“Ante el genocidio al que asistimos como espectadores en el mundo entero, a través de los medios de comunicación que omiten y tergiversan la información a favor de los más poderosos, creemos que es importante contribuir y fomentar una lectura histórica del pueblo palestino desde el cine”. Con estas palabras, y a pocas semanas de empezar el genocidio que Israel lleva cometiendo en Gaza desde el pasado octubre, la Asociación Jocelyne Saab liberaba cuatro obras de la cineasta libanesa en torno a la resistencia palestina.
Estas cuatro obras de Saab realizadas entre los años 70 y 80, en una primera etapa de su producción audiovisual, documentan “la primera línea de las diversas formas de resistencia palestina y otros pueblos de Medio Oriente, especialmente la fuerza de las mujeres que criaron hijxs, cuidaron a heridxs, se formaron intelectual, política y-o militarmente en medio de los estruendos de los bombardeos”, según expone la fundación que se encarga de restaurar y divulgar su filmografía.
En el marco del 8M, el colectivo de cine feminista andaluz Hyksos y la coordinadora Andalucía con Palestina organizaban el pasado miércoles 6 de marzo la proyección de las películas de Saab para “ayudarnos a comprender mejor las circunstancias estructurales que han conducido a la etapa actual del genocidio infringido por el imperio de Israel contra la población palestina, una concatenación de crímenes perpetuados durante más de medio siglo”, según exponen desde la coordinadora.
El programador y editor de la revista cinematográfica Lumière, Francisco Algarín, hacía hincapié en la importancia de la figura de Saab para comprender la realidad de Palestina y del Líbano. “Decide documentar su presente, pero también el presente de todas las minorías que va encontrando en cada uno de estos lugares y luchar sobre todo contra una esquematización dramática de los acontecimientos, que es la que muestra la televisión, especialmente la televisión occidental”, sostiene Algarin.
Saab fue perseguida y censurada por su obra en diversas ocasiones. La cineasta comenzó haciendo encargos a principios de los 70 para canales como France 3. Su película Les Femmes Palestiniennes, que rodó en 1974, documenta la resistencia de las mujeres palestinas como combatientes, pero también como cuidadoras y estudiantes universitarias. A pesar de que fue un encargo de la televisión francesa, esta se negó a emitirla y desde entonces la cineasta se autoprodujo sus trabajos.
En 1976 la realizadora consiguió que su película Les enfants de la guerre, que mostraba los juegos y los entrenamientos militares de los niños libaneses, se emitiera en horario de máxima audiencia en la televisión francesa. Tras la emisión, Saab fue perseguida. “Un día caminando por la calle en Beirut, de repente se encontró en todos los quioscos su imagen en la portada de un periódico en el que pedía se la juzgase y se la condenara a muerte”, comenta Algarín. Mathilde Rouxel, una de las personas encargadas de la Asociación Jocelyn Saab y experta en su obra, califica la carrera de la directora como puesta “a al servicio de las luchas por la autodeterminación de los pueblos”.
La obra de esta cineasta es esencial para no olvidar los años de resistencia del pueblo palestino que además de una masacre a su población, lleva décadas viviendo un borrado de su historia. En 1982 el ejército israelí destruyó el archivo cinematográfico de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) durante un bombardeo en Beirut. En 2004 la documentalista palestina Azza El-Hassan dirije Kings and extras, una película acerca de este suceso y el archivo perdido palestino, “un memoricidio de la historia del pueblo palestino”, como sostiene la fotoperiodista y comunicadora Paula Álvarez.
Álvarez, además, ha reflexionado sobre cómo el cine realizado por mujeres arabomusulmanas es un discurso decolonial feminista contra la hegemonía de la representación del cine occidental que “construye una otredad y son la base que legitiman políticas racistas e islamófobas”.
El cine, como otros productos culturales, construye la visión del mundo de las sociedades y tiene un papel fundamental en las políticas que se emprenden. “El sionismo es un proyecto colonial y racista de limpieza étnica y también bebe de construcciones discursivas simbólicas para legitimar toda su violencia”, ha reflexionado la fotoperiodista.
Foto: https://www.elsaltodiario.com/palestina/jocelyne-saab-cine-feminista-resistencia-palestina