1. De siete áreas evaluadas a los alumnos de tercer grado de primaria, historia obtuvo los peores resultados -ya que 56 por ciento de los estudiantes se encuentra por debajo del nivel básico y sólo uno por ciento está en el avanzado-, seguida por expresión escrita y geografía, en cada una de las cuales 46 […]
1. De siete áreas evaluadas a los alumnos de tercer grado de primaria, historia obtuvo los peores resultados -ya que 56 por ciento de los estudiantes se encuentra por debajo del nivel básico y sólo uno por ciento está en el avanzado-, seguida por expresión escrita y geografía, en cada una de las cuales 46 por ciento de los educandos no tiene siquiera conocimientos esenciales y, en el caso de la primera, cero por ciento, es decir, ningún alumno, se ubica en el rubro de mejor rendimiento, reveló el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) Se traduce en que 70 por ciento no puede reconocer a los principales personajes de la Revolución Mexicana, 77 no distingue medidas del tiempo como días, lustros o siglos, mientras 54 no sabe identificar el descubrimiento de América y apenas 34 por ciento puede distinguir el Porfiriato y los periodos históricos de la Colonia, la consumación de la Independencia y de la Revolución. (La Jornada 7/VIII/07)
2. Otra vez nuestro país en los últimos lugares en cuando a crecimiento y calidad educativa. La funesta política privatizadora que se ha venido aplicando desde la década de los ochenta por los gobiernos priístas, por el gobierno panista de Fox y ahora de Calderón, ha situado a México por debajo de países mucho más pequeños y pobres de la región. La UNESCO ha denunciado que el porcentaje de matriculados en enseñanza superior en México es más bajo que en países como Bolivia, Barbados o Granada. Los gobiernos privatizadores mexicanos han sido una calamidad. En vez de atender problemas básicos de la población, tales como alimentación, salud y educación, se han dedicado a saquear el presupuesto público adjudicándose altísimos salarios y grandes negocios a la sombra del Estado. No sólo estamos profundamente mal en educación superior como dijo la UNESCO, lo estamos en todos los niveles educativos.
3. Que hoy es un desastre la educación en México en todos sus niveles, hay que decir que siempre lo ha sido. Hasta el gobierno de López Portillo al analizar sus agudas carencias educativas criticábamos el insuficiente presupuesto público (alrededor del cuatro por ciento del PIB), la deficiencia de los planes y programas y la profunda corrupción de los altos funcionarios del campo educativo. Sin embargo la situación empeoró gravemente. A partir de los 80, ante la imposición gubernamental de la economía liberal y privatizadora como política de Estado, la lucha por la defensa de la educación pública contra su privatización pasó a primer plano. No sólo se impulsó la creación de escuelas privadas o particulares sino que las mismas escuelas públicas se fueron transformando en modelos empresariales. A falta de presupuesto público se comenzaron a cotizar inscripciones, exámenes, cursos, uniformes, cuotas a padres.
4. Aunque ya denunciábamos el desastre educativo, el gobierno y la mayoría de los medios de información, en estrecha alianza con distintos gobiernos, tapaban todo. Desde antes del gobierno de Fox un grupo de especialistas en educación, encabezados por Pablo Latapí, denunciaba que anualmente más de 400 mil niños abandonan la primaria, que sumaban casi tres millones los que no la concluían y que casi 300 mil egresados ya no se inscribían a secundaria. Que más de 5.5 millones de jóvenes entre 13 y los 17 años (54 % del total correspondiente) estaban excluidos y que las cifras del rezago educativo (quienes no están alfabetizados o no tienen educación básica completa) sumaban más de 36 millones de personas, mayores de 15 años, más de un tercio de la población total del país (La Jornada 14/IV/00). Durante el gobierno de Fox las cosas empeoraron. La privatización de la educación se aceleró.
5. Sin embargo el gobierno de la República no se cansaba de repetir que el promedio nacional de escolaridad era de 7.7 grados, aunque existieran grandes desigualdades porque el 20 por ciento de los más pobres del país no llegaba a cursar tres grados, en tanto que el 10 por ciento de los más ricos alcanzan más de 12 niveles. En ese mismo período 1997-98, de los egresados de la primaria, 87 por ciento logró ingresar al primer grado de secundaria, lo que significó que poco más de un cuarto de millón de adolescentes (251,408) quedaron fuera del sistema escolar. Los datos anteriores mostraban que la universalización de las secundarias era todavía una tarea pendiente. La tarea era impulsar el total acceso a la primaria, elevar su eficiencia terminal, generalizar la transición a la secundaria y mejorar la capacidad para retener a los alumnos hasta concluir los tres grado (La J. 27/VIII/99).
6. Los datos duros del rezago educativo eran los siguientes: de 35 millones: 6 millones analfabetas, 12 sin primaria completa y 17 que no tienen secundaria. Cada año se sumaban a la espera 800 mil jóvenes más. Del INEA egresaban 140 mil adultos de la secundaria y 180 mil de la primaria. Sin nueve años completos: 23 millones en 1970, 31 millones en 1990 y 35 millones en 1997; es por el rezago de 800 mil cada año. Se entregaban certificado de secundaria cada año a 1 millón 250 mil. Según INEGI dentro población de 6 a 14 años que no asistía a la escuela: Chiapas (27%), Michoacán 21, Guerrero 20, Oaxaca18 y Guanajuato17. Alto analfabetismo: Guerrero 26.8, Oaxaca 24.1, Chiapas 24 y Puebla 18.3 Por otro lado, según UNESCO, en escolaridad Canadá tiene17.5; EEUU 16, Nueva Zelanda 16.8, Dinamarca 15.2, Francia 15.1, Alemania y España 14.7 y Reino Unido 15 ( La J. 3/VI/97) México 7.7 por ciento.
7. ¿Y saben a quien popularmente se culpa? Pues a los directamente implicados, a los maestros o profesores «por flojos e irresponsables». Como si los médicos fueran culpables de tantas muertes y los tenderos de la esquina fueran los causantes de las carestías de mercancía. Que a muchos maestros les quedaría chica la acusación, que muchos médicos se dedican a hacer negocios y que varios pequeños comerciantes hacen trampas para ganar más, es indiscutiblemente cierto; pero ninguna opinión inteligente podríamos externar si no vamos al fondo de los problemas, es decir, a la estructura misma. Hay que preguntar: quiénes son los maestros, dónde se educan, que ideología tienen, quien los contrata, quien les paga, quien los vigila, quién les da las órdenes, quien les permite hacer lo que les venga en gana, quien los premia por apoyar a políticos, de qué manera ascienden en la estructura educativa, sindical o política.
8. La educación mexicana es selectiva y de baja calidad porque ha respondido a la línea sexenal que impone cada gobierno. El informe que ahora presenta el INEE no es otra cosa que la reafirmación de decenas de informes internacionales que en los últimos siete años han sido publicados desde varios organismos educativos a escala mundial. El nivel tan bajo de la educación mexicana en el campo de la lectura, de las matemáticas, las ciencias sociales, tiene como centro el problema presupuestal, es decir, el porcentaje del presupuesto público que el gobierno destina a educación. ¿Por qué por ejemplo no se analiza el presupuesto que años tras año se destinó a educación? ¿Con qué criterio se trazan los planes, los programas, las asignaturas, en cada nivel educativo? ¿Por qué cada año en las universidades y el politécnico se rechazan a cientos de miles de estudiantes que quieren estudiar mientras por otro lado existe deficiencia de profesionales?
9. Nada o casi nada tienen que ver el gis o el pizarrón, si hay ausentismo magisterial, si no se trabajan los 200 días, si las vacaciones son muy largas o si los alumnos no prestan atención en las clases. ¿No se han preguntado alguna vez si las escuelas son simples guarderías de niños y jóvenes para que los padres puedan liberarse y producir para la sociedad capitalista? ¿Cuánto se aprende en las escuelas y cuánto en la TV y en las relaciones con los amigos? ¿Se necesitan muchas horas y muchos años en la primaria y la secundaria para aprender lo que es necesario para formarse? ¿Por qué hoy para inflar las estadísticas puede estudiarse la primaria en un año y la secundaria en otro año? La educación requiere no una reforma sino una revolución educativa; no la que proclamó Reyes Heroles, sino una en serio donde los estudiantes podrían ser el centro y el motor que pudiera hacer a un lado a maestros y autoridades conservadores.
10. El camino de la privatización de la educación superior, por la vía del crecimiento de la matrícula de las instituciones privadas, más acelerado que el de las públicas, comenzó al inicio de los ochenta, se frenó entre 1987 1988, para acelerarse nuevamente en 1992-93, y experimentó su más fuerte aceleramiento de 1995 a 2001. A partir de entonces la expansión educativa particular parece haber llegado a un tope insalvable, escribió hace algún tiempo José Blanco en La Jornada. En los siguientes años, ante el peligroso desplome que se ha venido registrando en la educación pública -que inclusive ha sido denunciada por organismos internacionales haciendo comparaciones estadísticas con otros países más pequeños y de bajo desarrollo- el gobierno de Fox se desesperó pero no supo que hacer. Sin hacer caso, el presidente Fox se pasó el tiempo propagando que la educación estaba bien y que el porcentaje del PIB a la educación ya era del 7 por ciento.
11. En cuanto a la educación superior en América Latina y el Caribe de 2000 a 2005, la UNESCO señaló que México contaba con una matrícula de 2 millones 322 mil 781 jóvenes de una población total de 103. 301 millones. Pero sólo 225 de cada 10 mil habitantes llegaban a la universidad. México desde entonces era superado por Argentina, Panamá, Chile, Costa Rica, Venezuela, Uruguay, Bolivia, Barbados, Cuba, República Dominicana, Granada, Perú, Antigua, Barbuda y Colombia. En tanto que en la mayoría de los países los jóvenes tienen las puertas abiertas para ingresar a las universidades aquí con exámenes hechos por empresas privadas como el Ceneval se rechazan a millones de estudiantes con el pretexto de que «no están preparados». Con esos millones de jóvenes injustamente rechazados se llenan las escuelas de paga o de plano se le manda a los jóvenes a engrosar las filas del desempleo.
12. Vicente Fox, en su campaña presidencial y durante su gobierno, repitió de mil maneras de que se aplicaría el 8 por ciento del PIB a educación, sin embargo nunca lo hizo porque su interés fue siempre la educación privada. Entregó a los legisladores su proyecto de presupuesto para el 2001 en el que preveía un gasto de 245.7 mil millones de pesos y se dijo que el monto total representa 5.4 por ciento de incremento en términos reales respecto del año anterior. Sin embargo, como luego declararon los analistas encabezados por Pablo Latapí, «debe resaltarse que con respecto al PIB, el gasto educativo permanece casi invariable al pasar de 3.97 en 2000 al 4.01 por ciento en 2001. El gasto por alumno pasa de 8,937 pesos en el año anterior a 9,285 pesos para 2001. Un incremento de apenas 3.9 por ciento. A partir de entonces el proceso educativo no solo no avanzó sino que se vino abajo.
13. Mientras en la propuesta original de Fox y de su secretario de Hacienda se preveía un gasto educativo total de 245.7 mil millones y se negaban abiertamente a que se incrementara el presupuesto de educación, los legisladores perredistas y priístas aprobaron un presupuesto un poco mayor, apenas lo pellizcaron: 249.9 mil millones para distribuirse de la siguiente manera: 825.1 millones más para salarios y plazas; 200 millones para educación superior; 180 millones para el programa de mejoramiento para el profesorado; 100 millones para la modernización de la educación superior; 100 millones para SEP-Conacyt y 400 millones más para la UNAM (12/I/01). ¿Cómo puede el gobierno panista hablar de un interés por la educación del pueblo si el presupuesto que se destinó es el mismo que aplicaron los gobernantes priístas, es decir, la mitad de lo que aconseja internacionalmente la UNESCO?
14. La batalla por una educación popular, democrática, laica y gratuita debe darse en las aulas, en las escuelas, en las calles. La educación en México ha sido negada a un alto porcentaje del pueblo y a la que éste ha tenido acceso ha sido de muy baja calidad. López Obrador, en plena campaña realizó una propuesta a los rectores de la UNUIES: «Resolver en forma conjunta que no haya un solo estudiante rechazado en educación media y superior, pues el propósito es que todos tengan un espacio en las universidades públicas». Fue una propuesta correcta que pudo ser acompañada con otras más. Pero de todas maneras no llegó. ¿Hasta cuándo la educación mexicana seguirá estando al servicio de los más privilegiados? ¿Es que acaso después de casi un siglo Emiliano Zapata sigue teniendo la razón al decir que la educación en vez de igualar a los seres humanos los hace más distantes? ¿Cuándo nuestras luchas lograrán que la educación esté al servicio del pueblo?