1. La cacique Esther Gordillo -con sus exaltados discursos y la aprobación de más de tres mil delegados controlados- le hace honor a su liderazgo de 23 años como máxima dirigente del Sindicato de maestros (SNTE) Sí, estoy de acuerdo con la disidencia: que «chingue a su madre esa funesta líder», pero no debemos dudar […]
1. La cacique Esther Gordillo -con sus exaltados discursos y la aprobación de más de tres mil delegados controlados- le hace honor a su liderazgo de 23 años como máxima dirigente del Sindicato de maestros (SNTE) Sí, estoy de acuerdo con la disidencia: que «chingue a su madre esa funesta líder», pero no debemos dudar que posee una enorme habilidad para imponer su voluntad en el SNTE que -según se ha dicho- con un millón y medio de afiliados, es el sindicato más grande de América Latina. Muchos han preguntado: ¿Qué tiene esa pinche mujer que no tengan las otras mujeres y hombres? Una enorme habilidad (que quizá también debería llamarse inteligencia) para acomodarse a las circunstancias, así como una gran capacidad para usar las millonarias cuotas que recibe el Sindicato y eso que llaman chantaje a todos los gobernantes.
2. Pero además quizá posee otro sentido privilegiado: entender que la mayoría de los profesores están dominados por la ideología de la clase dominante y están convencidos de que son simples correas de transmisión de las autoridades superiores. Esther Gordillo sabe que el grupo de la Coordinadora (la CNTE) que lucha contra su política sólo es fuerte en ocho estados y que -en tanto reciba el apoyo total de los gobiernos en turno- jamás podrán derrocarla de su liderazgo. Por ello su política ha sido controlar al presidente en turno y nunca ha fallado porque se ha movido como el pez en el agua. Siendo secretaria general del PRI se acomodó -como principal aliada- al gobierno de los panistas Fox y Calderón y gozó (como nadie) durante 12 años la distinción de esos gobiernos. Si eso no es habilidad, no se como deba llamársele.
3. Hoy -después de 12 años- sin mandar al carajo, sin pelearse con el presidente Calderón o con el PAN, regresa la Gordillo fuerte con el PRI y su presidente Peña Nieto. Señala que no acepta ser secretaria de Educación «porque no es sirvienta de nadie» y le exige a Peña Nieto que presente su proyecto educativo antes que ella y sus maestros presenten el del Sindicato. El pobre Peña, como los presidentes anteriores, no tiene proyecto ni a personaje alguno que sepa algo de educación para ocupar la SEP; otra vez la cacique Gordillo controlará, con sus familiares y amigos, la educación en la República poniéndose de acuerdo con los gobernadores y jefes sindicales. ¿Es Gordillo la culpable de que México ocupe los últimos lugares mundiales en educación? Definitivamente no; es toda una estructura capitalista que ningún presidente ha querido mover.
4. Los tres mil y pico de delegados del SNTE se arrastraron de alegría vitoreando a la Gordillo cuando ésta les anunció que recibirían de regalo una computadora y dos días más -con gastos pagados- vacacionando en Playa del Carmen, Cancún, seguramente junto a sus familias. Las justas protestas y reclamos de algunos miembros de la Coordinadora que se trasladaron hasta ahí, no podían ser escuchadas por el acordonamiento policiaco al hotel. ¿Cómo puede contrarrestarse el efecto que producen en seres humanos ideologizados por la TV, los discursos, los regalos, las vacaciones pagadas y demás ventajas? Por ello Esther Gordillo, el líder petrolero Romero Deschamps, el líder de la CTM, Gamboa Pascoe y muchos más, siguen en el liderazgo de sus organizaciones con el fuerte apoyo del gobierno y del dinero.
5. Esos planteamientos panistas en el sentido de que los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) deben intervenir en los sindicatos para regularlos me parecen muy falsos porque son los mismos obreros o trabajadores quienes deben expulsar a esos dirigentes; además me causan mucha desconfianza porque el PAN ha sido a lo largo de su historia enemigo declarado de los trabajadores y fuerte apoyo de los empresarios. El panismo ha luchado siempre por el individualismo, por los obreros libres, contra las organizaciones sindicales, contra la contratación colectiva y el derecho de huelga; por ello no he entendido bien la posición de los socialdemócratas que se dicen de izquierda. Los trabajadores debemos acabar con los líderes charros, espurios y al servicio del gobierno; lo único que debemos evitar es que el gobierno los apoye. (19/X/12)
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