En las próximas semanas se conocerá el desenlace de una importante batalla política entre el obradorismo y el conservadurismo. Se trata del conflicto entre la antigua cúpula neoliberal del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) y una nueva dirigencia que no hace suya esa ideología elitista y antipopular.
Pero desde ahora mismo puede anticiparse la derrota del conservadurismo en su propósito de mantener el dominio presupuestal y académico de la otrora prestigiada institución, hoy sólo una desvaída trinchera de la ideología y la economía neoliberales.
En ese propósito de mantener los privilegios ligados al dominio académico y sobre todo presupuestal de la institución, los antiguos capitostes del CIDE carecen de municiones. El CIDE ya no cuenta con el prestigio académico que alguna vez tuvo y que comenzó a perder hace décadas.
Tampoco cuenta con las influencias políticas que significaban los altos funcionarios neoliberales hoy desplazados de los círculos del poder. Y carece, adicionalmente tanto de una bandera mínimamente legítima como de sustento jurídico. Se trata en realidad de una descarnada lucha por conservar el dinero público que antes llegaba a raudales y que hoy empieza a escasear.
En su faccioso propósito la antigua cúpula del CIDE sólo se vale de mentiras, descalificaciones, calumnias, burdas e increíbles exageraciones y comparaciones históricas absurdas que nadie se cree y que sólo buscan provocar medidas gubernamentales de represión policiaca y judicial que no se van a producir, lo que garantiza la paulatina y hasta tersa extinción del artificial conflicto.
Igualmente carece de aliados con prestigio social. En respaldo de sus pretensiones dinerarias sólo han aparecido personajes del tipo de los Krauze, los Aguilar Camín, los Sicilia y otros devaluados voceros del conservadurismo.
Para inflar el conflicto y tratar de resolverlo en su favor la antigua cúpula del CIDE sólo cuenta con el apoyo de buena parte de los medios de información que anteriormente modelaban la opinión social y que en la actualidad han perdido la mayor parte de su poder de manipulación.
La preanunciada derrota de los neoliberales del CIDE será una cuenta más en el rosario de fracasos de la derecha en su combate contra el obradorismo, movimiento y gobierno que cada día que pasa ve aumentar su respaldo popular, electoral, social y gubernativo.
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