A comienzos de este año la vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia organizó en La Paz un seminario sobre el Buen Vivir. Jorge Veraza participó allí como conferencista. Entre el público asistente y entre algunos otros ponentes su obra no sólo era conocida, sino una referencia teórica muy relevante, motivo de comentarios, polémicas y preguntas. […]
A comienzos de este año la vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia organizó en La Paz un seminario sobre el Buen Vivir. Jorge Veraza participó allí como conferencista. Entre el público asistente y entre algunos otros ponentes su obra no sólo era conocida, sino una referencia teórica muy relevante, motivo de comentarios, polémicas y preguntas.
En sentido estricto, el seminario de La Paz no fue un evento académico sino un acto teórico-político. No se trató de una reunión de formación de una corriente política sino de un acto de análisis y formación de una instancia del Estado boliviano sobre su propio rumbo.
Y en ese momento de reflexión de una revolución sobre sí misma y sobre su lugar en el mundo actual, la obra de Jorge Veraza fue reconocida por un buen número de cuadros políticos encargados de conducir ese proceso como una herramienta teórica sustantiva para su acción. Más aún, muchos de esos dirigentes y funcionarios bolivianos conocían previamente la producción de Veraza, la valoran y la consideran como parte de su acervo.
En octubre de 2011 se publicó en La Paz la primera edición de Del reencuentro de Marx con América Latina. En la época de la degradación civilizatoria mundial, una voluminosa antología de la obra de Veraza, de 560 páginas, que recientemente fue reeditada en Bolivia por segunda ocasión, y en Venezuela.
En la presentación del libro editado en La Paz, los editores señalan: «Deseamos agradecer al compañero Jorge Veraza por habernos cedido sus obras para hacer posible esta publicación, y principalmente ayudar a este proceso que estamos construyendo en Bolivia. Este aporte teórico ya forma parte de esta revolución.»
También en La Paz, Ignacio Ramonet conoció el libro y quedó gratamente impresionado por su contenido. El especialista en temas de comunicación y promotor del Foro Social Mundial encontró en la obra un trabajo serio, riguroso, al punto de considerar a su autor «el principal filósofo marxista de la actualidad».
Meses después, por unanimidad, el jurado Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2011 acordó otorgar al pensador mexicano el VII Premio, «porque constituye una contribución original y vigorosa al análisis del capitalismo contemporáneo y a su forma de acumulación, y postula una crítica teórica y una praxis emancipadora planetaria, que partiendo de la relectura del marxismo enriquece el instrumental teórico para comprender la realidad caribeña, latinoamericana y mundial.»
La conspiración del silencio
Del reencuentro de Marx con América Latina es un libro publicado en Bolivia y premiado en Venezuela por un jurado internacional. Su reconocimiento por parte de dos de las revoluciones en marcha más profundas en el continente contrasta con el relativo silencio que la producción de Veraza tiene en México. La entrega del Premio Libertador apenas si fue divulgada dentro del país, en parte por el sesgo antichavista de la mayoría de los medios de comunicación (y el Premio tiene la marca indeleble de la revolución bolivariana), pero también por el sistemático bloqueo que el pensamiento de Jorge ha tenido entre la izquierda académica desde siempre.
Eric Hobsbawm, el historiador británico recientemente fallecido, describió a los economistas como pontífices modernos que descalifican como blasfemia o herejía todo aquello que contradice su dogma. El autor mexicano ha sido excomulgado por ellos.
La obra de Veraza tiene muchos enemigos. Incomoda a la izquierda estatista de matriz nacionalista revolucionaria; exaspera a los seguidores del culto neoliberal; es incomprendida por quienes reivindican el marxismo neanderthal y es ignorada por la izquierda antiintelectual y practicista que desprecia el trabajo teórico.
Acercarse a ella exige del lector una formación previa y un esfuerzo de concentración que pueden resultar incómodos para quienes prefieren los manuales de divulgación a las obras analíticas profundas. Desafortunadamente para sus promotores, los manuales son útiles para reafirmar la fe, no para proporcionar las herramientas teóricas para transformar la realidad.
Pero algo está cambiando en la receptividad dentro de la izquierda nacional hacia la obra de Veraza. Ciertamente, durante años, su pensamiento enfrentó el desdén por el marxismo de quienes predicaban el fin de la historia, pero hoy, en plena crisis, se ha producido un genuino interés y una revaloración de su trabajo.
En un momento en el que Klaus Schwab, fundador y presidente del Foro Mundial de Davos, declara que «el sistema capitalista ya no es apropiado para este mundo», el pensamiento marxista ha recobrado una actualidad que pareció haber perdido en los años de la expansión neoliberal. Acercarse a quienes, como lo ha hecho Veraza, han mantenido viva la tradición analítica del materialismo histórico para reencontrarse con el autor de El capital, parece un proceso natural.
Pero, además, su pensamiento, al tiempo ortodoxo y original, permite encontrar simultáneamente preguntas y respuestas a las nuevas circunstancias. En Del reencuentro de Marx con América Latina Jorge sostiene que no estamos ante una «crisis general del capitalismo» pero sí, mientras el capitalismo siga acumulando, ante una crisis para la humanidad. La respuesta -asegura- debe provenir no del capital sino de la humanidad, pues es ella quien está amenazada de manera integral.
Se trata de una reflexión de largo aliento, emprendida a partir de los primeros años de la década de los setenta del siglo pasado. Una labor que surge, de acuerdo con Andrés Barreda, marcada por la impronta de Adolfo Sánchez Vázquez y Bolívar Echeverría. «Si Adolfo Sánchez Vázquez fue quien inauguró en México el trabajo riguroso y crítico de vuelta a la lectura de las fuentes clásicas del marxismo -dice Barreda-, centrándose para ello en la lectura de las obras del joven Marx y de todo el debate occidental que ellas dispararon, para desde esta plataforma comenzar a reconstruir las perspectivas radicales que tuvo el siglo XIX en el proyecto teórico político de Marx, a Bolívar Echeverría y a Jorge Juanes les corresponde el mérito de haber llevado esta iniciativa hasta el terreno extraordinariamente más complejo de la crítica a la economía política de Marx, y de toda una miríada de debates que la interpretación de los tres tomos de El capital y de los manuscritos de este texto desatan.»
Echeverría encuentra en la teoría de Marx sobre la subsunción formal y real del proceso de trabajo inmediato bajo el capital la forma más completa con la que el autor de los Manuscritos de 1861-1863 formula su teoría del desarrollo capitalista. Este encuentro marcará las reflexiones de una generación.
El reencuentro
En el marco de un clima interdisciplinario se conoce y se debate a Hegel, Nietzche, Sartre, Bataille y Marcuse, por citar a algunos. Jorge Veraza se alimenta de este debate, lo continúa y lo enriquece. Es profesor del seminario de El capital entre 1976 y 1984 y su coordinador entre 1981 y 1984. El capital -sostiene- es la obra más necesaria para comprender el siglo XXI.
Lo es porque -de acuerdo con Veraza- hoy nos encontramos con el resultado de todo lo que Marx vislumbró, de cómo el capitalismo se ha mundializado y ocupa toda la geografía del planeta. Lo es porque comprender el valor de uso es prioritario para el análisis de la sociedad contemporánea.
Del reencuentro de Marx con América Latina es una antología que recupera una parte de la obra de Veraza publicada en la editorial Ítaca, una compilación que invita a repensar nuestro tiempo en diálogo y debate con otros autores, como Giovanni Arrighi, Paul Johnson, Eric Hosbawm y Antonio Negri. Un proyecto que recupera la crítica de la economía política como una crítica radical de la totalidad de la vida burguesa.
Tiene, como hilo conductor, «el capitalismo contemporáneo mundial analizado con arreglo a su esencia (desde la perspectiva de la economía política)», o en otras palabras, «observado sobre la base de los conceptos de subsunción formal y real del proceso de trabajo inmediato bajo el capital, desarrollados hasta decantar en la subsunción o subordinación real del consumo bajo el capital», un concepto desarrollado por Jorge como parte de su crítica a Georges Bataille y de caracterización integral del capitalismo mundial contemporáneo.
Subsunción es un término que significa sometimiento, subordinación. La subsunción formal y real del proceso de trabajo inmediato bajo el capital es el núcleo de la teoría de Marx sobre el desarrollo capitalista. Con ello se designa a la producción capitalista como producto del proceso mismo, tomando en cuenta sus contenidos sociales y materiales. Marx explica cómo la ganancia oculta el plusvalor generado por la explotación de la fuerza de trabajo, esto es su sometimiento por el capital, al tiempo que justifica esa explotación como algo «natural».
El concepto de subsunción real del consumo bajo el capital, elaborado por Veraza, es diferente a los de sociedad de consumo, sociedad postindustrial y capitalismo de desperdicio. Estas teorías, asegura él, eluden explicar la sociedad contemporánea a partir de la producción. La teoría formulada por Veraza busca explicar cómo el sometimiento de la producción se extiende hasta incluir orgánicamente la esfera de consumo.
Con ello se propuso generar una alternativa de explicación al capitalismo contemporáneo, criticar las teorías del imperialismo, retomar la continuidad de la teoría de Marx y explicar epocalmente la contracultura.
Es en este contexto en el que analiza el siglo XX como el siglo de la hegemonía de Estados Unidos, una definición polémica e interesante, pues ¿acaso hasta fines de la segunda guerra mundial, la potencia estadunidense no fue arrastrada una y otra vez por los acontecimientos de la historia?
Jorge piensa el imperialismo no como fase sino como realidad inherente al modo de producción capitalista específico, a Estados Unidos como potencia imperial a partir de 1945, y a la globalización del capitalismo estadunidense después del desmembramiento de la URSS, como imperio del dominio del capital industrial, no, como han insistido una y otra vez las teorías del imperialismo, como resultado de la dominación del capital financiero.
El concepto de subsunción real del consumo bajo el capital describe cómo el capital somete el valor de uso a nivel planetario a partir del momento en el que madura el proceso de constitución de un capital social mundial, de un mercado y de un capitalismo mundial. Desde allí realiza un sugerente y polémico análisis de la contracultura, el rock, el LSD, el automóvil, la biotecnología, los transgénicos (a los que considera valores de uso nocivos en términos sociales, ecológicos y salutíferos) y el agua.
Del reencuentro de Marx con América Latina es un libro estimulante y rico, en el que se resume un pensamiento riguroso e imaginativo que busca dar cuenta de lo que ha sucedido en el mundo los últimos cincuenta años.
Su análisis teórico tiene consecuencias políticas prácticas. Dentro de México, está presente tanto en la forma en la que se piensan a sí mismos los afectados ambientales y en otras luchas de resistencia. Hemos señalado ya cómo la revolución boliviana ve en esta obra algo propio.
La obra es una invitación a debatir y analizar el significado del regreso del viejo Marx, hoy tan joven como hace más de siglo y medio.
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