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Al proponer Beltrones “gobierno de coalición”, se convierte en candidato del Frente Ciudadano

Gobierno de coalición

Fuentes: Rebelión

1. Si partidos políticos, elecciones, gobierno, son instituciones al servicio de la clase dominante, es decir, de la burguesía explotadora y opresora, entonces todas las propuestas -como el «gobierno de coalición» de Manlio Fabio Beltrones, o «segundas vueltas electorales»- son simples maniobras que sirven para prolongar el dominio de la misma clase social que desde […]

1. Si partidos políticos, elecciones, gobierno, son instituciones al servicio de la clase dominante, es decir, de la burguesía explotadora y opresora, entonces todas las propuestas -como el «gobierno de coalición» de Manlio Fabio Beltrones, o «segundas vueltas electorales»- son simples maniobras que sirven para prolongar el dominio de la misma clase social que desde hace más de un siglo domina en México. Ninguna propuesta de los partidos (PRI, PAN, PRD;) puede surgir con la intención que la vida de la población sea menos miserable. El «gobierno de coalición» sólo asegura que los eternos dirigentes de los partidos sigan dominando, pero ahora con la charola de altos funcionarios inamovibles. Mientras nuestro pueblo siga dormido y no luche, nada cambiará. 

2. «Un gobierno de coalición» es la idea más maravillosa que pudo salir de un político del PRI experimentado como Beltrones. ¿Qué dirigente de partido, qué candidato «independiente», puede rechazar la idea que permitiría -por primera vez en la historia- que todos los partidos y corrientes políticas ocupen secretarías de Estado, gubernaturas, dirigencias de organizaciones campesinas, obreras, populares, así como una equidad entre los miles de legisladores? Unos 100 dirigentes de cada partido se repartirían los más altos cargos nacionales, otros 100 los cargos intermedios y los demás por lo menos tendrían un ingreso decente de 100 mil pesos por mes. Todos estarían en el poder cobrando en un gobierno de coalición.

3. En un gobierno de «coalición» todos estarían muy contentos porque habrían logrado lo que tanto han luchado: dinero y poder. ¿Se imaginan a Beltrones como presidente, a Anaya de Gobernación, a Barrales en Relaciones, y seguir así intercalando según lista jerárquica que cada partido presente? No sólo se podrían cubrir las 30 secretarías y 30 subsecretarías, las jefaturas de dependencias, sino también las organizaciones de trabajadores tendrían su secretario general que podría ser del PRI, PAN, PRD y demás partidos del «gobierno de coalición». Estarían tan felices los partidos que nadie reclamaría a Peña Nieto y amigos sobre sus desfalcos y pienso que las protestas en la calle serían difíciles porque las fuerzas armadas serían también de «coalición».

4. Con excepción del PRI y Morena, a los demás partidos les conviene la idea del «gobierno de coalición» porque de lograr la Presidencia, de la noche a la mañana pueden consolidarse (PAN), crecer (MC) o salir de su crisis (PRD). Los otros partiditos también tendrían su pedacito del pastel. Al PRI no le convendría el «gobierno de Coalición» porque cuenta con una vieja estructura de gobierno y multitud de clientes que debe mantener integrado mientras la suplen hijos y nietos. A Morena tampoco le convence esa propuesta de «partidos de coalición» porque sólo les tiene confianza a los militantes y simpatizantes que están plenamente identificados con ella. Morena como partido nuevo tiene que probar todos sus métodos y formas de organización.

5. Nadie puede imaginar cuánto dolor provoca el desplazamiento de miles de políticos de un partido por otro.; pero la propuesta del viejo zorro Beltrones puede ser más conciliatoria porque integraría a los dirigentes de varios partidos. Sería más doloroso para el PRI una sustitución en bloque por Morena que repetiría lo que le pasó al mismo PRI el año 2000 cuando Fox y seis años después Calderón del PAN los desplazó. No sé cuantas decenas de miles de trabajadores quedan desempleados en estos movimientos, pero convendría crear otros tantos millones de empleos productivos firmes y permanentes para que los millones de burócratas que quedaran desplazados se integraran al trabajo realmente productivo.

6. Al interior de los partidos tampoco habrían disidencias porque un buen porcentaje de sus pocos militantes estarían cobrando del presupuesto público. Los reales o radicales opositores quedarían aislados por «sectarios» algunos años, el tiempo suficiente para que las dirigencias de cada partido o corriente se fortalezca con el dinero que estuviera recibiendo. Pero los partidos perderían automáticamente la poca independencia que algún día tuvieron. ¿Y el pueblo? Como hasta hoy, seguiría trabajando, produciendo riquezas, para que sus gobiernos dilapiden a manos llenas. Ya no gobernaría un solo partido, sino los representantes, los dirigentes de los cuatro o cinco partidos que se pusieron de acuerdo para obtener la primera magistratura.

7. Lo funesto de los llamados «gobiernos de coalición» es que la clase política no está unida tras un programa, tras principios ideológicos y políticos claros que persigan el bienestar de la inmensa mayoría de la población. Son partidos con diversos criterios que los une el oportunismo abierto en búsqueda de poder y dinero. Es tonto e iluso pensar en que ideologías diferentes pueden construir un programa de gobierno para beneficio de las mayorías. ¿Hay en estos momentos un programa que beneficie directamente al pueblo y que posea posibilidades de cumplirse? Sin nunca ser miembro de partido electoral alguno, recuerdo que hace 20 años, cuando revisé los programas de los partidos, únicamente en el del PT encontré su reconocimiento de la lucha de clases y su compromiso de luchar por el socialismo.

 

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.como

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