1. Militantes del PRD, del lópezobradorismo o de la izquierda, con enorme indignación y total razón, en varias ocasiones han irrumpido en la Catedral de la Ciudad de México para manifestar su protesta contra declaraciones del cardenal pederasta Norberto Rivera Carrera que, escudándose en su jerarquía eclesial, se ha dedicado a atacar en el […]
1. Militantes del PRD, del lópezobradorismo o de la izquierda, con enorme indignación y total razón, en varias ocasiones han irrumpido en la Catedral de la Ciudad de México para manifestar su protesta contra declaraciones del cardenal pederasta Norberto Rivera Carrera que, escudándose en su jerarquía eclesial, se ha dedicado a atacar en el púlpito y fuera de él, las políticas de izquierda o centro izquierda. Como cardenal que es sus palabras se repiten en todas las iglesias y sirven para que todos los medios de información las repitan durante horas para combatir las posiciones de izquierda. Por esa campaña permanente de iglesia y medios, los jóvenes más dignos de la izquierda han acudido a las puertas de la catedral, inclusive han entrado a ella, para protestar contra el hablador cardenal. Por ese hecho ha exigido del gobierno protección policíaca y ahora, ante el incidente provocado por las campanas, han decretado el cierre de la catedral.
2. No sé que signifique «cerrar la catedral» habiendo mil iglesias cercanas para que los pocos fieles que quedan escuchen misas o rosarios. Quizá significa que si las autoridades no hacen caso cerrarán todas las iglesias para que los católicos auténticos salgan a las calles a protestar y se organicen para una nueva Guerra Cristera como la de 1926/29 que provocó muchas muertes pero que permitió canonizar a los religiosos «defensores de la fe». Pero también puede significar el «cierre de la catedral» la intervención norteamericana, una abierta campaña ultraderechista de los medios de información y que los empresarios abran una nueva campaña contra los seguidores de Chávez, de Evo y de los «populistas». Aunque el clero mexicano está ya muy desprestigiado por tanta corrupción que hay en su seno, tiene el enorme poder internacional del Papa para alinear a su favor al imperialismo y los más poderosos.
3. Con la rara excepción de sacerdotes como Sergio Méndez Arceo, Samuel Ruiz García y algunos más que a través de sus vidas demostraron estar comprometidos con el México de los pobres, el clero de nuestro país ha sido a través de las décadas (quizá mejor de los siglos) un reflejo del papado: decenas de miles de curas subordinados a la alta jerarquía eclesiástica que sólo obedecen órdenes y se cuidan de no discrepar con la alta autoridad. Su sacerdocio nada tiene que ver con los intereses del pueblo pobre que sufre miseria y opresión; al contrario, sólo sirven para aplaudir a las clases dominantes para que éstos les entreguen buenas «limosnas» que les servirán para pasar una vida con las enormes comodidades. No sé si en el interior de la iglesia haya crecido la rebeldía contra el enorme desprestigio de la institución; rebelión que me parece difícil por la enorme represión que desde hace décadas se ha desatado contra los «curas rebeldes».
4. La religión católica se desploma en México porque sus clérigos representantes avergüenzan a los mismos fieles. Parece que los tiempos de Martín Lucero (cuando denuncio la corrupción del clero) se repiten y es probable el surgimiento de más Luteros que busquen reformar esa institución que ha sido acusada de mil y una atrocidades: desde Papas al absoluto servicio del capital y la guerra hasta sacerdotes violadores sexuales de niños, con las acusaciones intermedias pertinentes. Y es una lástima para el sistema, porque la iglesia con sus confesiones y plegarias ha servido al sistema de dominación «ayudando» a millones de seres humanos miserables y explotados a resignarse y pasar menos penosamente la vida y, por otro lado, a frenar la indignación o la lucha violenta de los pueblos pobres y oprimidos ante la opresión brutal que los somete el capitalismo. La iglesia ha cumplido con el sistema de dominación.
5. Pero el PRD al parecer (pecando de iluso) vuelve a tener miedo de «perder votos» o que los medios abran una gran campaña contra él. No me olvido que López Obrador en su campaña presidencial insistió siempre en hablar con los curas, encabezados por Norberto Rivera, para que acepten al PRD; ¿piensan acaso que esos sacerdotes son retrasados mentales que no saben que su partido es el católico PAN y que el PRD no tiene que ver con esa iglesia ni con ninguna otra? ¿No saben los del PRD que en la iglesia los curas, además de usar el púlpito y las reuniones, organizan a «las mujeres, a la juventud, a los niños, católicos» para que sean activista en apoyo del PAN? El PRD y la izquierda debe cambiar de discurso: la iglesia primitiva, original, era absolutamente diferente a la actual. La iglesia se opuso fuertemente a la dominación de los reyes y emperadores, a los comerciantes enriquecidos, a los usureros y negociantes.
6. Esa era la iglesia de los pobres, el cristianismo primitivo, la iglesia comprometida por la que han luchado Camilo Torres, Hérder Cámara, Frey Beto, Ernesto Cardenal y cientos de sacerdotes que han proclamado la teología de la liberación. ¿Cómo han respondido papas, cardenales y demás clérigos de la alta jerarquía? Acusándolos, expulsándolos, amenazándolos, desprestigiándolos, para que no investiguen nada, para que no abran la boca y para que acaten la disciplina impuesta por el Vaticano. La izquierda para ganar votos no necesita transigir ideológicamente con esos mercaderes ni convertirse en jacobina; le basta con demostrar, como se hizo en la magnífica película «El Padre Amaro», que esas conductas que se denuncian contra los ministros del culto de la iglesia, son comunes; conductas que vienen de siglos y que no han dejado de manifestarse. El discurso de la iglesia es uno y su comportamiento diferente.
7. Los únicos culpables de las protestas de los jóvenes, frente o adentro de la Catedral, son el cardenal Rivera y las autoridades de esa institución católica que no dejan de pronunciar discursos y hacer declaraciones contra la izquierda y sus actos de gobierno en la Ciudad de México. El cardenal está muy enojado porque los legisladores del PRD en el DF aprobaron la ley sobre la legalización del aborto y porque estos mismos han hecho críticas a las autoridades eclesiásticas por oponerse al uso del condón. Sabe el cardenal que Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula y demás medios propiedad de grandes empresarios, siempre han apoyado a la iglesia en sus campañas contra el PRD y López Obrador. Para eso sirven la TV y la radio en México: para profundizar las calumnias contra la izquierda, para buscar manipular a la población siempre en beneficio de los empresarios y para consolidar el poder de la derecha.