aparataje muy costoso en vez de ubicar los recursos en el sitio que corresponde.»

LOS DOCENTES A LA PIZARRA

-¿Y qué papel han jugado los profesores en este entramado?

«He tenido casos en la universidad de estudiantes que me han comunicado que en los establecimientos escolares los obligan a poner las calificaciones con lápiz de carbón. Ello para que a la dirección y los supervisores de la escuela les resulte más fácil ‘arreglar’ las notas. Por otro lado, existe un empobrecimiento muy grande en el propio proceso de formación de los docentes. Los estudiantes ingresan a la educación superior para constituirse en maestros o profesores, luego de 12 años de escolarización en los que no han logrado leer ni escribir adecuadamente, ni contar con un correcto aprendizaje en las disciplinas científicas. ¿Cómo formamos a un buen docente en la universidad, entonces? Muchos estudiantes optan por la enseñanza porque tuvieron excelentes maestros y consideran de buena fe que tiene sentido la docencia. No obstante, incluso, una a veces escucha intervenciones de ciertos dirigentes sindicales del profesorado que dan vergüenza. Y muchos sindicatos docentes son de un corporativismo impresentable.»

-¿Qué deberían hacer los pedagogos organizados en Argentina?

«Empezar realmente a discutir muy a fondo qué educación tenemos, dónde están desempeñándose, qué están haciendo, con quién y con qué están colaborando, y cómo salimos en conjunto de este drama. Naturalmente que los profesores de hoy son un producto histórico. Son resultado de años y años de mala formación y pésimas condiciones laborales. Sin duda, hoy los educadores debemos estudiar más. Formarse críticamente es una necesidad imperiosa. Y a la vez, tenemos que hacer una autocrítica profunda. Un ejemplo: el gobierno de la Ciudad cierra cursos en la educación pública. Obviamente tenemos que luchar contra esa política destructiva. Pero es imprescindible debatir nacionalmente por qué los chicos no están en las escuelas. ¿Por qué se llega a un quinto año de secundaria con cinco alumnos? ¿Qué pasó con todos los demás? Esos son nuestros temas. No es posible buscar argumentos exculpatorios, y aquí me incluyo. Se trata de resolver ‘la pesada herencia’.»

EL RELATO EDUCATIVO DEL PODER

-Pero la inversión en enseñanza a escala estatal resulta significativa…

«Sin embargo, nadie que sepa en qué situación se encuentra nuestro sistema educativo hubiera comenzado por dotar a cada chico de un computador portátil. ¿Para qué? ¿Para que puedan reproducir individualmente lo que no saben, y accedan más fácilmente al ‘entretenimiento’ alienante? Ahora ocurre que hay profesores que en la escuela secundaria están contentos con la medida porque, al menos, ya tienen menos indisciplina en la clase.»

-CFK tiene ideas algo distintas respecto de la enseñanza…

«La Presidenta de la nación dice que los docentes trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones, lo cual es una falsedad flagrante. Pero la Presidenta no es tonta. Ella aprovecha la existencia de un sentido común en la sociedad, enemigo de la educación pública. Hay un sector de la población no menor que, efectivamente, cree que los profesores trabajan 4 horas y que con 3 mil pesos mensuales pueden vivir. Lo real es que los docentes, en general, deben hacer dos turnos. Muchos trabajan en la noche y otros se ven obligados a desempeñarse en otro tipo de quehaceres remunerativos los fines de semana para llegar a fin de mes. Sin contar que un docente hace clases en un primer año, tocan el timbre y ya se enfrenta a un quinto año o parte para otra escuela. ¿Cómo se imparte buena educación así? Por otro lado, que el profesor deba sustituir a los padres, hacer de psicólogo infantil, asistente social y hasta atender el comedor escolar, también funciona como una excusa para quienes no cumplen con su tarea docente. Es terrible decirlo. Nuestro profesorado tiene gran responsabilidad de haber llegado a esta situación. Se aceptaron esas imposiciones, en lugar de batallar para que el Estado asumiera por medio de otras instituciones esos quehaceres distintos a la pedagogía. Por ejemplo, ¿qué hace el Ministerio de Salud? En el actual momento no existe control sanitario de los chicos en las escuelas.»

LA GOBERNABILIDAD COMO ESTANDARTE ABSOLUTO

-Es bien sabido que la educación privada tiene como objetivo primero y último la ganancia, el lucro. Asimismo, se sabe que en los países desarrollados el sistema escolar público es más que hegemónico, como en Finlandia. ¿Por qué en Argentina y América Latina los gobiernos de turno privilegian la enseñanza privada?

«Ello corresponde a un largo proceso previo. Por ejemplo, en Argentina el subsidio a la educación privada proviene de una ley de 1947, durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón. Se trató, en parte, de un compromiso que el peronismo realizó con la Iglesia Católica antes de las elecciones de 1946. Y posteriormente, ese compromiso continuó expandiéndose, con el argumento de igualar los salarios de los docentes de las escuelas públicas y las privadas. Previo a esas fechas, no hubo subsidio a los privados. Ahora bien, tampoco habría sido posible extender la escolaridad sólo con la inversión en la escuela pública. De hecho, se dijo que el que podía pagar, que lo hiciera, tanto en educación como en salud. Aquí nunca existió lo que se define como Estado de Bienestar. A lo sumo tuvimos un Estado benefactor, que es bien distinto. Es decir, un Estado que asiste a aquella población que no está en condiciones de bastarse por sí misma. Lo grave es que en la actualidad prácticamente no se observa aumento de la matrícula. Y al interior de ese no incremento, ha crecido la enseñanza privada.»

-¿Por qué?

«Porque la privada ofrece un tipo de ‘compañero de banco’ que satisface sobre todo a los estratos medios y altos que buscan un ‘mejor roce social'».

-¿Y cuál es el fin estratégico de las políticas mencionadas, entonces?

«Simplemente, mantener la gobernabilidad.»

LAS RELACIONES DE FUERZAS

-El estado de la educación y la salud no hacen más que reflejar las contradicciones sociales realmente existentes. ¿Qué ocurriría si luego de una compleja caminata histórica los trabajadores y el pueblo salieran de la pura resistencia y comenzaran la edificación de su hegemonía social?

«Pasa que las clases subordinadas, hasta ahora, se han limitado a demandar más escuelas, mayor cobertura. Nunca se discutió en profundidad la naturaleza de esa enseñanza. Salvo en un par de momentos en que los sectores más conservadores de la derecha política intentaron instaurar reformas regresivas. Una famosa ocurrió en 1916, antes de la elección de Irigoyen, cuando los conservadores plantearon abiertamente la reducción de años de escolaridad obligatoria, de 6 a 4 años. Y en 1968, durante la dictadura de Onganía, el ministro de Educación de la época retomó de alguna manera esa reforma, donde el acento estaría puesto en el aprendizaje de oficios al servicio franco del capital. Sin embargo, entonces Argentina y el mundo eran otros, existían relaciones de fuerzas sociales muy distintas a las actuales. Entonces el futuro era nuestro. En plena dictadura, el pueblo se movilizó y los de arriba tuvieron que derogar la reforma.»

LOS MITOS

-A raíz del enorme movimiento estudiantil de Chile, tanto el 2006 como el año pasado, muchos miraron a Argentina como un ejemplo de educación pública, entre otras cosas porque sin prueba de admisión a la universidad los problemas parecían solucionados…

«Esa supuesta democratización de la universidad pública argentina es perversa. El sistema de libre ingreso oculta su perversión, aun más que la gratuidad. Pero siempre terminamos en lo mismo. Los que tuvieron escolaridad pobre reproducen esa condición al interior de la universidad. Este es otro tema tabú en Argentina. Si una plantea que el libre ingreso no es democratizador en la realidad, te devoran. Objetivamente, en nuestros días ha disminuido el número de aspirantes que buscan ingresar al conjunto del sistema universitario. Es trágico, porque hasta los propios jóvenes son conscientes de que en las condiciones en que se escolarizaron no van a lograr terminar una carrera universitaria. Uno puede preguntarse si hay que volver a un ingreso selectivo. La respuesta es NO. La solución está en fortalecer la enseñanza básica, primaria y secundaria, como para que quienes deseen ingresar al nivel superior estén, efectivamente, preparados para hacerlo.»

-¿Y la educación como medio de movilidad social?

«Históricamente fue así. Pero porque entonces, en general, existía movilidad social. Hoy ya no. Eric Hobsbawm señala que hacia el final del siglo XX surge por vez primera una generación que tiene claro que no sólo no podrá superar la calidad de vida de sus padres, sino que sufrirán su empeoramiento. El neoconservadurismo -que muchos llaman neoliberalismo- logró establecer una estructura social donde cada quien tiene un sitio asignado, como una sociedad estamental sin movilidad social alguna. En Argentina, hasta antes del golpe de 1976, existía movilidad social.»

«LOS JÓVENES SERÁN LOS PROTAGONISTAS»

-¿Cuáles son las personalidades que reivindica como abrevaderos que han alentado su trabajo?

«Fidel Castro, más allá de algunas diferencias que una pueda tener con él. Fidel ha sido el gran pedagogo del siglo XX. Un hombre que consiguió educar a su pueblo de un modo incomparable. Algunos discursos de Fidel han valido más que muchos volúmenes escritos por científicos sociales y políticos. Admiro a aquellos maestros que pusieron lo mejor de sí en tantos lugares inhóspitos y solitarios. Hablo de viejos amigos que a una la fueron moldeando.»

-¿Qué importancia cobra la lucha de las clases empobrecidas a la hora de transformar el panorama predominante?

«Es la única salida. No hay otra. Sin vanguardismos políticos, pero sí con una conducción muy bien formada. De lo contrario, acabaremos una vez más protestando en la plaza pública y nada más. Honestamente considero que nos hace falta una generación que no esté manchada por el sectarismo político. La alternativa política vendrá de la mano con la superación histórica del pasado. Y los jóvenes serán los protagonistas.»

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.