La tierra es la sangre y riqueza de los pueblos indígenas. Alienados históricamente de sus territorios, los navajos de Estados Unidos usan Internet para reconectarse con sus raíces y cultura y reconstruir la confianza en sus propias fuerzas.
Pasamos tiempos difíciles para crear infraestructura destinada al desarrollo y la economía de la comunidad», en parte por las dificultades para que los nuevos líderes heredaran la información sobre los recursos de la nación navaja en un territorio enorme, desparramado en cuatro estados del sudoeste de Estados Unidos, dijo a IPS Ernest Franklin.
Los jefes de las tribus decidieron cinco años atrás que necesitaban un sistema de comunicaciones que cambiara esa tendencia, comunicando a más de 200.000 personas que viven en 110 comunidades salpicadas en casi 70.000 kilómetros cuadrados.
«Sabíamos que con toda la burocracia gubernamental el tendido de un cable de fibra óptica sería imposible. Entonces alquilamos espacio en un satélite, y en tres meses logramos conectar a todas las localidades. Creamos 110 sitios web, y así la población aprendió a desarrollar sus comunidades», agregó Franklin en una entrevista durante la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), iniciada este miércoles en Túnez.
Los navajos usaron los sitios web en primer lugar para suministrar información sobre planificación y desarrollo comunitario, la cual llevó a los pobladores a diseñar inventarios de sus recursos –tierras, agua, caminos, tendido eléctrico, etcétera–, y finalmente a establecer normas de administración locales que dieron poder a cada comunidad para reconstruir sus vidas.
De momento, 20 aldeas han adoptado planes de uso y manejo del suelo, y otras 30 están desarrollándolos, dijo Franklin.
«Hay comunidades más sustentables, y las personas están muy orgullosas porque las están reconstruyendo por sí mismas. El gobierno siempre llegaba diciendo: ‘aquí están las casas’, o ‘aquí está el maíz, no necesitan cultivarlo ustedes’, y eso creó dependencia, asentamientos precarios y pérdida del amor propio en la gente y en sus aldeas. Queremos volver a valernos por nosotros mismos», añadió.
Para asegurarse de que la «era de la información» no pase de largo para los navajos, sus 110 centros comunitarios fueron equipados con computadoras y conexiones de Internet de alta velocidad. Los estudiantes de secundaria que están allí para ayudar a los usuarios son conocidos como los «guerreros de la web».
Este jueves, la nación navajo se volverá global, mediante la firma de un acuerdo con la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), organizadora de la CMSI, para propalar su modelo de desarrollo a otras comunidades del mundo en las que viven unos 350 millones de indígenas, empezando por Brasil.
Los pueblos autóctonos del mundo suelen ser considerados como «los más pobres entre los pobres», una descripción realista en cuanto al acceso a Internet y a otros recursos desarrollados por la sociedad de la información.
Antes de iniciado el proyecto, sólo 22 por ciento de la población navaja contaba con teléfonos, 15 por ciento con computadoras y sólo 10 por ciento con conexiones a Internet, aun viviendo en una de las naciones más ricas del planeta.
Se supone que la segunda fase de la CMSI (la primera se desarrolló en diciembre de 2003 en Ginebra), debe adoptar planes realistas que conduzcan a reducir la brecha digital, o el desigual acceso de ricos y pobres a la informática y las telecomunicaciones.
Luego de concluida la primera fase de la Cumbre, un grupo de indígenas sintetizó obstáculos y desafíos para la participación equitativa de los pueblos nativos en la era de la información.
Así aparecieron la pobreza, que limita el acceso a la red mundial de computadoras, el temor a que las nuevas tecnologías fuercen a adaptarse a un modelo único de vida, la falta de recursos para costear el entrenamiento, y la escasez de programas informáticos en lenguas indígenas.
El copresidente del grupo de indígenas en la cumbre, Kenneth Deer, dijo a IPS este miércoles que un proyecto presentado por ellos podría dar respuesta a algunos de esos problemas, mediante un portal aborigen al que podrá dirigirse «cualquiera que quiera tratar una cuestión indígena o aprender sobre los indígenas», sostuvo.
Un portal es un sitio de Internet que incluye listas de sitios web vinculados a ciertos temas y un motor de búsqueda. Actualmente existen dos portales sobre asuntos indígenas, pero ambos son operados por gobiernos (Canadá y Australia), añadió Deer, miembro de la canadiense nación mohawk.
El portal internacional propuesto pertenecería a los indígenas y sería operado por éstos, ubicado en un lugar central, con apoyo de cada una de las regiones del mundo, y podría ofrecer contenidos en lenguas nativas, de las cuales existen unas 200 sólo en Estados Unidos, la mayoría de ellas en vías de desaparecer.
¿Cuál es la principal barrera para poner en marcha esta idea? El dinero, contestó Deer. «Antes fue la falta de experiencia, pero lo que necesitamos ahora es asegurar financiación para entre tres y cinco años de funcionamiento».
Las pruebas del conocimiento indígena son los ingenieros navajos que ayudaron a conectar el servicio televisivo de la UIT en la Cumbre de Túnez, que concluirá este viernes.
«Muchos indígenas temen a la tecnología porque piensan que gobernará sus vidas», dijo Franklin. Los navajos adoptaron hace mucho técnicas como el tejido de alfombras y la orfebrería, y ahora son practicantes renombrados de esas artes. «No inventamos Internet, pero la llevamos a nuestros hogares y la usamos para fortalecerlos», concluyó.