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El informe, antes en el Congreso –con olor a Pueblo-; ahora en Palacio –aburguesado- siempre repudiado

Informe repudiado

Fuentes: Rebelión

1. Los informes en México nunca han sido ni del mínimo interés para el pueblo. Desde fines de la década de los cincuenta -cuando comencé a tener algunas ideas políticas- me di cuenta de que los presidentes municipales reunían en su pueblo a unos 10 amigos para escuchar el informe. Ni escuchaban ni entendían, era […]

1. Los informes en México nunca han sido ni del mínimo interés para el pueblo. Desde fines de la década de los cincuenta -cuando comencé a tener algunas ideas políticas- me di cuenta de que los presidentes municipales reunían en su pueblo a unos 10 amigos para escuchar el informe. Ni escuchaban ni entendían, era sólo una obligación o un compromiso; lo interesante eran las cervezas que vendrían después. Yo desde entonces, por aquello de conocer a los enemigos opresores del PRI y del PAN, llevo más de medio siglo escuchándolos. Nunca se han dicho cosas importantes que ayuden a la educación y desarrollo de la conciencia del pueblo. Lo único que aprendí son las diversas formas de mentarle la madre a cada gobierno en turno por su informe. 

2. El informe de Peña, que debió rendir el día primero de septiembre en el Congreso, lo dio ayer dos en Palacio Nacional. Ya son unos 12 años, desde los tiempos del presidente Fox, que no se hacen en el Congreso -como manda la Constitución- porque 10 o 15 mil trabajadores en las calles y las plazas -sabedores de las mentiras y manipuleos de los informes- lo impedían a pesar de la brutal represión que sufrían en manos de las fuerzas armadas. Fue siempre una obligación para mí estar en las refriegas para poder escribir sobre ellas. En palacio nacional es más fácil imponer un «Estado de Sitio», un bloqueo militar absoluto de tres cuadras a la redonda del Palacio y los invitados bajar de sus coches en la entrada principal, como en aquellos aristócratas tiempos.

3. ¿Quiénes fueron los invitados y qué se dijo en el Informe? a) Los invitados -todos amigos del presidente- aplaudieron al terminar cualquier frase, sobre todo cuando el presidente subía la voz o cuando la comisión de aplausos iniciaba; b) Señaló que México está muy bien, envidiablemente bien; b) Que la educación en México sufrió una profunda transformación; c) que la relación con EEUU es respetuosa; d) Que hay menos desempleo; e) que con el salario se puede comprar más; f) que ya no hay huelgas; g) que no hay que ver intereses egoístas ante México. El presidente recibió más de 500 aplausos que aprobaron con creces su gobierno. Al concluir el quinto informe todas las familias que veían la TV corrieron para abrazarse porque vivía un México de la felicidad.

4. Se vio a los dirigentes del PRI (Ochoa, Gamboa, y de más) zurrándose de risa por la friega que le colocaron al PAN al dividirlos claramente entre anayistas y calderonistas. Así como en el PRI, tampoco en el PAN se puede tener alguna confianza porque a través de las décadas han demostrado que son marido y mujer y sus riñas son domésticas por cargos y dinero. El PRI denunció que Anaya ha acumulado muchos millones de pesos haciendo negocios en EEUU y México; Anaya reviró diciendo que no permitirán que el Procurador carnal obtenga el cargo de Fiscal; el PRI intervino directamente para nombrar a calderonistas traidores como jefes del Congreso; la confrontación se hace grande pero como siempre el PRI parece haber ganado la partida.

5. Ahora se perfila aquella probada y comprobada denuncia del periodista de la revista Proceso Álvaro Delgado de su libro: «El Amasiato» o «Pacto secreto de Calderón y Peña Nieto para alcanzar la Presidencia». Si el periodista Delgado tuviera la razón -como la ha tenido- entonces la «alianza PRI/PAN» para impulsar a Margarita Zavala contra AMLO (a la que fácilmente se agregaría el PRD), sería más efectiva que el «Frente PAN/PRD». Por ello se ha dicho que en política 2 más 2 no son 4, es decir, no se puede adivinar, calcular o adelantarse mucho. Al no haber una ideología firme, clara, los movimientos políticos pueden cambiar de la noche a la mañana. Si Fox, Calderón, Peña, fueron seis años presidentes, también la Zavala o cualquiera, puede serlo.

Blog del autor:  http://pedroecheverriav.wordpress.com

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