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Guerra de bloques en México: tricolor y azul, represores; rojo sumiso y el negro la vanguardia

Fuentes: Rebelión

1. La gran burguesía -integrada por el PRI tricolor, por el PAN azul, por los grandes empresarios y los medios de información- lanza en las manifestaciones toda su fuerza represiva contra el «bloque negro» encabezado por estudiantes y jóvenes rebeldes cansados de la falta de empleos, rechazo educativo y mal gobierno. Ese bloque negro (calificado […]

1. La gran burguesía -integrada por el PRI tricolor, por el PAN azul, por los grandes empresarios y los medios de información- lanza en las manifestaciones toda su fuerza represiva contra el «bloque negro» encabezado por estudiantes y jóvenes rebeldes cansados de la falta de empleos, rechazo educativo y mal gobierno. Ese bloque negro (calificado de anarquista) ha sido la vanguardia de manifestaciones que sólo parecen realizar un paseíllo silencioso, sin ánimo, controlado por líderes al parecer sumisos. Nunca los jóvenes han agredido a ningún gendarme; son los soldados-policías quienes bloquean el paso de manifestaciones y arrojan gases lacrimógenos, perros y caballos.

2. Los jóvenes en todo el mundo -desde la década de los años sesenta- han estado ocupando la vanguardia en las luchas sociales: Francia, España, Grecia, Chile, EEUU, México; así se ha demostrado en los cuatro continentes; pero además es natural, así ha sido siempre porque la juventud es rebeldía, búsqueda, ruptura con los viejo, corrupto y podrido. Por ello la burguesía gobernante y empresarial, el clero y los medios de información, hacen enormes campañas para aburguesarlos, enajenarlos, manipularlos, hacerlos más consumistas y sumisos. Mientras más fútbol y droga consuman los hombres, así como de más productos «de moda» y religión se apropien las mujeres, la explotación capitalista sigue de pie.

3. El capitalismo hace poco caso a los políticos viejos o «maduros» porque ya los integró -con estrategias participacionistas, subsidios y empleos- al establecimiento. En México ningún partido político, ninguno participa en las luchas sociales; todos dedican su tiempo, energías y dinero a legalizar su participación, a reclamar más privilegios económicos y a la búsqueda de cargos políticos. Los electricistas, los mineros, los estudiantes, los campesinos, los de Mexicana, los profesores, luchan solos, sin el menor apoyo político. Es realmente inexplicable que aún voten esos trabajadores por los partidos y los políticos corruptos. Esa actitud reafirma que son cómplices y colaboradores del sistema de explotación.

4. Recuerdo el 2 de octubre de 2013: desde la 6.30 horas, sabiendo de la instalación de un semi Estado de Sitio en la ciudad de México, recorrí la ruta que se planteó transitar la manifestación que conmemoraba la «matanza de estudiantes en Tlatelolco» aquel año de 1968. La Alameda Central, el palacio de Bellas Artes, algunas cuadras del Eje Central Lázaro Cárdenas, partes de la calle 5 de mayo y absolutamente todo el Zócalo, acordonados con vallas de metas o tablones de madera. Además a las siete de la mañana se podía ver a 50 o cien autobuses donde bajaban y subían decenas de miles de soldados disfrazados de policías y que bloquean todos los puntos de acceso. Disfrazado de reportero con mi libretita, busqué evitar preguntas y prohibiciones.

5. Pero lo más funesto fue el comportamiento del gobierno de Peña Nieto y de Mancera que destruyeron la manifestación de conmemoración de la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco usando las fuerzas del ejército. Por lo que yo pude ver fue una gigantesca marcha unitaria de estudiantes de varias universidades y de profesores de la Coordinadora de varios estados de la República. Pude recorrer todos los contingentes y situarme en el primero: el de unos 100 jóvenes anarquistas que como siempre son los más combativos y buscan abrir los caminos cerrados. Más de 30 mil soldados nos encapsularon y nos llevaron donde quisieron. Desde Tlatelolco el ejército disfrazado de policías formó dos vallas tapando todas las calles de salida.

6. Los hijos de puta gobierno federal y del DF pareciera que buscaron que paseáramos de Tlatelolco, Eje Central, Hidalgo, Reforma y terminar replegándonos al Monumento de la Revolución. Construyeron vallas donde nadie pudo salir porque todas la calles estaban cerradas con miles de uniformados, caballería montada y miles de disparadores de gases lacrimógenos. Iba a ser un «paseíllo feliz organizado por el gobierno» si los anarquistas no hubiesen tratado de romper las vallas que impedían el paso. Yo como simple articulista estuve observando todo y sufriendo los cientos de disparos de gases lacrimógenos, así como una piedra que los uniformados lanzaron y me dieron en el dorso de la mano.

7. La pregunta para los ciudadanos del DF muy bien manipulados por la TV y radio sería: ¿Quiénes son realmente los violentos: los maestros, los estudiantes, los ciudadanos que tienen el valor de protestar o el gobierno que les bloquea el paso en las calles y en el Zócalo? Si los 20 mil uniformados y sus perros vestidos de civil nos van a organizar las manifestaciones encapsulándolas, ya no tendría caso organizar «paseillos» para entretenernos. Por eso los anarquistas vestidos de negro y con la cara cubierta quieren romper las vallas con las que han comenzado a amarrar nuestras marchas. Me preocupa que incluso los profesores luchadores sociales, odiados por el gobierno y los medios de información tampoco entiendan que los jóvenes anarquistas son más odiados que ellos por las campañas de información.

Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.