Baruch Spinoza siempre estuvo interesado teórica y prácticamente por la política. Hay una propuesta ética que el mismo Spinoza considera un camino difícil y, por tanto, en el que no hay que basarse para construir una alternativa política. Por el contrario, no hemos de partir de una idea del humano más perfeccionado de lo que […]
Baruch Spinoza siempre estuvo interesado teórica y prácticamente por la política. Hay una propuesta ética que el mismo Spinoza considera un camino difícil y, por tanto, en el que no hay que basarse para construir una alternativa política. Por el contrario, no hemos de partir de una idea del humano más perfeccionado de lo que realmente somos. Los humanos somos sujetos sometidos las pasiones y no guiados por la razón. Este le coloca en la tradición de la política realista de Maquiavelo y Hobbes y en contra de utopías como la de Tomás Moro.
Spinoza sufre la intransigencia religiosa de los calvinistas y la política de los Orange. Pero vive una temporada en la que el gran pensionado de Holanda es un liberal, Jan de Witt. Spinoza se posiciona a su favor y deja incluso la redacción de la Ética para escribir su Tratado teológico-político. En el libro pretende sentar las bases para la emancipación de la política de la religión y de la política de los autoritarismos. Lo que quiere defender de manera radical es la libertad de expresión. En los últimos capítulos del libro Spinoza formula su concepción sobre los fundamentos del Estado. Parte del derecho natural, como aquello a lo que nos lleva el conatus, que tendrán una orientación básicamente irracional y nos enfrentará unos con otros, Contra el derecho natural queremos, también por el conatus, conseguir seguridad para vivir sin el peligro de ser atacados por los otros, que podrían seguir un conatus irracional regido por ideas inadecuadas como la avaricia, la soberbia, la venganza o la envidia. Esto nos lleva renunciar al derecho natural a cambio del derecho civil, es decir, de la ley. Este contrato social no implica, como en Hobbes, cambiar libertad por seguridad. No lo implica porque la libertad la entiende Spinoza de una manera diferente que Hobbes. No es la libertad natural de hacer lo que queremos de manera inmediata. A esto Spinoza no lo llama libertad. La libertad, es, por el contrario, el resultado de un trabajo de transformación. Esto tanto a nivel individual como social, es la capacidad de ser guiados por la razón y superar las pasiones. Pero a nivel política no se puede esperar que los ciudadanos superen sus pasiones. La guía racional no depende de que los ciudadanos sean racionales ni que lo sean los gobernantes. Depende de que lo sean las leyes. Para ello es importante que las leyes están elaboradas por la multitud, por la mayoría. Esto nos lleva a su Tratado político, obra ´póstuma que desgraciadamente interrumpió su muerte justo cuando estaba desarrollando el tema de la democracia Porque la primera parte de este libro es una profundización de lo que ya anticipó en el Tratado teológico-político y la segunda es un análisis de las tres formas posibles de gobierno: monarquía, aristocracia y democracia. El contrato social transforma el derecho natural. A cambio de esta renunciar al poder natural somos libres, que es un poder mejor que el anterior. Porque la libertad es la capacidad de vivir racionalmente y dentro de la racionalidad está, precisamente, el seguir las leyes que nos permiten convivir como ciudadanos. Pasamos del derecho natural al derecho civil, que son las leyes que deben cumplirse, sea por convicción o sea por miedo. Aquí el Estado debe ser la garantía última de que la ley se cumpla y que por lo tanto yo pueda ejercer mi derecho a vivir libre y tranquilo. La libertad quiere decir no ser esclavo, pero implica ser súbdito. Somos esclavos cuando nos sometemos a nuestras pasiones o al dominio de los otros y somos súbditos cuando seguimos las leyes. Libertad no quiere decir independencia, quiere decir autonomía. Los cuerpos están todos en relación y ninguno es independiente de los otros.
La finalidad del Estado es la libertad, la seguridad y la paz. La paz lo es porque debe regir las relaciones entre los Estados, que también deben ser racionales. Esta sería la expresión del derecho civil, mientras que la del derecho natural es la guerra, en la que las relaciones de confrontación dependen del propio poder, de lo que queremos imponer al otro. La monarquía, aunque tuviera un consejo consultivo, que debería tenerlo, no es buena. No solamente porque puede derivar en tiranía sino porque es contraria a la libertad, que también debería manifestarse en la elaboración de las leyes. La aristocracia sería para Spinoza un buen sistema si se hiciera una buena selección entre los patricios, pero como estos están sujetos a las pasiones, derivaría en oligarquía. Podemos ver una cierta influencia del último Platón, el de las Leyes, y de Aristóteles. En la democracia se excluyen las mujeres y los siervos, porque no tienen autonomía para decidir. Spinoza es un precedente claro de Locke, aunque este insistirá más en el tema del derecho a la propiedad que Spinoza. La política es la constitución de la sociedad civil, que es el conjunto de los ciudadanos.
El hombre está sujeto a dos pasiones que tienen mucho peso en su aspecto político : el miedo y la esperanza. Debe haber una libertad de opinión sin límites, pero las leyes se deben obedecer.
Es importante leer también lo que nos dice sobre política en el capítulo cuarto de su Ética. Propone desmontar, de entrada, las ficciones que hay detrás de la política. Hay que mostrar que utilizamos una serie de conceptos ficticios que dan lugar a ideas inadecuadas. Por una parte el ideal de perfección, que es una proyección humana basada en la creencia de que las cosas naturales se mueven por fines, cuando estos no son más que expresiones del deseo humano. Los humanos nos movemos por deseos y los fines son aquellos actos orientados a la consecución de lo que queremos. La perfección es entonces un modelo ideal inventado por el hombre. Una cosa será más o menos perfecta en la medida que se aproxime o no al modelo ideal que formulamos.Es un ideal siempre relativo Los conceptos absolutos de Bondad,Virtud o Justícia son ejemplos de este tipo de ficciones, que solo valen en la medida en que les damos un sentido relativo. Una acción humana solo puede considerarse buena, es decir virtuosa, si aumenta la perfección, es decir la potencia. es decir que es buena si te permite desarrollar tu capacidad, lo cual te producirá alegría. máximo de alegría para el máximo de personas. Cada ser singular tiene derecho a hacer lo que puede, ya que el derecho depende de la potencia. Cada cual hace lo su naturaleza le permite en relación con los otros seres singulares. Si los hombres fueran racionales entonces cooperarían entre sí, pero como se dejan llevar por las pasiones entran en conflicto. Las leyes regulan la convivencia en el mejor sentido posible. Son necesarios el Estado y la ley porque, ya que nos mueven las pasiones, viviríamos en conflicto permanente. Los individuos hacemos un pacto (contrato social) que nos convierte en ciudadanos. Nuestra razón nos dice que, partiendo de lo anterior, lo mejor es elaborar unas leyes a las que debemos someternos, sea por razón o sea por miedo. En el primer caso la obediencia de las leyes es libre y en el segundo no. Acordadas las leyes el que no las sigue comete un delito y, por tanto, es sancionado. La justícia es un efecto del Estado. esto quiere decir que en un estado natural, en el que impera el derecho, nada es justo ni injusto. La justícia y la injustícia aparecen cuando se acuerdan unas leyes. Justo es el que las sigue e injusto el que no lo hace. El hombre pasa del estado natural al estado civil, lo cual quiere decir que limita su derecho natural a la ley que el Estado debe garantizar. Si las leyes se han elaborado con el fin de garantizar la libertad y la seguridad de todos, entonces consideramos justo el cumplimiento de la ley e injusto el incumplimiento.
La libertad conduce a cumplir las leyes. Si estamos de acuerdo en que es mejor y más racional vivir en un estado civil regido por leyes que en un estado natural regido por los derechos, entonces el hombre libre (que es lo mismo que racional, que es lo mismo que sabio) sigue las leyes porque sabe que es lo mejor.
El hombre es libre en la medida en que tiene una idea adecuada de las cosas, que en este caso quiere decir entender la necesidad de las leyes y su cumplimiento. El hombre libre sabe que es mejor vivir en sociedad, en una sociedad donde los diferentes deseos cooperen en una potencia compartida. El hombre libre es además alegre y generoso. La servidumbre conduce a cumplir las leyes por miedo. El hombre movido por sus pasiones no entiende el carácter necesario y útil de las leyes comunes y las sigue únicamente por miedo a ser sancionado, ya que las ve como una limitación a su derecho natural. El hombre movido por pasiones las tiene a veces tristes y odian a los otros al considerarlos causa de su tristeza.
Spinoza puede considerarse como iniciador de una tradición que sería el republicanismo liberal y democrático. Es diferente de Hobbes, fundador del contrato social, del Estado de derecho, pero de un Estado de derecho autoritario. Es diferente también de Locke, que es el iniciador de un Estado de derecho liberal. Y es diferente también de Rousseau, que inicia un republicanismo comunitarista. En este sentido Spinoza es un claro precedente del famoso texto de Kant «¿Qué es la ilustración?». Libertad como reconocimiento de la libertad de los otros. Hombres sujetos a sus pasiones pero que son capaces de aceptar unas leyes que benefician a todos, porque iguala los derechos de cualquiera. Siempre aceptando la libertad de pensamiento, de crítica, la potencia dl pensar.
Pero también dice Spinoza que lo bueno es lo útil, lo cual nos permitiría entonces vincularlo a John Stuart Mill. De lo que se trata es de saber lo que es útil para nosotros, es decir lo que nos aumenta la potencia y nos produce alegría. También lo que es malo,inútil, es decir lo que nos disminuye la potencia y produce tristeza. Si actuamos de manera racional lo hemos de hacer en función de determinar los actos que son útiles y los que no para aumentar nuestra potencia. También la razón nos ayuda a saber la causa de porque no hacemos lo que es bueno. Este conocimiento es el que nos permite transformar nuestros actos. Actuar irracionalmente quiere decir hacer aquello que nos perjudica.
La mejor propuesta política es la que permita más igualdad de oportunidades para desarrollar las propias capacidades, y la que sea más útil, en el sentido que permita el
Aquí podemos relacionar con lo que afirma, por ejemplo, Amartya Sen en su teoría de las capacidades. Una sociedad es justa en la medida en que es capaz de potenciar las capacidades de los ciudadanos. Finalmente podemos relacionarlo con neorepublicanismo de Philip Pettit y su idea de libertad como no-dominación en un marco de democracia representativa y separación de poderes
Hay que reflexionar sobre cómo defender hoy este republicanismo en el marco de una sociedad globalizada donde los poderes económicos multinacionales parecen estar por encima del Estado como garantizador de un Estado democrático y social de derecho. Intentar recoger lo mejor del liberalismo y el republicanismo, junto con lo mejor del socialismo (garantizar los derechos sociales) para buscar una alternativa a los desmanes del neoliberalismo y su falsa alternativa, el populismo. Es en este planteamiento realista y progresista desde donde podemos aprender de la teoría política de Spinoza.
Pero nos equivocaríamos si pensamos que el proyecto transformador de Spinoza es político. Es un proyecto ético singular que necesita a los otros y un marco político favorable para vivir en libertad. No es todo político. Ni mucho menos. Pero la política importa. Para crear las condiciones materiales y sociales para que cada cual pueda seguir, con los otros, su camino singular de manera digna.
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